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Venezuela: Un Polo para descongelar la Revolución

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Al iniciar el duodécimo año de gobierno, el 54,7 por ciento
de los venezolanos aprueba la gestión del presidente Hugo Chávez, cifra que
representa un incremento de 17 puntos en comparación con el 2010, cuando en
Venezuela se registró una crisis de energía eléctrica producto -entre otras
causas- de una intensa sequía.

Esta alza del respaldo popular está vinculada sin duda con
el manejo de la situación de los damnificados por las lluvias registradas a
finales de diciembre de 2010, las cuales afectaron a uno de cada tres
venezolanos.

"Yo recibí una Venezuela quebrada en pedazos y en el suelo,
hoy no es que estemos en el nivel óptimo, pero cómo ha cambiando para bien. Yo
recuerdo que en los años 80 se disparó el consumo de perrarina (alimento para
perros), la desnutrición campeaba, reinaba el desempleo, faltaba la salud, ir a
un médico era un lujo, la gente hacía cola en el hospital militar", recordó el
mandatario.

Hay dos líneas de acción en la oposición, dos estrategias
que aunque parezcan enfrentadas, tambien pueden ser complementarias. Una,
acrecentar el trabajo político de estilo "ciudadano", con epicentro en los
medios de comunicación y los debates en la Asamblea Nacional;
la otra el plan conspirador desestabilizador que adelanta desde hace ya una
década.

En este estilo ciudadano cabe la utilización de
organizaciones fantasmas, disfrazadas de ONGs con fuerte apoyo financiero
externo, como las llamadas asambleas de ciudadanos, organizaciones
seudo-juveniles como la JAVU,
para dar a sus operaciones cierto tinte independiente y popular (el ya remanido
estilo de las llamadas revoluciones de colores en la Europa oriental)

La estrategia apunta a lanzar acciones que parezcan
despojadas de ideología y de tinte político, coordinadas con agrupaciones de
clase media -y también de zonas populares como Petare-, que muestran una
decisión de transitar también el trabajo político, desligándole -a priori- de
los partidos políticos de oposición, que se abstienen de opinar sobre estas
manifestaciones "ciudadanas".

Pero hay más escenarios en el trabajo del enemigo. Por un
lado, en la senda del chavismo sin Chávez, con cuadros castrenses y del propio
PSUV, alentando el posible surgimiento de candidatos; por otro el trabajo con
las bases alentando y capitalizando protestas (a veces justas) y trabando la
puesta en marcha de proyectos y planes anunciados desde el Ejecutivo desde
dentro mismo de la estructura burocrática oficial.

Pero también en la labor interna de alentar propuestas
neoliberales para los problemas económicos, financieros y de planificación del
Estado, impidiendo, en los hechos, el avance de la praxis socialista.

Mientras tanto, los partidos, por ahora, siguen deshojando
la margarita sobre candidato que enfrentará a Hugo Chávez en las presidenciales
del año próximo (nadie espera otro candidato desde el bolivarianismo) y la
decisión sobre si habrá selección interna y quién las organizará. Lo único que
sigue uniendo a la oposición, a falta de ideas y programas, sigue siendo
Chávez. Hoy, menos del 40% de los venezolanos piensa que la oposición está
preparada para gobernar.

Obviamente, de ganar la derecha las elecciones de 2012, el paso
atrás de Venezuela será grande: se privatizaría la industria de los
hidrocarburos, la educación, la seguridad social, la salud y se clausurarían
los grandes programas sociales del gobierno actual.

Disfunción dialógica
Las encuestas coinciden en que la mayoría de los venezolanos
espera que la
Asamblea Nacional sea el espacio de debate para la solución
de los problemas relacionados con la vivienda, la seguridad, el desempleo, la
inflación, los servicios públicos y la vialidad.

Los venezolanos sueñan con una pizca de pragmatismo, que
permita que autoridades y líderes (o referentes) opositores sostengan un
diálogo de altura para buscar soluciones a los problemas ciudadanos y
nacionales, más allá de las diferencias ideológicas.

El ex-vicepresidente José Vicente Rancel indicó que "La
polarización en política es insustituible. Pero hay una polarización negativa,
fundada en el odio y en el desprecio hacia el otro, y hay otra que tiene un
signo ideológico, principista, que proviene de la confrontación de las ideas".
Rangel exhortó a convertir esa "polarización maligna, pérfida, que nos hace
ver, no como adversarios sino como enemigos, en una polarización positiva:
confrontemos, pero sin llegar a la violencia o a la negación de la convivencia
civilizada".

Nuevamente y casi a coro, Washington y la oposición
venezolana ponen el grito en el cielo porque Chávez estaría pasando del
autocratismo a la dictadura desembozada. Hace una década que vaticinan hechos
que nunca se concretan. En Venezuela hay absoluta libertad de expresión, no hay
presos políticos y el magnicidio es demandado explícitamente por los medios
opositores sin ninguna consecuencia para ellos. No hay libertad de expresión:
hay libertinaje de expresión.

El intelectual Luis Britto García recuerda que la oposición
tiene un aparato mediático que reúne el 90% del poder comunicacional del país,
desde donde lanza epítetos denigrantes contra la mayoría del pueblo venezolano
-como "monos", "chusma", "hordas", "bi-dentes" y otros adjetivos de
discriminación étnica y social, prohibidos no sólo por la Constitución sino por
la decencia. La sicóloga social Maritza Montero recolectó más de 300 epítetos
denigrantes dirigidos usualmente por la oposición a los bolivarianos, y algo
así como centenar y medio de epítetos dirigidos por chavistas a los opositores.

Hoy la estrategia del gobierno apunta a recuperar la clase
media: al mejorar las condiciones de vida de la mayoría de venezolanos que
antes estaban en la pobreza; se está creando una nueva clase media, que se ha
beneficiado con la eliminación de los créditos indexados y las estafas
inmobiliarias que privaban de vivienda a centenares de miles de familias, con
la posibilidad de adquirir automóviles a precios solidarios, con la
sextuplicación de la matrícula universitaria.

Cartelización
mediática

Convertir al partido en un poderoso medio de propaganda y
comunicación es uno de los aspectos más importantes de las líneas estratégicas
de acción política del PSUV. El gobierno no ha logrado diseñar, y menos aún
ejecutar, una política comunicacional eficaz, proactiva y sistemática. El
gobierno ha sido deficiente consuetudinariamente, y tampoco el partido ha hecho
propuestas serias, factibles y coherentes al respecto ni tiene estructuras de
debate y análisis ideológico-comunicacional.

Tras fracasar en los diferentes intentos para forzar la
salida antidemocrática de Hugo Chávez del poder, los antibolivarianos
perfeccionaron la estrategia, a través de la agresión, pero de manera indirecta
y menos perceptible.

"Hay una oposición más sutil, que ya no juega al golpe o el
magnicidio ni a las acciones violentas, pero sí juega a horadar dentro de una
estrategia seudo democrática, fundamentalmente comunicacional en contra del
gobierno", afirma la socióloga Maryclen Stelling, coordinadora del Observatorio
de Medios de Venezuela.

En los últimos dos años la cartelización de los medios de
comunicación, que habíamos señalado en el golpe de 2002, se ha profundizado.
Las primeras planas de la prensa escrita y los medios audiovisuales emprenden
acciones subjetivas y menos visibles, que se reflejan en la creación y difusión
de discursos cargados de mitos sobre las consecuencias del actual proceso
político.

Se trata de banalizar, de editorializar, de volver la
noticias un espectáculo, desarrollando la técnica de atacar permanentemente al
gobierno, negando los logros del proceso, deslegitimando las acciones del
Ejecutivo, generando miedo alrededor del "coco" del comunismo.

Stelling indica que los medios de comunicación privados
afianzan el temor entre los ciudadanos. Por ejemplo, El Universal presenta
informaciones como: "Chávez tuvo dinero pero incumplió sus promesas", "Acusan
al gobierno de poner la torta" o "Ley de Emergencia facilita la expropiación de
inmuebles".

Detalla que la prensa se logró colar como un espacio
indispensable para la confrontación de la gestión de gobierno y hay una
ausencia de información amplia, oportuna y balanceada, que le permita a la
población una orientación para la toma consciente de sus decisiones políticas.

Y también hay una carencia de ideas, planes y políticas
oficiales en lo que a comunicación se refiere.

Organizando el Pepe
Chávez viene de exponer las líneas estratégicas de acción
política hacia el 2012 (pareciera que se vive siempre con la meta de unas
elecciones). La primera de ellas plantea pasar "de la cultura política
capitalista a la militancia socialista", donde indica que "Los resultados (del
26S) pusieron en evidencia algunas fallas en el funcionamiento del PSUV y su
vinculación con la base social de apoyo a la Revolución".

"Entre las posibles causas de esta situación, podemos
verificar, en mayor o menor medida, algunas actitudes o desviaciones
características de los partidos tradicionales, tales como el burocratismo, el
oportunismo, el sectarismo, el nepotismo y el gradual alejamiento de la base
social bolivariana, resultantes de la persistencia de la "cultura capitalista"
en el seno de la sociedad. Esta cultura es reproducida a lo interno del
Partido", indica el líder bolivariano.

Chávez, señala que se construye más allá de los partidos,
con los movimientos sociales. Por tanto, el Polo Patriótico debe ser un espacio
privilegiado para la rendición de cuentas de los funcionarios públicos, para el
desarrollo del pueblo legislador y la conformación de la corresponsabilidad
entre los elegidos y los electores.

Sobre todo desde la frustración de septiembre, las bases
bolivarianas piden, reclaman y exigen recuperar la conexión con el pueblo, lo
que pasa por democratizar el PSUV. No hay reunión, a lo largo y ancho del país,
donde no se debata el tema y la necesidad de la participación popular
protagónica en la discusión de los problemas y en la solución de los mismos,
además de la necesaria elección "socialista" de cuadros y candidatos por las
bases.

Más allá de la ineficacia, ineficiencia y muchas veces
corrupción de funcionarios, la pregunta que surge es por qué se repiten
ministros (en la misma o en otra cartera) que ya han demostrado fehacientemente
su fracaso en la última década.

Es más, algunos de los ministros abandonarán sus cargos para
dedicarse desde ya a consolidar (en algunos casos crear) liderazgos en
distintos estados, con el fin de recuperar sus gobiernos para el
bolivarianismo.

Hasta ahora se han repetido comicios de la "cultura política
capitalista", cuando se espera que la dirigencia surja de los debates y del
trabajo con las bases, con cuadros que se destaquen por su capacidad
ideológica, su entrega al trabajo político y su compromiso revolucionario.

Chávez alienta "enfrentar la cultura capitalista,
favoreciendo el contacto directo con el pueblo, interpelándolo, pero sobretodo
dejándose interpelar por él". Hay muchos, alrededor del poder, que no lo
escuchan. O prefieren no hacerlo.

Recuadro: Doce años
Es claro que el gobierno de Chávez tiene numerosos logros
tangibles en términos sociales y económicos. No cabe duda de que la Revolución se ha
traducido en una notable mejoría en la calidad de vida de los venezolanos, pero
los logros más significativos se refieren a la participación política y al
crecimiento del Poder Popular.

José Vicente Rangel expresó que "Los venezolanos dejaron de
ser invisibles, y se visibilizaron, hoy en día la mayoría del pueblo participa,
y muchas veces creo que gente de la oposición que antes no participaba en la
política se ha visto beneficiada con la gestión de Chávez, porque es percibida
como ciudadano".

Chávez se refirió justamente al tema: "Aquí estamos para
rendir tributo al Poder Popular, el más grande logro de esta Revolución. Todo
está referido a la potencia y al poder. La potencia popular se convirtió en
poder, pero ese poder si se dispara y corre por el campo como el agua, sin
cauce, tiende a perderse. Ahora, si tiene un cauce, un sistema, se convierte en
energía eléctrica".

"La
Revolución logró encauzar el Poder Popular desde el 89 para
acá. Estamos creando nuevas instituciones, es decir, consolidando un nuevo
poder para que nunca se diluya…esto antes no existía en Venezuela. Ahora
tenemos los movimientos campesinos, las comunas, los movimientos estudiantiles,
los bancos comunales, las mujeres, los deportistas, los indígenas, todos y
todas estructurados y estructurando".

Transcurridos doce años, la popularidad de Chávez sigue en
alto. Según Luis Vicente León, de Datanalisis, ello se debe a una relación
emocional, ausencia de alternativas visibles y un sentimiento de inclusión
social.

Mientras, el precio del petróleo está tendiendo claramente
al alza, lo cual permitirá al gobierno contar aun con más recursos para apoyar
al Poder popular y profundizar la obra social.

*Fuente: Sur y Sur

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