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Entrevista al intelectual estadounidense Noam Chomsky: «EEUU sigue en Egipto su libreto habitual»

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En las últimas semanas, los levantamientos populares en el
mundo árabe lograron la salida del dictador tunecino Zine El Abidine Ben Alí,
la inminente caída del régimen de Hosni Mubarak, un nuevo gobierno en Jordania
y el compromiso del dictador yemení de dejar el poder cuando termine su
mandato. El profesor Noam Chomsky analizó qué significa esto para el futuro de
Medio Oriente y la política exterior de Estados Unidos para la región.

-¿Cuál es su análisis
de lo que está sucediendo y cómo puede repercutir en Medio Oriente?

-En primer lugar, lo que está pasando es espectacular. El
coraje, la determinación y el compromiso de los manifestantes son destacables.
Y, pase lo que pase, éstos son momentos que no se van a olvidar y que
seguramente van a tener consecuencias a posteriori: abrumaron a la policía,
tomaron la plaza Tahrir y se están quedando allí a pesar de los grupos mafiosos
de Mubarak. El gobierno organizó esas bandas para tratar de expulsar a los
manifestantes o para generar una situación en la que el ejército pueda decir
que tuvo que intervenir para restaurar el orden y después, quizás, instalar
algún gobierno militar. Es muy difícil predecir lo que va a pasar.

Los Estados Unidos están siguiendo su libreto habitual. Ha
habido muchas veces en las que un dictador "cercano" perdió el control o estuvo
en peligro de hacerlo. Hay como una rutina estándar: seguir apoyándolo tanto
tiempo como se pueda; cuando se vuelva insostenible -especialmente, si el
ejército se cambia de bando-, dar un giro de 180 grados y decir que siempre
estuvieron del lado de la gente, borrar el pasado y después hacer todas las
maniobras necesarias para restaurar el viejo sistema pero con un nuevo nombre.
Presumo que eso es lo que está pasando ahora. Están viendo si Mubarak se puede
quedar. Si no aguanta, pondrán en práctica el libreto.

-¿Qué opina de la
apelación de Obama a que se inicie ya la transición en Egipto?

-Cuidadosamente, Obama no dijo nada. Mubarak también estaría
de acuerdo con que debe haber una transición ordenada. Un nuevo gabinete,
algunos arreglos menores en el orden constitucional no es nada. Está haciendo
lo que los líderes norteamericanos generalmente hacen.

Los Estados Unidos tienen un poder abrumador allí. Egipto es
el segundo país que más ayuda militar y económica recibe de Washington. Israel
está en primer lugar. El mismo Obama se mostró muy a favor de Mubarak. En el
famoso discurso en El Cairo, el presidente estadounidense dijo: "Mubarak es un
buen hombre. Ha hecho cosas buenas. Mantuvo la estabilidad. Seguiremos
apoyándolo porque es un amigo".

Mubarak es uno de los dictadores más brutales del mundo. No
sé cómo después de esto alguien pudo haberse tomado en serio los comentarios de
Obama sobre los derechos humanos. Pero el apoyo ha sido muy grande. Los aviones
que están sobrevolando la plaza Tahrir son por supuesto estadounidenses. EE.UU.
es el principal sostén del régimen egipcio. No es como en Túnez, donde el
principal apoyo era Francia. Los Estados Unidos son los principales culpables
en Egipto y también Israel, que junto con Arabia Saudita fueron los que
prestaron apoyo al régimen cairota. De hecho, los israelíes estaban furiosos
porque Obama no sostuvo más firmemente a su amigo Mubarak.

-¿Qué significan
todas estas revueltas en el mundo árabe?

-Este es el levantamiento regional más sorprendente que
puedo recordar. A veces, lo comparan con Europa del Este, pero no es
contrastable. Nadie sabe a lo que llevarán estos levantamientos. Los problemas
por los que los manifestantes protestan son de larga data y no se van a
resolver fácilmente. Hay una pobreza tremenda, represión, una falta de
democracia y también de desarrollo. Egipto y otros países de la región recién
pasaron por el período neoliberal, que trajo crecimiento en los papeles junto
con las consecuencias habituales: una alta concentración de la riqueza y de los
privilegios, un empobrecimiento y una parálisis de la mayoría de la población.
Y eso no se cambia fácilmente.

-¿Cree que hay alguna
relación directa entre estos levantamientos y las filtraciones de Wikileaks?

-En realidad, la cuestión es que Wikileaks no nos dijo nada
nuevo. Nos dio la confirmación para nuestras razonables conjeturas.

-¿Qué pasará con
Jordania?

-En Jordania, recién cambiaron al primer ministro. Fue
reemplazado por un ex general que parece ser moderadamente popular, o al menos
no es tan odiado por la población. Pero esencialmente no cambió nada.

*Fuente: Página 12

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