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«Me han colocado en la cárcel junto a los pederastas»

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La estancia de Julian Assange en la prisión de Wandsworth contiene una
historia inquietante. Un día, a la hora de comer, atacó un plato de arroz con
judías cuando, de pronto, notó que algo se quebraba en su boca. Adiós a un
diente. El objeto metálico se lo partió. "No sé si había sido colocado
allí o fue un simple accidente". Al llegar a su celda de aislamiento,
envolvió el diente en un papel de color blanco. Salió por espacio de una hora.
Cuando volvió a la celda, el diente había desaparecido. "Pronto estará a
la venta en Ebay", bromea el australiano, en la cocina de la mansión de su
amigo Vaughan Smith, su protector en suelo británico, el hombre que le ha
proporcionado un domicilio en el que pueda estar localizado durante su periodo
en libertad bajo fianza.

-¿Y por qué cree usted que se lo
robaron?
Supongo que porque no querían que hubiese ningún tipo de evidencia de que
un episodio así hubiera ocurrido.

Assange concede su primera entrevista desde
que salió desde la cárcel.
Es la primera vez que dos periodistas penetran
en la lujosa mansión de Smith, una casa de estilo georgiano rodeada de pequeños
lagos y totalmente cubierta de nieve. El australiano tiene muy buena cara. Bebe
té y habla, como siempre, en un tono de voz muy bajo.

El editor australiano muta en el momento en que empieza la entrevista. La
cercanía, las risas y su humor agudo cesan en el momento en que se enciende la
grabadora. Toma aire y se transforma. Se mete en su papel de hombre que lucha
por la libertad de expresión. De fundador de Wikileaks, la
web que acaba de poner al desnudo a la diplomacia norteamericana mundial
.
De hombre perseguido por la justicia sueca por un supuesto delito de violación.
De hombre acosado por una mano movida por alguien que habla con acento
norteamericano.

-Empezaremos con una pregunta muy
básica. ¿Cómo se encuentra usted en estos días?
Es maravilloso haber abandonado el confinamiento en soledad. Me siento muy
determinado. He visto que hemos recibido un apoyo a escala mundial,
especialmente en Sudamérica y Australia y parece como si todo el mundo en todas
partes nos apoyara. Pero cuanto más cercano está un hombre al poder, menos predispuesto
está a apoyarnos, probablemente porque tienen más que perder. En los últimos
diez días hemos visto a gente, incluso cercana al poder, que nos ha mostrado su
apoyo.

-Como
el presidente Lula.

Como Lula. Es un caso especial, porque se ha retirado, y eso le permite ser
más directo de lo que habría sido. Ya no tiene que rendir ninguna pleitesía a
los Estados Unidos.

-El jueves salió usted en libertad y
pronunció unas palabras en las escalinatas del Tribunal Superior en que…
Fui tan rápido… Me podría haber quedado allí hablando durante una hora,
pero la policía estaba preocupada porque pudiera ser asesinado o algo así.

-¿Fue ese el motivo por el que hizo
una declaración tan rápida?
Sí.

-Varias figuras representativas de la
política estadounidense han dicho que había que acabar con usted públicamente.
¿Recibe otras amenazas?
Recibo amenazas de muerte todo el rato. Mi abogado las recibe, mis hijos
las reciben.

-¿De dónde proceden?
La mayoría parecen provenir de miembros de las fuerzas armadas de Estados
Unidos.

-Dijo usted que en sus días en
prisión se había acordado de todas las personas que están en prisión a lo largo
y ancho del mundo. Pero ¿qué han supuesto esos nueves días para usted?
Fui transferido tres veces. Primero estuve en las celdas introductorias. Al
contrario que otros presos, mi celda estuvo cerrada durante todo este periodo.
Luego me transfirieron al ala Onslaw, que tiene 350 prisioneros y son los que
tienen un peligro físico para otros prisioneros o guardas: gente que
supuestamente ha sido condenada por delitos sexuales, asesinatos de niños… Yo
no podía salir de mi celda, pero muchos presos deslizaban cosas bajo mi puerta.
Había mucha curiosidad.

-¿Notas, misivas?
Sí. Todos los presos que hay en Wandsworth son gente que está esperando a
ser extraditada. Me pasaban actas de extradición norteamericanas. Pero se
consideró que seguía siendo demasiado peligroso para mí seguir en Onslaw.

-¿Por qué?
Por el peligro de que alguien me atacara o me matara. Así que me movieron
la unidad de aislamiento, bautizada eufemísticamente como La Unidad de Cuidado y
Separación… donde son enviado los prisioneros más díscolos.

-¿Cambiaban las condiciones de celda
a celda?
Sí, cada vez eran más duras. Cada celda tiene una cámara. Cada prisionero
está aislado. Hubo días en que solo yo estaba en esa unidad. Había pederastas
enloquecidos que gritaban toda la noche sobre sus crímenes. Se escuchaban esos
gritos toda la noche.

Assange dice que el sistema de la prisión era muy "soviet". Muy
burocrático. Para conseguir hacer una llamada de teléfono había que iniciar
procedimientos que duraban una eternidad. Solo consiguió efectuar cuatro
llamadas a personas que no fueran sus abogados. Dice que la mayoría de las
personas que lo custodiaban estaban de su lado. Un oficial le entregó una
tarjeta en la que había escrito: "Solo tengo dos héroes en este mundo:
Martin Luther King y usted".

Superó la prueba realizando ejercicios diarios, escribiendo notas de
análisis sobre Wikileaks para entregárselas a sus colegas y leyendo Pabellón
Cáncer,
de Alexandr Soljenitsin. Pero se dio cuenta de lo importante que es
poder hacer una llamada de teléfono. O llevar pantalones que tengan bolsillos.

El sábado pasado, The Guardian hizo una reconstrucción de cómo fueron
los días que Assange pasó en Estocolmo el pasado mes de agosto, cuando se
gestaron las dos denuncias. Tras acceder a testimonios que recogió en aquellos
días la fiscalía sueca, daba todo tipo de detalles sobre las relaciones
sexuales que mantuvo en esos días Assange con Miss A. y Miss W. "Como de
costumbre, casi nada es lo que parece", dice Assange al respecto. "Es
la última acción de la campaña de descrédito de que estoy siendo objeto".
Assange critica que The Guardian solo haya contado parte de la historia,
ignorando algunas de las informaciones que esos testimonios revelan. Entre
otras, dice Assange, el testimonio de una de las chicas, que alega, fue
empujada a declarar por la policía.

-En la reconstrucción de The
Guardian
dan todo tipo de detalles, pero, en cualquier caso, relata un
momento en que usted mantiene relaciones con una persona que estaba dormida sin
usar preservativo…
Es una simple declaración ante la policía. Un alegato que es falso. Como la
mayor parte en este caso.

-¿Hasta qué punto considera usted que
el problema reside en que lo que se considera violación es distinto en cada
país?
Julian Assange coloca las manos sobre la mesa y empuja su silla hacia
atrás. Se pone muy serio.
Lo que ha conseguido esta campaña de descrédito es crear una inmensa caja
negra. Y en el exterior de esa caja negra han colocado la palabra violación.
Pero se nos ha negado a nosotros y al mundo, lo que hay dentro de esa caja
negra. El público ha ido consiguiendo poco a poco detalles de cada una de las
alegaciones que contiene la caja. Incluso con los que ha sido alegado, no hay
nada de lo que cualquier persona razonable diría que es una violación.

-Lo que dice es que con lo que
sabemos hasta ahora del caso, nadie pensaría que lo que hizo usted fuera
violación.
Correcto.

-Se ha criticado que las dos mujeres
están pasando malos momentos, siendo desacreditadas desde múltiples foros, su
identidad siendo revelada en la
Red, donde han colgado fotos suyas.
Hay rendijas en la ley sueca. Puedes ir a la policía y no hacer una
denuncia, sino decir que vas a pedir "consejo". Hay otra rendija
sobre reportar información sobre enfermedades de transmisión sexual, que yo no
tenía… Ambas rendijas fueron usadas en este caso. Una de las querellantes
tiene una extensa experiencia en cómo presentar querellas

-¿Qué tipo de querellas?
Querellas de género ante la policía.

-¿Usted diría que nunca ha violado a
nadie?
No me gusta ver la palabra violación junto a mi nombre. Yo nunca he tenido
una relación sexual con nadie sin consentimiento. Ha sido muy difícil conseguir
detalles en este caso y nos quedan muchos por conocer. Nada se me ha entregado
aún en inglés, lo que constituye una violación de la convención europea de
derechos humanos. Siempre ha sido fácil para mí decir, saber que nunca he
tenido relaciones sexuales sin consentimiento con nadie.

-¿Quién está detrás
de toda la campaña de descrédito?
No quiero decir que haya una cadena de órdenes desde Hillary Clinton hasta
llegar a un periodista que trabaja en The Guardian, eso es ridículo, las
cosas no funcionan así en el mundo real, que es mucho más interesante y sutil.
El gran poder crea un ambiente en el que los individuos, prácticamente, chupan
de lo que perciben que quiere el poder. En cada organización o grupo puede
haber instrucciones directas, pero cada individuo y grupo actúa del modo que
percibe que maximiza sus propios intereses. Carreras ambiciosas, fama, mantener
y crear alianzas, hacer favores, favores a amigos, parientes, o miembros de un
mismo partido… hacer las cosas por el miedo, sin que te las hayan pedido…
todas esas cosas crean un ambiente.
19/12/201

*Fuente: El País

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