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El plan de la OTAN es ocupar Libia

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22 Febrero 2011
El petróleo se convirtió en la principal riqueza en manos de
las grandes transnacionales yankis; a través de esa fuente de energía
dispusieron de un instrumento que acrecentó considerablemente su poder político
en el mundo. Fue su principal arma cuando decidieron liquidar fácilmente a la Revolución Cubana
tan pronto se promulgaron las primeras leyes justas y soberanas en nuestra
Patria: privarla de petróleo.

Sobre esa fuente de energía se desarrolló la civilización
actual. Venezuela fue la nación de este hemisferio que mayor precio pagó.
Estados Unidos se hizo dueño de los enormes yacimientos con que la naturaleza
dotó a ese hermano país.

Al finalizar la última Guerra Mundial comenzó a extraer de
los yacimientos de Irán, así como de los de Arabia Saudita, Iraq y los países
árabes situados alrededor de ellos, mayores cantidades de petróleo. Estos
pasaron a ser los principales suministradores. El consumo mundial se elevó
progresivamente a la fabulosa cifra de aproximadamente 80 millones de barriles
diarios, incluidos los que se extraen en el territorio de Estados Unidos, a los
que ulteriormente se sumaron el gas, la energía hidráulica y la nuclear. Hasta
inicios del siglo XX el carbón había sido la fuente fundamental de energía que
hizo posible el desarrollo industrial, antes de que se produjeran miles de
millones de automóviles y motores consumidores de combustible líquido.

El derroche del petróleo y el gas está asociado a una de las
mayores tragedias, no resuelta en absoluto, que sufre la humanidad: el cambio
climático.

Cuando nuestra Revolución surgió, Argelia, Libia y Egipto no
eran todavía productores de petróleo, y gran parte de las cuantiosas reservas
de Arabia Saudita, Iraq, Irán y los Emiratos Árabes Unidos estaban por
descubrirse.

En diciembre  de 1951,
Libia se convierte en el primer país africano en alcanzar su independencia
después de la Segunda
Guerra Mundial, en la que su territorio fue escenario de
importantes combates entre tropas alemanas y del Reino Unido, que dieron fama a
los generales  Erwin Rommel y Bernard L.
Montgomery.

El 95 % de su territorio es totalmente desértico. La
tecnología permitió descubrir importantes yacimientos de petróleo ligero de
excelente calidad que hoy alcanzan un millón 800 mil barriles diarios y
abundantes depósitos de gas natural. Tal riqueza le permitió alcanzar una
perspectiva de vida que alcanza casi los 75 años, y el más alto ingreso per
cápita de África. Su riguroso desierto está ubicado sobre un enorme lago de
agua fósil, equivalente a más de tres veces la superficie de Cuba, lo cual le
ha hecho posible construir una amplia red de conductoras de agua dulce que se
extiende por todo el país.

Libia, que tenía un millón de habitantes al alcanzar su
independencia, cuenta hoy con algo más de 6 millones.

La
Revolución Libia tuvo lugar en el mes de septiembre del año
1969. Su principal dirigente fue Muammar al-Gaddafi, militar de origen beduino,
quien en su más temprana juventud se inspiró en las ideas del líder egipcio
Gamal Abdel Nasser. Sin duda que muchas de sus decisiones están asociadas a los
cambios que se produjeron cuando, al igual que en Egipto, una monarquía débil y
corrupta fue derrocada en Libia.

Los habitantes de ese país tienen milenarias tradiciones
guerreras. Se dice que los antiguos libios formaron parte del ejército de
Aníbal cuando estuvo a punto de liquidar a la Antigua Roma con la
fuerza que cruzó los Alpes.

Se podrá estar o no de acuerdo con el Gaddafi. El mundo ha
sido invadido con todo tipo de noticias, empleando especialmente los medios
masivos de información. Habrá que esperar el tiempo necesario para conocer con
rigor cuánto hay de verdad o mentira, o una mezcla de hechos de todo tipo que,
en medio del caos, se produjeron en Libia. Lo que para mí es absolutamente
evidente es que al Gobierno de Estados Unidos no le preocupa en absoluto la paz
en Libia, y no vacilará en dar a la
OTAN la orden de invadir ese rico país, tal vez en cuestión
de horas o muy breves días.

Los que con pérfidas intenciones inventaron la mentira de
que Gaddafi se dirigía a Venezuela, igual que lo hicieron en la tarde de ayer
domingo 20 de febrero, recibieron hoy una digna respuesta del Ministro de
Relaciones Exteriores de Venezuela, Nicolás Maduro, cuando expresó textualmente
que hacía "votos porque el pueblo libio encuentre, en ejercicio de su
soberanía, una solución pacífica a sus dificultades, que preserve la integridad
del pueblo y la nación Libia, sin la injerencia del imperialismo…"

Por mi parte, no imagino al dirigente libio abandonando el
país, eludiendo las responsabilidades que se le imputan, sean o no falsas en
parte o en su totalidad.

Una persona honesta estará siempre contra cualquier
injusticia que se cometa con cualquier pueblo del mundo, y la peor de ellas, en
este instante, sería guardar silencio ante el crimen que la OTAN se prepara a cometer
contra el pueblo libio.

A la jefatura de esa organización belicista le urge hacerlo.
¡Hay que denunciarlo!

Fidel Castro Ruz
Febrero  21 de 2011
10 y 14 p.m.

*Fuente: Cuba Debate

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