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Más sociedad, más ciudadanía, menos mercado

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I. Una nueva constitución del bicentenario

Primer paso: 
1. Convocar a una Constituyente, lo más amplia y representativa que permita el reemplazo de una democracia de castas, por una  democracia participativa y un pacto social que garantice los derechos ciudadano.

2. Inscripción automática en los Registros electorales, a partir de los 16 años, sufragio voluntario y voto de todos los chilenos en el extranjero.

3. Todo poder conlleva responsabilidad política: supresión del Tribunal Constitucional. No habrá ningún organismo o institución, responsable ante la ciudadanía.

4. Elección popular de intendentes, cores, alcaldes y concejales. Supresión de los gobernadores.

5. Creación de los cargos de Defensor del Ciudadano y  de defensor de los derechos humanos.

6. Mayores poderes judiciales y coercitivos para el tribunal antimonopólico.

7. Un régimen político semipresidencial, con un Jefe de estado elegido por sufragio popular, y un jefe de Gobierno, Primer Ministro, cuyo programa deba ser aprobado por la Asamblea Nacional.

8. Un régimen unicameral, en base a una Asamblea Nacional, elegido según Distritos electorales.

9. El Presidente de la República tendrá la facultad de disolver la Asamblea nacional.

10. Todos los mandatos emanados de la soberanía popular serán revocables por los ciudadanos.

11. Los ciudadanos tendrían iniciativa popular de ley.

12. Las asambleas locales tendrán poderes fiscalizadores, respecto a las municipalidades.

13. Los partidos políticos deberán transparentar ante la ciudadanía y el servicio electoral sus padrones de militantes, los presupuestos anuales, los gastos electorales, la forma de elegir sus directivas y el funcionamiento de su democracia interna.

14. Todos los candidatos a cualquier cargo serán elegidos en primarias abiertas.

15. La Asamblea Nacional estará dotada de poderes, respecto al calendario legislativo y las materias económicas.

16. El sistema electoral, en las elecciones pluripersonales, será proporcional según cifras repartidoras.

17. Todos los cargos de representación popular sólo podrán ser reelegidos una vez, sucesivamente, durando cuatro años en su mandato, incluido el presidente de la república.

18. Se eliminarán todas las leyes de quórum calificado y orgánica constitucional, como también las acusaciones constitucionales.

19. Las Interpelaciones y los resultados de las comisiones investigadoras serán vinculantes, pudiendo significar la exoneración del funcionario investigado o interpelado.


II. Ampliar las libertades públicas

1. Chile garantizará la doble ciudadanía de aquellos chilenos que hayan adquirido la nacionalidad de otro país.

2. El Estado debe garantizar la libertad de opinión y de prensa. Actualmente lo hace sólo con las empresas que tienden al bipolio. El avisaje del Estado debe ser igualitario, sin considerar la circulación de los Medios, y no el beneficio público. El Canal de Televisión Nacional debe cesar el monopolio de los partidos políticos en la integración de su Consejo, propendiendo a la representación amplia de trabajadores, profesionales, ciudadanía, periodistas y representantes de las regiones. La Televisión Nacional debe ser servicio, un difusor de la cultura nacional y no una empresa dominada por el mercado.

3. Más libertad de asociación. Asegurar el derecho a huelga de todos los trabajadores chilenos. Favorecer la sindicalización. La unión de sindicatos por ramas de la producción. El Estado debe facilitar la formación de Personalidades Jurídicas. Favorecer redes comunitarias.

4. La legislación mundial de derechos humanos será parte integrante de la legislación chilena.

III. Una economía humana, más sociedad y menos mercado

1. Todos los recursos naturales pertenecen ala nación: el suelo, subsuelo y las aguas; esta propiedad es inajenable y sólo puede dada en concesión con el acuerdo de la Asamblea nacional y de la ciudadanía, consultada por medio de un plebiscito.

2. Las actuales empresas del Estado serán inexpropiables.

3. Las prácticas monopólicas serán perseguidas por el Estado, a través del Tribunal de la libre Competencia.

4. El Banco del Estado deberá rendir cuenta a la Asamblea Nacional y a la ciudadanía.

5. La mayoría de los cargos públicos serán concursables, salvo algunos pocos de la confianza del Ejecutivo.

6. Una diversificación de la matriz energética. Asegurando para el Bicentenario un 30 por ciento de energías renovables no convencionales –solar, eólica, geotérmica, mareo-motriz…-.

7. El royalty será con un mínimo de un treinta por ciento – como en la mayoría de los países desarrollados- los recursos se destinarán a las regiones, con mayor porcentaje para las provincias productoras.

8. Un reparto más justo de las cargas públicas: un IVA diferenciado, que favorezca los productos de la canasta básica y aumente aquellos bienes suntuarios. Un impuesto porcentual mayor a las utilidades de las grandes empresas. Una mejor distribución del impuesto a la renta, favoreciendo a los de menores ingresos.

9. El Banco del Estado debe consagrarse, primordialmente, al desarrollo de la pequeña y mediana empresa y al crédito a los sectores populares.

IV. Garantías explicitas de los derechos sociales

1. El transporte público debe ser estatal, para evitar que el Estado subvencione a los grandes Bancos. Los ciudadanos tendrán derecho de exigir del Estado un transporte de calidad, pudiendo reclamar este derecho ante los Tribunales de Justicia.

2. Las casas y los barrios deberán ser decentes, con parques, recintos deportivos, suficiente espacio para la vida digna de la familia y de la comunidad. Esta es una de las formas de prevenir la delincuencia y el narcotráfico.

3. Una salud pública de calidad, que deberá responder a parámetros internacionales. No es aceptable que el dinero defina la salud y vida de los ciudadanos, como ocurre en la actualidad. Una ampliación de las patologías Auge; un gasto en salud per capita, equivalente a la privada. Una inversión en construcción y dotación de hospitales y consultorios, que puedan evitar los atochamientos actuales. Todos los consultorios deben contar con algunos especialistas, a fin de prevenir riesgos y evitar la congestión en los hospitales.

4. El Estado debe garantizar una educación pública de calidad, que asegure la igualdad de oportunidades – no como en la actualidad que aumenta la brecha entre ricos y pobres- debe garantizar los profesores de calidad, respetando la carrera docente y una remuneración digna, equivalente a la de cualquier profesional calificado. La subvención por alumno debe ser superior a 350.000 pesos y no 35.000 pesos, como en la actualidad.

El proyecto educativo nacional debe estar basado en una pedagogía liberadora e igualitaria, y no de mercado. La educación pública debe tener mayor o igual calidad que la privada, para terminar con una educación para ricos y otra para pobres. En los niveles prebásico, básico y medio no puede haber ninguna selección de alumnos. La escuela debe ser democrática, asegurando la participación de todos los agentes educativos- director, profesores, auxiliares, representantes  de los alumnos y de padres y apoderados. Evaluación permanente de los profesores en base a las competencias docentes. Todos los ciudadanos tendrán derecho a recurrir a los Tribunales de Justicia, exigiendo el cumplimiento de estos parámetros de igualdad y calidad.


V. Una vejez digna

1. Terminar con el sistema privado de previsión, reemplazándolo por uno mixto, social solidario y otro privado. Los trabajadores podrán elegir el sistema de previsión al cual quieren adherir.

2. Protección efectiva y preferencial para la tercera edad: no más adultos mayores abandonados en las calles o solos y abandonados en sus viviendas.

3. La miseria se considerará un atropello a los derechos humanos.

4. El Estado debe proveer de medicamentos genéricos gratuitos a los adultos mayores.

Conclusión
Estoy conciente de que muchas de estas ideas han sido planteadas por otros, en variadas ocasiones, algunas de ellas forman parte del sentido común, sin embargo, creí necesario construir un cuerpo único, que pudiera centrar las temáticas del Bicentenario. Es evidente que he dejado muchos temas de lado, pero la idea de este artículo es aportar a un debate necesario, sobretodo cuando predominan el individualismo y las candidaturas personalistas. El neoliberalismo y la adoración del mercado siempre han perseguido anular las organizaciones sociales y a la ciudadanía. Creo que el esfuerzo actual es reforzar una sociedad civil fuerte, como también una democracia ciudadana, capaz de reencantar a los jóvenes.
11-12-08 

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