Urnas brasileñas parieron a un Pinochet
por Eric Nepomuceno (Brasil)
5 años atrás 4 min lectura
Brasil: ganó el neofascismo
En todo caso, hay que reconocer que a lo largo de la campaña que lo llevó a la victoria, así como de toda su carrera de político profesional, Bolsonaro ha sido de una coherencia loable, algo raro entre los de su calaña.
En ningún momento dejó de exhibir su profundo e irremediable desprecio por la democracia, su racismo, su misoginia, su línea de pensamiento (si cabe la palabra) absolutamente raso y plagado de cualquier tipo de prejuicios.
Un troglodita radical, incapaz de comprender la vida más allá de su defensa inquebrantable de la violencia. Un ser totalmente desequilibrado que requiere ayuda sicológica urgentísima.
En la campaña defendió la implantación de un programa económico fundamentalista, neoliberal a ultranza, contrariando su defensa anterior –primaria, es verdad, como todo lo que emana de él– de un estatismo burdo y sin lógica alguna. Luego dio vuelta atrás. De la misma y serena manera con que dio vuelta atrás en anuncios extravagantes, como lo de unir Agricultura y Medio Ambiente en un mismo ministerio, juntando a depredadores de la naturaleza con defensores de lo que todavía existe.
Dijo que abandonaría el compromiso ambiental y climático del Acuerdo de París, luego dijo que no sería así. Aseguró que abandonaría, si se diera el caso, a ese antro de comunistas
más conocido como Organización de las Naciones Unidas, la misma ONU de la cual Brasil es uno de los fundadores. Luego no volvió a mencionar el tema.
Esa entidad diáfana e invisible llamada mercado
lo recibió con euforia. Ahora espera, ansiosa, por el programa económico anunciado, de un fundamentalismo neoliberal que haría sonrojar a los más eufóricos defensores de la libertad absoluta del dinero. Frases de Bolsonaro como “¿qué interesa más a los trabajadores, menos derechos y más trabajo, o más derechos y desempleo?’ suenan, a los oídos de esa entidad, como Brahms o Mozart.
Nada de eso, sin embargo, tiene real importancia. Los que votaron por él sabían que elegirían una aberración, pues jamás administró siquiera un carrito de paletas hechas con agua contaminada.
Lo que realmente importa es lo que vendrá, principalmente del círculo que lo rodea, muy especialmente el quinteto de generales retirados que conformarán el verdadero núcleo de poder en Brasil.
La distribución de cargos y puestos tiene, frente a ese escenario, una importancia relativa. Vital será el programa de gobierno elaborado por los generales Augusto Heleno, responsable de la Defensa; Oswaldo Ferreira, de Infraestructura; Alessio Souto, de Educación, Ciencia y Tecnología, y Ricardo Machado, de Aeronáutica.
El quinto general se llama Hamilton Mourao, vicepresidente electo, y en las veces que abrió la boca durante la campaña dio sobradas muestras de dos aspectos, ambos preocupantes. Primero: es un troglodita ilustrado. Segundo: es mil veces más articulado y preparado que Bolsonaro, que en el fondo no es más que un bufón histeriquito.
En ese quinteto reside la verdadera amenaza que será encabezada por un capitán retirado que ha sido un militar mediocre, que se alejó del ejército luego de planear una serie de atentados (en la ocasión, Bolsonaro declaró que «todo fue meticulosamente previsto» para no causar víctimas humanas) para exigir aumento de sueldo.
Parte del quinteto estaba, hasta hace menos de un año, en activo, lo que abre espacio para calcular la influencia que siguen teniendo sobre sus colegas.
El general Souto, por ejemplo, ya anunció que pretende incluir en el sistema educativo el creacionismo, dejando a Darwin en segundo plano. Y que los libros que hablen de la dictadura (implantada entre 1964 y 1981) serán prohibidos
en las escuelas. Dijo también, entre otras perlas, que no ve mucha razón para que se concedan tantos recursos a la investigación en el área de las ciencias humanas.
Todo lo que sea más retrógrado, más bizarro, más absurdo, está alrededor de Bolsonaro. Su vicepresidente ya defendió que, si se da el caso
, el presidente aplique, con respaldo de las fuerzas armadas, un autogolpe
con tal de retomar la normalidad
.
El domingo, 39 por ciento del total de brasileños con derecho a votar eligieron a Jair Bolsonaro. Otro 31 por ciento optó por Fernando Haddad. Hubo 28.5 por ciento del electorado –42 millones cien mil brasileños– que optaron por anular su voto, abstenerse o dejar la boleta en blanco. Con eso, Bolsonaro obtuvo 39 por ciento de respaldo. Otro 61 por ciento prefirió rechazarlo.
De todas formas, ganó. Jugando sucio, jugando inmundo, pero ganó.
Las urnas de mi país han parido a un Augusto Pinochet. A ver qué pasa; a ver cuál será la dimensión del desastre, cuál la duración del derrumbe, y principalmente, cuál será el precio que las futuras generaciones pagarán por semejante catástrofe.
*Fuente: La Jornada
Artículos Relacionados
Preguntas sobre Venezuela que hacen dudar a un jesuita
por Jorge Sarsaneda del Cid (Panamá)
10 años atrás 5 min lectura
Otro Chile es posible: «Que la soberanía vuelva al pueblo»
por Víctor Hugo de la Fuente (Chile)
4 años atrás 4 min lectura
¡Hasta que caiga el ministro de cultura!
por Pablo Varas (Chile)
6 años atrás 4 min lectura
Coquimbo: ¿Regreso al autoritarismo?
por Jorge Montecino (Chile)
14 años atrás 2 min lectura
CODELCO: cincuenta y cinco trabajadores muertos
por Sergio Alegría Millaqueo y Cristian Cepeda (Chile)
18 años atrás 7 min lectura
Urgente, … ¿Por qué no se van del país?
por Mario Briones R. (Chile)
12 años atrás 6 min lectura
En la vía rápida hacia la autodestrucción, ¿existe aún la posibilidad de un futuro viable para el Estado de Israel?
por David Shulman (EE.UU.)
2 horas atrás
Si Israel quiere sobrevivir, física y espiritualmente, necesita sufrir colectivamente un cambio radical en su visión de la realidad y enfrentarse a algunos hechos desagradables, aunque obvios.
25 de abril de 1975: La revolución de los claveles
por piensaChile
3 horas atrás
Se ha dicho que las revoluciones tardías son las más radicales. Seis años después del Mayo del 68 francés, pero cuatro años antes de que se pusiera en marcha una movilización de masas en el Estado español, la Revolución de los Claveles desplazó a un régimen dictatorial que llevaba casi medio siglo en el poder.
En la vía rápida hacia la autodestrucción, ¿existe aún la posibilidad de un futuro viable para el Estado de Israel?
por David Shulman (EE.UU.)
2 horas atrás
Si Israel quiere sobrevivir, física y espiritualmente, necesita sufrir colectivamente un cambio radical en su visión de la realidad y enfrentarse a algunos hechos desagradables, aunque obvios.
La «paciencia estratégica» de Irán se eleva a disuasión seria
por Pepe Escobar (Desde Moscú)
5 días atrás
Los ataques de represalia de Irán contra Israel no se llevaron a cabo en solitario. Los socios estratégicos Rusia y China cubren las espaldas de Teherán, y su papel en el conflicto de Asia Occidental no hará sino crecer si EEUU no mantiene a Israel a raya.