Miles de personas han salido a las calles para reclamar mejoras en educación, salud y pensiones. Pero, a pesar de la creciente información sobre graves irregularidades en el sistema de protección de menores, no hay marchas multitudinarias por los derechos de los niños vulnerables. “Víctimas de sus propias familias y del Estado”, estos niños “no tienen voz, no tienen quienes los representen, dado que quienes deberían cuidar de ellos y ellas, les dieron la espalda. No tienen voz y la sociedad civil tampoco saca la voz por ellos y ellas. No nos sentimos responsables, no son ‘nuestros’ y ese es, justamente, el problema: la marginación que sufren”.