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Una percepción alternativa sobre Celco

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Tras el desastre de Celco, voces de todos los sectores han afirmado que no se debe supeditar el desarrollo económico a otros intereses. Este planteamiento cortoplacista y carente de profundidad, es sin embargo la opinión predominante en columnas y editoriales de la prensa nacional, y frente a la que es necesario generar una visión alternativa.

La evidencia científica acumulada durante las últimas décadas, demuestra que el deterioro ambiental es enorme y que este siglo será, por necesidad acuciante, el siglo del medioambiente. En este escenario, no es posible tomar decisiones sin considerar el impacto ecológico, especialmente después de que en nuestro país se estableció una Ley sobre el Medio Ambiente.

Tenemos que incorporar en el concepto de desarrollo, que la degradación ambiental limitará fuertemente el potencial económico futuro. Por tanto, la defensa y protección del medioambiente, no sólo tiene un contexto ético sino también económico. Además, ha quedado demostrado que el empobrecimiento de los ecosistemas produce impactos directos e indirectos, afectando a otras actividades humanas, como ha sido el caso de la actividad turística en la zona de Valdivia.

Los tiempos cambian, cambian las circunstancias y cambian los problemas. Por ello, es imposible y antinatural, que el largo historial de una empresa justifique que su marco de acción se mantenga invariable, aunque varíen los tiempos, los factores y las necesidades. El Caso Cisnes puso en evidencia que el conocimiento que tenemos de nuestros ecosistemas es muy precario, y nos dio a todos los chilenos una bofetada en la cara, que ojalá haya sido “la bofetada del despertar”. Porque los cisnes despiertan ternura e indefensión, reaccionamos ante la evidencia, pero, ¿qué pasa con todo aquello que no se ve, pero que también está siendo gravemente alterado?

Muchas alteraciones medioambientales tienen efectos a más largo plazo, como los contaminantes que se acumulan lentamente y que incluso pueden producir efectos sobre la salud humana. Ocultar esta información, sobre todo en un mundo cada vez más abierto, donde es un derecho ciudadano estar informado, puede resultar muy riesgoso para las empresas. Muy a su pesar, Celco demostró el peligro de manipular información, ya que tras perder la credibilidad, ésta difícilmente se recupera. La fiscalización externa se debe instalar dentro de esta actividad productiva en forma casi permanente. Nuevamente los costos de fiscalización aumentan y por ello la rentabilidad del proyecto disminuye. Así el negocio disminuye en valor y la ciudadanía castiga con la caída del valor de sus acciones.

En resumen, la ciudadanía está despertando y reclamando lo que es suyo: el medioambiente. Le está comenzando a dar valor y a evaluar elementos que antes no se tomaban en consideración. Estamos enfrentando nuevos tiempos donde los modelos para medir el desarrollo no son sólo los parámetros económicos, sino aspectos ambientales, científicos y tecnológicos, salud humana, y factores sociales, con la integración de todos ellos en la toma de decisiones, aumentará la posibilidad de lograr un desarrollo sustentable.

 Alejandro Buschmann
Dr. Ciencias Biológicas, mención Ecología
Académico U. de Los Lagos y Consultor de Oceana
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