Denuncia urgente en el Sahara Occidental
por Héctor Rojo Letón (Diagonal Periódico)
15 años atrás 5 min lectura
Sin tiempo para asimilar lo vivido la mañana del 8 de
noviembre, la observadora de derechos humanos Silvia García narraba a DIAGONAL
cómo se había producido el desalojo del campamento. Después de ser una de las
últimas personas en salir de allí, en El Aaiún solo tuvo tiempo para descargar
las imágenes que grabó del desalojo. Su única preocupación era poder grabar lo
que pasara después. El toque de queda le impidió seguir su trabajo.
"He perdido todos mis objetos personales y mi documentación.
Pero eso me da igual, lo único que me importaba era mantener la cámara y eso lo
conseguí", explicaba por teléfono a este periódico mientras con un consejo
recalcaba cuál era su objetivo: "Difundirlo mucho, que ha sido muy bestia".
DIAGONAL: ¿Cómo lograsteis salir del asedio marroquí?
SILVIA GARCÍA: Salí, creo, con el último grupo de mujeres
que abandonaba la zona, ya no vimos a saharauis detrás de nosotras. Éramos unas
50 mujeres, acompañadas de niños y una persona en silla de ruedas. El problema
no fue el camino desde Agdaym Izik a El Aaiún, lleno de efectivos policiales y
militares que se reían de nosotras y nos insultaban. El problema era dejar
atrás la masacre que habíamos vivido, además del saqueo marroquí.
D.: ¿Cómo fue el momento del desalojo por las fuerzas
marroquíes?
S.G.: A las 5.30 nos despertaron a Javier [Sopeña, también
integrante de Thawra] y a mí porque había saltado la alarma. Entonces subí al
tejado de la haima para grabar. Una hora después llegó el helicóptero que
avisaba del inicio del desalojo. En nuestra parte del campamento vimos cientos
de coches de policía, después aparecieron fuerzas antidisturbios totalmente
equipadas, incluso con chalecos antibalas de plástico que les hacían parecer
robocops. Yo nunca había visto a policías así. Iniciaron el ataque con gases lacrimógenos,
piedras y porrazos. Eran unas sensaciones terribles, especialmente las de los
gases lacrimógenos, que te queman la cara, te dejan sin respiración, te irritan
los ojos… Menos mal que las saharauis tenían preparadas colonia y cachos de
cebolla para contrarrestar sus efectos.
Tras bajar del tejado, huimos hacia el centro del campamento
perseguidos por la policía. Los saharauis se defendían con piedras, y con lo
que encontraban, de las agresiones marroquíes. Entonces nos topamos con otro
gran despliegue policial y militar. En un momento, me quedé sola y me refugié
en la casa del pastor, uno de los tres edificios de cemento que había antes del
campamento. Allí, unas 50 mujeres, niños y algunos chavales más mayores
intentaban que la policía no derribara la puerta y entrara. Pero no lo
consiguieron y nos sacaron a todas, menos a los chicos.
Estábamos totalmente rodeadas por agentes armados con
porras, escudos e, incluso, con metralletas. A los chicos les sacaban de uno en
uno, y al igual que a otro grupo que veíamos a lo lejos, les esposaban y en el
suelo les pateaban y daban porrazos. Después se los llevaban y nadie volvía a
saber más de ellos. Lo más terrible era la impunidad con que se paseaban,
tiraban las jaimas al suelo y arrasaban con todo. Cuando se fueron, vimos
decenas de jeeps descapotables en los que robaban todas las mantas, abrigos y
cualquier objeto de valor.
Al irnos, todo era un basurero. Grabé cómo una especie de
tractores o apisonadoras arrastraban todo a un montón y después le prendían
fuego. Al llegar a la carretera todo estaba totalmente militarizado y sólo
veíamos desde lejos cortinas de humo en Agdaym Izik y en El Aaiún hacia donde
íbamos caminando.
D.: Y al llegar a El Aaiún, ¿qué os encontrasteis?
S.G.: Todo estaba lleno de piedras, de barricadas, de cosas
incendiadas… Nos contaron que habían matado a varios saharauis. Mi gran
preocupación era poder mandar las imágenes para denunciar lo que pasaba. Hasta
que no conseguí enviar el material, no tomé conciencia de lo que había pasado.
Desde ese momento no he podido salir de casa.
D.: ¿Cómo se encuentra la población saharui?
S.G.: Hay muchos desaparecidos y muchos nervios, aunque la
población saharaui ha pasado por situaciones parecidas muchas veces. La
sensación que tengo, de las mujeres con las que estoy, es que saben que hay que
seguir adelante. Y están convencidas del reencuentro con los desaparecidos.
D.: ¿Se había preparado la resistencia al desalojo del
campamento?
S.G.: En el campamento estaba todo organizado por comités:
de sanidad, de limpieza, de seguridad… La intención era resistir el mayor
tiempo posible, por ejemplo, había jaimas de seguridad entre el muro marroquí y
el resto. Durante el desalojo yo estuve siempre detrás de los saharauis que nos
defendían, que lanzaban piedras para retener a los marroquíes. Pero de repente,
escuchamos "vamos, vamos", porque nos acechaban. Mi melfa [vestido tradicional
saharaui] está llena de sangre. He visto varias personas muertas, cabezas
abiertas, brazos totalmente ensangrentados. Ha habido violencia, muchas
salvajadas y mucha brutalidad.
D.: ¿En algún momento habéis visto algún efectivo de la ONU?
S.G.: No, no hemos visto coches que no fueran de policías o
militares marroquíes. Y caminamos durante mucho tiempo por una carretera muy
larga. Yo iba con mi melfa, en ningún momento me identifiqué de forma especial,
a las mujeres nos dejaron pasar hacia El Aaiún sin ninguna pregunta.
– Jueves 11 de noviembre de 2010. Número 137
*Fuente: Diagonal Periódico
Artículos Relacionados
Llamar "chupasangre" a los abusadores de las salmoneras es decir la verdad
por Sidicato Río Dulce (Quellón-Chile)
19 años atrás 5 min lectura
“Testimonio de periodista del Financial Times es clave para saber si Piñera hizo negocios desde La Moneda”
por Oficina de Prensa del senador Alejandro Navarro (Chile)
9 años atrás 3 min lectura
Carabineros: Se esfuerzan por demostrar quién es más cobarde, agresivo y matón
por La Calle
6 años atrás 1 min lectura
La Contraloría revela mal uso de platas públicas destinada a niños más pobres
por Jaime Retamal (Chile)
15 años atrás 5 min lectura
Carabineros llevaron e instalaron bloques de concreto en Plaza Dignidad esta noche
por La Calle
6 años atrás 1 min lectura
Falabella en Argentina corre con gas pimienta a los niños pobres
por Carlos del Frade (Agencia Pelota de Trapo)
19 años atrás 5 min lectura
Ultimátums o cooperación: Los pueblos tienen la palabra
por Sergio Rodríguez Gelfenstein (Chile)
2 días atrás
25 de diciembre de 2025
América Latina está ante una disyuntiva estratégica entre dos paradigmas de relación internacional: uno basado en la jerarquía y la presión, y otro basado en la asociación pragmática (aunque no exenta de intereses). Los pueblos tienen la palabra y deberán decidir entre prepararse para un futuro independiente y soberano o regresar al tenebroso pasado de la dominación y la subordinación.
El colapso económico pondrá fin al imperio estadounidense
por Lawrence Wilkerson y Glenn Diesen (EE.UU)
2 días atrás
25 de diciembre de 2025
Lawrence Wilkerson es un coronel retirado del Ejército de los Estados Unidos y ex jefe de gabinete del secretario de Estado estadounidense. El coronel Wilkerson analiza cómo el inminente colapso económico en Estados Unidos pondrá fin a su imperio. Washington sabe lo que está ocurriendo y está haciendo preparativos.
¡Frente al avance de la reacción, el único camino es la organización!
por Bloque de Organizaciones Populares (Chile)
1 semana atrás
17 de diciembre de 2025
Que no nos engañen cuando hablan de libertad, porque esa es solo la libertad para los dueños del poder y del mercado para seguir explotando y oprimiendo. Hablan de orden y seguridad, pero nada cambiará mientras nuestras condiciones de vida sigan siendo las mismas y nuestros derechos continúen siendo negados.
De feministas, socialistas, populares, terroristas y cínicos, con el Sáhara Occidental okupado de fondo
por Luis Portillo Pasqual del Riquelme (España)
3 semanas atrás
09 de diciembre de 2025 Artículo publicado originalmente el 13 de noviembre de 2025 en el periódico El Independiente. Lo republicamos con la autorización del autor. La Redacción de…