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Tiempo de umbral en un año que se va (2005)

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A los problemas cuya única solución ha sido postergar la solución a los problemas aumentando, sin que se vea en el horizonte la luz de una solución valedera,
a la realidad de circo que se resquebraja por los estertores de la realidad de nausea que acosa a millones de chilenos.

Revisando las pocas informaciones que se publican en internet acerca de una visión de realidad sobre la realidad concreta de Chile, veo, o mejor dicho: intuyo, que estamos en un tiempo de umbral; un tiempo en que no se está entrando a algo nuevo ni se está saliendo de algo viejo. Todo es movimiento y por lo mismo los acontecimientos del accionar de los seres humanos en sociedad nos conducen siempre a algún lado.

No podremos saber a ciencia cierta, que tan mejor o peor será a lo que no terminamos de entrar, pero si sabemos que no ha de ser igual a lo que no terminamos de salir. Los movimientos de un país están compuestos por movimientos de grupos e individuos que a su vez se mueven en distintos tiempos y velocidades. En general podemos decir que ocurre muchas veces que algo cambia en la realidad, pero esto no termina de cambiar en las percepciones que la gente tenga de ella. Cambian ciertos hechos, no cambian en la misma intensidad y sentido la forma de percibirlos.

Hace algún tiempo leí una extensa entrevista al ya pronto ex senador Viera Gallo y lo ví blandito, fofo, cuidadoso hasta el extremo de parecer timorato. En estos personajes de mantequilla, los no tan valientes soldados y toda la parafernalia de la derecha, tiene sus mejores aliados. Que no haya sido candidato demuestra que algo ha terminado, no sabemos que vendrá.
La simpática señora del bigotito sonriente, que ostenta la dudosa condición de posible futura presidenta de una gobernación del imperio, fue acusada de ser la carta bajo la manga de las fuerzas armadas y ella se limitó a una sonriente evasiva. Nada indica que en ella se esté terminando una era, sin embargo todo indica que la acumulación de problemas cuyas soluciones se han postergado, tendrá su reventón y si esto ocurre bajo el mandato de la dicha señora, nadie podrá asegurar que ella sepa salir con la sonrisa indemne. Aquí el tiempo de umbral es mucho más prolongado.
Si se produce la anunciada desgracia de que el país sea gerenciado por un señor que se ha hecho millonario a la sombra del ladrón mayor de la colonia, con los tormentosos títulos de ex general y ex dictador, podremos decir que estamos entrando a algo más de lo mismo, pero ampliado.

Algunas izquierdas lograron unir sus pocas fuerzas y más voluntades en un movimiento cuyo objetivo central es, o debiera serlo, a partir de los problemas de la gente, aportar organización y de esta forma contribuir a romper el negocio de las elites políticas. En las izquierdas también se da un tiempo de umbral unos con visiones y prácticas que debieran estar superadas, otros con niñerías de restar en vez de sumar.

Si vemos la cuestionable actuación de la justicia en relación a los abusos contra los derechos de la persona por los aparatos represivos del nefasto gobierno de las fuerzas armadas, vemos la zona gris del umbral.

Son las señales de lo nuevo que no acaba de nacer, son los avatares de lo viejo que no termina de morir.
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