"Cuántos tienen que morir para ver la libertad" o el genocidio que continúa
por Claudia Korol (Argenpress)
20 años atrás 9 min lectura
Morir puede ser una forma de gritar, cuando no quedan maneras de defender la vida.
Los presos políticos mapuche, en el penal chileno de Angol, están en huelga de hambre desde el 13 de marzo. En 48 días de huelga de hambre se ha deteriorado la salud, pero no la decisión de ser libres de Juan Huenulao, Patricio Marileo, Jaime Marileo y la estudiante Patricia Troncoso (detenidos desde agosto del 2004).
Ellos demandan que el Chile que se dice progresista, -sobre todo a partir del triunfo de Michelle Bachelet, quien se ha embanderado con la defensa de los derechos humanos-, extienda este concepto hacia el de “derechos humanos para todos”, y termine con los siglos de olvido y negación del pueblo mapuche, con la indiferencia hacia su palabra y su cultura. En una carta dirigida a la Presidenta de Chile, la Asamblea Mapuche de Izquierda le escribe:
El viernes 28 de abril, como parte de la jornada internacional por la libertad de los presos mapuche en Chile, cuando se movilizaban frente a la Moneda, para requerir respuesta a estas demandas por parte del Ministro del Interior, Andrés Zaldívar (demócrata cristiano), recibieron palos y nuevas detenciones por parte de carabineros. En esas circunstancias fue detenida, junto a 15 compañeros más, Moira Millán, una de las voceras del Frente Mapuche Campesino de Argentina, quien acompañaba solidariamente la resistencia de los hermanos chilenos, y había intentado junto a Verónica, otra hermana mapuche, encadenarse en La Moneda. Los 16 detenidos, que recuperaron luego la libertad, fueron golpeados, insultados con expresiones racistas y maltratados en las comisarías primera y tercera de Santiago de Chile. Unos días antes, el 26 de abril, en otra manifestación pacífica realizada en Temuco, habían sido detenidos seis estudiantes universitarios que se solidarizaron con los presos y presas mapuche. Esto habla del carácter de la respuesta que el Estado chileno viene dando a las demandas de los pueblos originarios de la tierra.
Vale la pena analizar algunas características del conflicto y de los intereses en juego del nuevo reparto territorial.
Los presos fueron acusados de “incendio terrorista” a un fundo de propiedad de la forestal MININCO S.A., perteneciente a la compañía maderera de papeles de cartón (CMPC), empresa que tiene más de un millón de hectáreas de plantaciones de pinos y eucaliptos. El dueño de esta empresa es Eugenio Matte Larrain, integrante del grupo Matte, uno de los principales grupos económicos de Chile. El otro millón de hectáreas lo tiene la Forestal Bosques Arauco S.A., perteneciente al grupo Angelini.
Anacleto Angelini, el hombre más rico de Chile, tiene una fortuna personal que asciende a los 2.500 millones de dólares, informa la Coordinadora de Comunidades en Conflicto Arauco Malleco [1]. Las empresas forestales trasnacionales, estuvieron entre las principales beneficiarias del Decreto Ley 701 de la dictadura de Pinochet, que permitió redefinir estratégicamente el territorio mapuche como campo de acción para sus inversiones.
Entre la Forestal Bosques Arauco y la Forestal Mininco, controlan actualmente en Chile el 100 % de la producción de celulosa, el 100% de la producción de papel de diarios y de la producción de paneles, y el 80% de la producción de madera aserrada del país [2]. Señala también en el informe la Coordinadora de Comunidades en Conflicto Arauco Malleco, que las empresas forestales Arauco S.A, Mininco S.A., y Volterra Ltda., utilizan la siguiente estrategia para expulsar a las comunidades mapuches de sus tierras.
al o a los funcionarios del Estado, para que ellos busquen una solución al problema. Por lo general, dicha solución consiste en la “relocalizacion” de la comunidad en un sector periférico del pueblo mas cercano, en donde pasarán a engrosar -lejos de sus tierras originales- la población de las capas más bajas y explotadas de la sociedad chilena.
-Reforestación con especies exóticas, pino radiata y eucaliptus, que provocan el secado de las napas subterráneas dejando a las comunidades sin agua para la subsistencia diaria.
Estas trasnacionales, controlan también la información, lo que explica el cerco de silencio que sigue a la cerca del territorio.
A partir de las acciones y movilizaciones, y de las redes solidarias que fueron rompiendo aquel cerco, una delegación mapuche logró entrevistarse en el día de ayer con el Ministro del Interior, quien se comprometió que en otros procesos contra el pueblo mapuche no se vuelva a aplicar la Ley Antiterrorista. Sin embargo, no se consiguió una respuesta para las demandas de los presos que se encuentran en huelga de hambre, con señales fuertes de deterioro de su salud.
“Cuántos tienen que morir/ para ver la libertad”, cantaba el poeta Víctor Jara… “es la sórdida pobreza/ que se pretende ignorar”…
En el Chile actual, que se dice “socialista”, hay un pueblo que sigue batallando por el fin del saqueo de sus territorios. Por el derecho a vivir su cultura y su identidad, en comunidad con la tierra en la que nacieron. Por el derecho a la libertad. La de los presos por luchar, y la de todo su pueblo, que no pudo ser acallado a pesar del genocidio.
La batalla ancestral de este pueblo, extendido a ambos lados de la cordillera, es parte fundamental en la creación de un nuevo proyecto histórico popular, latinoamericano, que no reconozca las fronteras creadas para dominarnos, dividirnos y negarnos.
Asumirlo como propio, es una manera de ir rompiendo con la colonización cultural que nos impide reconocernos en nuestras identidades, y que ha transformado en actos de heroísmo y de civilización, las acciones de conquista salvaje y de destrucción de pueblos y territorios, que hoy continúan realizando las trasnacionales, con la complicidad de los gobiernos subordinados.
El proyecto histórico popular, para que sea tal, tendrá que encontrar sus raíces y sus palabras, sus señales y gestos fundantes. Tal vez un gesto posible, inicial, sea asumir sin dilaciones, la lucha por la libertad y por la vida de los presos políticos mapuche en Chile.
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