Presidente Alberto Fernández: “Quiero que no exista más el dolor que vi en las calles de Chile en los últimos tiempos”
“Miro con mucha atención lo que pasa en Chile, yo sé que es un momento único en la historia de un pueblo, pero además se trata de un pueblo al que yo amo profundamente y quiero que le vaya muy bien a Chile.»
Chile en su “Momento Gramsciano” (y las limitaciones de una salida tipo nueva socialdemocracia europea)
¿Cuál es el mayor desafío que debemos enfrentar en el plano económico en la nueva Constitución? El destacado economista José Gabriel Palma lo analiza en detalle a partir del análisis de por qué colapsó el pensamiento progresista latinoamericano. Apelando a la concepción de Foucault sobre la relación entre el poder y el conocimiento, despedaza el rol de los “expertos” a los que llama “guardia pretoriana del neoliberalismo” y los argumentos de los que postulan para Chile la “nueva” socialdemocracia europea: bajo la apariencia de subsidiar a los más pobres, los grandes receptores de “protección social” son los grupos de altos ingresos.
«Mi población El Castillo, La Pintana…»
Miren esas viviendas, ese barrio, esa calidad de vida en la que crecimos muchos niños, la indignante precariedad del entorno, la violencia en la que crecimos, la falta de oportunidades que se reflejan en la foto. En mi pobla ODIAMOS a los pacos, siempre los odiamos porque NUNCA vinieron cuando a nuestras madres les sacaban la cresta sus maridos, nunca vinieron cuando en mi colegio religioso abusaron de mis compañeros, no estuvieron cuando mataban a alguien en una balacera, no venían nunca.
Dedicada a mi madre
Los que nunca han tenido que pasar hambre, no pueden entender el sentimiento y los motivos que mueven a seres humanos que han llevado una vida que ellos jamás podrán comprender.
Estamos recién entrando a un túnel negro
Es imprescindible partir por señalar lo que dijo el científico climático de la Universidad de Michigan, Jonathan Overpeck, para que tenga sentido lo que viene más atrás. “Lo que estamos viendo hoy, este año, es solo un pequeño presagio de lo que es probable que obtengamos”. Las cosas van por buen camino para volverse «el doble de mal» que ahora, «si no peor«.
Presidente de México: «Seguiremos combatiendo la corrupción» (¿Y en Chile? ¿Cuándo empezamos?)
«Desde hace muchos años, yo he sostenido que es el principal problema de nuestro país. Eso es lo que más ha dañado, lo que ha dado al traste con todo. Es la causa principal de la desigualdad social, de la desigualdad económica. Por la corrupción hay pobreza. Por la corrupción hay esta monstruosa desigualdad económica y social que estamos padeciendo. Por la corrupción se desato la inseguridad y la violencia. De modo que sin dejar de atender la pandemia y otros problemas, tenemos que seguir en el combate a la corrupción. A los dos tipos de corrupción. A la corrupción del gobierno y la asociación delictuosa que se hace con empresas, con los llamados hombres de negocio. La delincuencia de cuello blanco y también la corrupción que se promueve para alentar a la delincuencia organizada. Delincuencia de cuello blanco y delincuencia organizada.«
El coronavirus ha destapado otra pandemia que beneficia a los ricos: la de la pobreza
La defectuosa línea de pobreza extrema del Banco Mundial ha dibujado una imagen erróneamente positiva que ha provocado una complacencia peligrosa sobre los progresos.
De repente, la pobreza se ha vuelto noticia. Es imposible no ver el impacto absolutamente desproporcionado que el coronavirus está teniendo entre la gente pobre y marginada. Cientos de millones de personas abocadas al desempleo y a la miseria. Con un apoyo insuficiente en la mayoría de los casos, aumentan el hambre, la falta de vivienda y los trabajos peligrosos.
«No puedo respirar»
«No puedo respirar» ante la inercia de los llamados partidos progresistas, mientras la sociedad civil se moviliza en manifestaciones contundentes de indignación y en defensa de la democracia; «No puedo respirar» frente a esta comunidad empresarial que, con un ojo en las ganancias e indiferente a las víctimas de la pandemia, presiona por la apertura inmediata de sus negocios, mientras que las camas de los hospitales son tumbas llenas y poco profundas que se multiplican en los cementerios como las encías sin dientes de Tanatos; «No puedo respirar» cuando, en Brasil y en los Estados Unidos, los ciudadanos son asaltados, arrestados, torturados y asesinados por el «delito» de ser negro y, por lo tanto, «sospechosos».
El factor humano
Y los medios –no sólo los hegemónicos- no saben cómo o qué informar, se pierden en lamentar las pérdidas bursátiles y se olvidan de los condenados de la tierra, los marginados de estas sociedades de consumo. Muchos, queriéndolo o no, desde derecha e izquierda, se han transformado en armas funcionales a la batalla que Estados Unidos ha lanzado para no perder su hegemonía económica frente a China.
El sencillo mensaje Lavarse las manos frecuentemente es para muchas familias más que un consejo, una ilusión o burla, en una región donde el 40% de hogares carece de acceso al agua potable en sus casas, señala Álvaro Verzi Rangel.
Coronavirus: El capitalismo contra el mundo
Tal vez esta aseveración parezca tremendista, pero las evidencias están ahí para quien las quiera ver. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha informado que el gasto de salud per cápita en 2018 fue de 60 dólares en los países de ingreso medio y bajo y de 270 en los de ingreso alto. Al mismo tiempo el Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (SIPRI) dio a conocer que en el mismo año el gasto per cápita en armamento en el mundo fue de 240 dólares, lo cual además, como todos sabemos encierra la trampa del uso de promedios toda vez que en Estados Unidos fue de 1845, el de Francia 882, el de Reino Unido 715. China gasta 169 y Rusia 414, muy por debajo de los miembros del Consejo de Seguridad de la ONU que también lo son de la OTAN. En cualquier caso, todos muy por encima del promedio mundial. Visto de otra manera, los países encargados de garantizar la paz y la vida en el planeta, despilfarran miles de millones de dólares en organizar la muerte.