No cabe duda del éxito obtenido por el “terrorismo económico” tan bien concebido, coordinado y lubricado por las dos principales instancias empresariales, sus poderosos medios de comunicación y sus bancadas afines y transversales del Congreso Nacional. De otra forma, en los últimos sondeos no se expresaría con tanta claridad cómo la Presidenta y su gobierno disminuyen aceleradamente apoyo y credibilidad en los sectores medios y pobres. Mientras que en los segmentos ABC 1 ganan respaldo y disminuyen temor.