La atribución unilateral del Premio Nobel de la Paz es un escándalo absoluto
La atribución del Premio Nobel de la Paz al presidente colombiano Juan Manuel Santos, y en forma exclusiva, es un gesto que nos deja sin palabras. No podemos dar crédito a lo que oímos y a lo vemos: así es que, ¿el mérito de la firma de un acuerdo de paz sólo se le reconoce a uno de los firmantes? ¿En que estaba pensando el Comité noruego? Para firmar un acuerdo, se necesitan por lo menos dos, y en Colombia, los firmantes eran dos: Santos y las FARC-EP.
Santos, Nobel de Paz: Bofetada a las víctimas de los falsos positivos
Una cosa es reconocer que Santos –desde su perspectiva egoísta y los intereses gremiales del sector oligárquico que representa, interesados en profundizar la inversión en los territorios- abrió la mesa de negociaciones con las FARC-EP. Otra cosa es olvidar que Santos fue ministro estrella de defensa de Uribe cuando cobraba forma el escándalo de las chuzadas y de la parapolítica. Olvidar que fue él quien presidió el bombardeo a territorio ecuatoriano en el 2008, el que en su campaña se ufanó de estar orgulloso de que Colombia fuera visto como el Israel de América Latina.
El Premio Nobel de la Paz para el Presidente Juan Manuel Santos
Las reacciones a la adjudicación de este Premio, como era de esperar, han sido muy disímiles: Ingrid Betancourt, raptada por las FARC en febrero de 2002 y liberada en julio de 2008 plantea, a mi modo ver, muy justamente, que el Premio Nobel debería haber sido otorgado junto con Santos, a las FARC-EP, representadas por Rodrigo Londoño, como jefe de esta organización.
Colombia: la Paz…de los empresarios
Para esos “hombres de bien” que serían los empresarios, como los denomina cierta jerga periodística, la paz quiere decir simplemente que se desmovilice la insurgencia, se le juzgue por haber ejercido el derecho a la rebelión y no pase nada más. Esto significa que el país sea como siempre ha sido, antidemocrático, desigual e injusto, que no haya ninguna reforma y ellos, los empresarios –los verdaderos dueños de Colombia– sigan tranquilamente con sus negocios, acumulando capital y obteniendo jugosas ganancias.
La hipocresía y el caradurismo de Uribe Vélez. Ahora dizque preocupado por los derechos humanos
Rubén Alexis Hernández (Chile)Los ciudadanos colombianos repatriados desde Venezuela, son ciudadanos obligados a huir de su terruño no sólo por la continua violencia estatal y paraestatal, sino por el alto índice de pobreza, el desempleo, el alto costo de la vida, el despojo progresivo de las tierras a medianos y pequeños productores agropecuarios, y otras situaciones socioeconómicas negativas que diariamente azotan a millones en Colombia, producto de la implementación permanente de políticas procapitalistas. No tiene Álvaro Uribe la valentía de admitir que el Estado colombiano se consolidó hace años como una entidad narcoterrorista, al servicio de una minoría capaz de reprimir brutalmente, amedrentar, perseguir y cometer los peores crímenes para preservar el statu Quo burgués.
Colombia: Las verdades que se saben en medio de la campaña presidencial
Según Javier Antonio Calle Serna, quien posteriormente se entregó a la justicia norteamericana en Aruba en el año 2012, ellos entregaron para esa mediación 12 millones de dólares. Los mediadores fueron Germán Chica quien fue durante cerca de 18 meses Consejero Político del presidente de la República Juan Manuel Santos y J.J. Rendón, el publicista venezolano experto en comunicaciones para diferentes campañas electorales en América Latina y quien asesoró a Uribe en 2006 y a Santos en 2010 y quien se caracteriza y se enorgullece de poner en marcha campañas de guerra sucia para ayudar a quienes le pagan sus asesorías.