Matar a Bin Laden, resucitar a Al-Qaida
por Santiago Alba Rico (Rebelión)
15 años atrás 3 min lectura
Una de las grandes sorpresas que habían deparado los levantamientos populares en el mundo árabe es que habían dejado momentáneamente fuera de juego a todas las fuerzas islamistas y muy especialmente, claro, a la más sospechosa y extremista, Al-Qaida, marca comercial de oscuro contenido largamente instrumentalizada para sostener dictadores, reprimir toda clase de disidencia y desviar la atención lejos de los verdaderos campos de batalla. Con indicaciones de amplio espectro, como la aspirina, Bin Laden reaparecía cada vez que hacía falta atizar la «guerra contra el terrorismo»; se le mantenía con vida para agitar su espantajo en encrucijadas electorales o para justificar leyes de excepción. Esta vez la situación era demasiado grave como para no usarlo por última vez, en una orgía mediática que eclipsa incluso la boda del príncipe Guillermo e introduce efectos muy inquietantes en el mundo.
Cuando parecía relegada al olvido, definitivamente arrinconada por los propios pueblos que debían apoyarla, reaparece Al-Qaida. Un desconocido grupo, en nombre de esa patente, asesina a Arrigoni en Palestina; días después, en plena efervescencia de las protestas antimonárquicas en Marruecos, una bomba estalla en la plaza Yamaa Fna de Marrakech; ahora reaparece Bin Laden, no vivo y amenazador, sino en toda la gloria de un martirio aplazado, estudiado, cuidadosamente escenificado, un poco inverosímil. «Se ha hecho justicia», dice Obama, pero la justicia reclama tribunales y jueces, procedimientos sumariales, una sentencia independiente. Más sincero ha sido George Bush: «Es la venganza de los EEUU», ha dicho. «Es la venganza de la democracia», ha añadido, y miles de demócratas estadounidenses zapatean de alegría delante de la Casa Blanca, saltando con bárbara euforia sobre tibias y calaveras. Pero democracia y venganza son tan incompatibles como la pedagogía y el infanticidio, como el alfabeto y el solipsismo, como el ajedrez y el juego. A los EEUU les gustan los linchamientos, sobre todo desde el aire, porque sabe que son más poderosos que los principios. «El mundo siente alivio», afirma Obama, pero al mismo tiempo alerta de «ataques violentos en todo el mundo tras la muerte de Bin Laden». ¿Alerta? ¿Avisa? ¿Promete? ¿Qué alivio puede producir un asesinato que -se dice al mismo tiempo- pone en peligro a aquellos a los que presumiblemente se quiere salvar?
Este era el momento. Al-Qaida vuelve a dominar la escena; Al-Qaida vuelve a saturar el imaginario occidental. Mientras el presunto cadáver de Bin Laden se arroja al mar, Bin Laden se apodera fantasmalmente de todas las luchas y todas los deseos de justicia. Se cumplirá el vaticinio de Obama: habrá ataques violentos por todas partes y el mundo árabe-musulmán volverá a ser un bullicio de fanatismos y decapitaciones, quieran o no quieran sus poblaciones. Entre democracia y barbarie, es evidente, EEUU no tiene duda: la barbarie se ajusta mucho más al «sueño americano» (y, por supuesto, al delirio israelí).
No sabemos si realmente han matado a Bin laden; lo que está claro es que el esfuerzo por resucitar a toda costa a Al-Qaida pretende matar los procesos de cambio comenzados hace cuatro meses en el mundo árabe.
– Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.
*Fuente: Rebelión
Artículos Relacionados
Mercado bipólico y coludido: Lumpen empresarios
por Rafael Luis Gumucio Rivas (Chile)
16 años atrás 3 min lectura
Educación: ¿Cómo se llegó a esto?
por Olimpia Riveros Ravelo (Chile)
16 años atrás 10 min lectura
Polémica en torno al rescate de las últimas palabras del Presidente Allende
por
17 años atrás 1 min lectura
Venezuela: La oligarquía intenta provocar una crisis alimentaria
por Salim Lamrani (Venezuela)
19 años atrás 6 min lectura
Ultimátums o cooperación: Los pueblos tienen la palabra
por Sergio Rodríguez Gelfenstein (Chile)
3 horas atrás
25 de diciembre de 2025
América Latina está ante una disyuntiva estratégica entre dos paradigmas de relación internacional: uno basado en la jerarquía y la presión, y otro basado en la asociación pragmática (aunque no exenta de intereses). Los pueblos tienen la palabra y deberán decidir entre prepararse para un futuro independiente y soberano o regresar al tenebroso pasado de la dominación y la subordinación.
El colapso económico pondrá fin al imperio estadounidense
por Lawrence Wilkerson y Glenn Diesen (EE.UU)
3 horas atrás
25 de diciembre de 2025
Lawrence Wilkerson es un coronel retirado del Ejército de los Estados Unidos y ex jefe de gabinete del secretario de Estado estadounidense. El coronel Wilkerson analiza cómo el inminente colapso económico en Estados Unidos pondrá fin a su imperio. Washington sabe lo que está ocurriendo y está haciendo preparativos.
¡Frente al avance de la reacción, el único camino es la organización!
por Bloque de Organizaciones Populares (Chile)
1 semana atrás
17 de diciembre de 2025
Que no nos engañen cuando hablan de libertad, porque esa es solo la libertad para los dueños del poder y del mercado para seguir explotando y oprimiendo. Hablan de orden y seguridad, pero nada cambiará mientras nuestras condiciones de vida sigan siendo las mismas y nuestros derechos continúen siendo negados.
De feministas, socialistas, populares, terroristas y cínicos, con el Sáhara Occidental okupado de fondo
por Luis Portillo Pasqual del Riquelme (España)
2 semanas atrás
09 de diciembre de 2025 Artículo publicado originalmente el 13 de noviembre de 2025 en el periódico El Independiente. Lo republicamos con la autorización del autor. La Redacción de…