El espejismo de la reconciliación política
por Rafael Luis Gumucio Rivas (Chile)
12 años atrás 4 min lectura
Tomo el título del excelente libro de Brian Loveman y Elizabeth Lira, El espejismo de la reconciliación política, Chile 1990-2012. Ojalá este período de recuerdo de los 40 años del golpe de Estado, al menos, haya servido para disipar la densa niebla de hipocresía que caracteriza el período de la “monarquía” de los empates. Reconciliación es un concepto cristiano que ha sido manoseado por los personajes del duopolio, a fin de provocar una de artificiales pedidos de perdón, de los cuales, el más ridículo de todos es el del señor Camilo Escalona, un típico personaje de las malas prácticas políticas – afortunadamente, el ex Presidente Ricardo Lagos que, aunque no es santo de mi devoción, en este tema estoy plenamente de acuerdo con él -. En esta procesión de personas “arrepentidas” le sigue, la sin sentido de Hernán Larraín que, a los pocos días de su pomposa declaración, el rector de la Universidad Católica, institución de la cual fue secretario general, entrega una serie de títulos póstumos a estudiantes asesinados por los esbirros de la dictadura.
En “Hipocritilandia” no ha habido reconciliación – si tomamos el sentido cristiano de la palabra – que supone, en primer lugar, establecer la verdad, de la cual, apenas, hemos recorrido un mínimo camino; en segundo lugar, arrepentimiento sincero – la mayoría de los militares y de la derecha fascista no han mostrado la menor voluntad de hacerlo, salvo algunos hipócritas golpes de pecho -; en tercer lugar reparación que, al estilo de los neoliberales del duopolio, ha sido miserable y puramente monetaria – para estos enanos que dictan cátedra de moralidad y de ética, es “la justicia en la medida de lo posible”, es decir, la sempiterna injusticia de los ricos y poderosos pisoteando a los pobres; en cuarto lugar, el castigo para los culpables – en leguaje cristiano, la penitencia – que hasta ahora, se ha aplicado a contados personajes genocidas. La reconciliación es un concepto tan manoseado que ha perdido su valor liberador y verdadero sentido.
Si la reconciliación la reemplazáramos por término laico de reencuentro entre los chilenos, con una mínima base moral de sustento, tendríamos que reconocer que es tan falaz como el primero: 1) el partido principal de la derecha y más grande en número de parlamentarios, la UDI, sigue avalando los crímenes de la dictadura – en Alemania actual, un partido político de este corte estaría ipso facto fuera de la legalidad; en Francia, los seguidores de Le Pen no se atreven a defender la ocupación alemana, y jamás se les ocurriría decir que Petain fue injustamente condenado -; 2) mientras en Chile exista el pacto de silencio, que impida conocer el paradero de los detenidos desaparecidos, es ridículo hablar de reencuentro entre los chilenos; 3) mientras en Chile haya “hoteles de lujo” para acoger a los genocidas condenados, y además, subvencionados con dinero de todos los chilenos, es impropio hablar del reencuentro entre los chilenos.
Es mentira que la Concertación fue “raptada” por los fascistas y que, además, sufrió el “síndrome de Estocolmo”, pues la verdad es que terminó pensando igual que sus captores – al menos en lo relacionado con el poder y con el neoliberalismo -, en consecuencia, los avances en materia de derechos humanos han sido mínimos y bastante mezquinos – no podemos olvidar que gracias a un Presidente y su ministro de Relaciones Exteriores, Pinochet murió en su cama, y no en la cárcel, como le correspondía; tampoco podemos olvidar que ante las amenazas del propio Augusto Pinochet y con la anuencia del Presidente Frei Ruiz-Tagle, se solicito al Consejo de Defensa del Estado que retirara la querella, aplicando un subterfugio legal, denominado “razón de Estado”.
Quizás, la parte positiva del recordatorio de los 40 años del golpe militar haya sido una especie de catarsis de memoria histórica que, al menos, ha permitido a la ciudadanía identificar, con mayor nitidez, la sevicia con que actuaron algunos miembros del ejército de ocupación, definición correspondiente a instituciones que el Estado les entregó el monopolio de la fuerza para defender el país entre incursiones extranjeras y no para aniquilar física y psicológicamente a sus conciudadanos por el solo hecho de pensar distinto.
El reencuentre entre los chilenos sólo será posible cuando los ciudadanos puedan redactar su propia Constitución, así sea la primera en nuestra historia, donde se consagre en su capítulo primero la promoción y respeto a los derechos humanos, no sólo los de primera generación, sino también los derechos económico-sociales: educación y salud gratuita y de calidad y viviendas dignas para todos los ciudadanos.
12/09/2013
Artículos Relacionados
En el Centenario y Siempre, Seamos Como Allende
por Rolando H. Vergara (Canadá)
17 años atrás 6 min lectura
El lado oscuro de la reforma del sistema de pensiones
por Rafael Luis Gumucio Rivas (Chile)
18 años atrás 8 min lectura
Elecciones en Brasil: criminalización de la política, retroceso de la izquierda, autocrítica y resistencia
por Juraima Almeida (Brasil)
9 años atrás 7 min lectura
¿Nacionalización?: No, Evo presiona para nuevos contratos petroleros
por Econoticias
20 años atrás 10 min lectura
Caso nombramiento del Obispo de Osorno: Aquí estamos ante un abuso de poder…
por Reflexión y Liberación (Chile)
11 años atrás 3 min lectura
La Geopolítica del Fascismo en Sudamérica
por Mauricio Herrera Kahn (Chile)
41 mins atrás
19 de noviembre de 2025
«El fascismo sudamericano no es ruido
Es estrategia, no es locura, es cálculo, no es pueblo, es cúpula. Y solo se detendrá cuando las democracias vuelvan a ofrecer algo más poderoso que el miedo.
Cuando vuelvan a ofrecer futuro…»
Héctor Llaitul: “Si el próximo presidente de Chile es alemán, impondrá un sistema de dominación muy cruento contra nuestra nación originaria”
por Andrés Figueroa Cornejo (Chile)
2 horas atrás
19 de noviembre de 2025
Hemos de observar que más allá de los gritos de victoria que levanta la ultraderecha y los anti-mapuche del oficialismo gobernante, en cuanto a acabar con las acciones de resistencia, la causa mapuche no se detiene. Es más, reflota con nuevos bríos y sobre la base de mantener y proyectar los lazos en materia territorial y política.
Héctor Llaitul: “Si el próximo presidente de Chile es alemán, impondrá un sistema de dominación muy cruento contra nuestra nación originaria”
por Andrés Figueroa Cornejo (Chile)
2 horas atrás
19 de noviembre de 2025
Hemos de observar que más allá de los gritos de victoria que levanta la ultraderecha y los anti-mapuche del oficialismo gobernante, en cuanto a acabar con las acciones de resistencia, la causa mapuche no se detiene. Es más, reflota con nuevos bríos y sobre la base de mantener y proyectar los lazos en materia territorial y política.
Sáhara: “Ni Trump ni Sánchez pueden frenar nuestra determinación para ser libres”
por Néstor Prieto Amador (Madrid, España)
3 días atrás
17 de noviembre de 2025
“Instamos al Gobierno de España a volver a la senda del Derecho Internacional y recuperar el consenso que siempre ha existido en la política exterior española respecto del Sahara Occidental” aseguró la actriz Andrea Guardiola durante la lectura del manifiesto final en la Puerta del Sol. “Mientras alzamos nuestras voces en la misma ciudad donde se rubricó la ocupación marroquí, decenas de presos políticos saharauis se encuentran en las cárceles marroquíes sufriendo torturas y encarcelamientos en condiciones infrahumanas” dijo.