El INDH debiera salir de su posición de “Instituto Nacional de Estadísticas de los Derechos Humanos”, para jugar un rol proactivo en la protección y defensa de estos, impidiendo su licuación en interpretaciones y acciones que lo desnaturalizan. Para que ello ocurra es clave reforzar su autonomía y con el apoyo de la sociedad civil, ir redefiniendo su rol e institucionalidad. Un nuevo marco constitucional podría contribuir a este propósito.