Contra un orden mundial unipolar: el 15º aniversario del legendario discurso de Putin en Múnich
En mi opinión, el modelo unipolar no sólo es inadmisible para el mundo contemporáneo sino que imposible. Y no solamente porque a un líder único en el mundo contemporáneo – precisamente en el contemporáneo – no le van a alcanzar recursos militar-políticos ni económicos. Sino porque – y ello es áun más importante – se trata de un modelo que no puede funcionar por estar carente de la base moral propia de nuestra civilización.
"75 años después es importante discutir el futuro juntos": Putin publica un artículo sobre la Segunda Guerra Mundial
«El revisionismo histórico, principalmente sobre el tema de la Segunda Guerra Mundial y su resultado, cuyas manifestaciones ahora estamos presenciando en Occidente, es peligroso porque distorsiona de manera cínica y grosera la comprensión de los principios del desarrollo pacífico establecidos en las conferencias de Yalta [del 4 al 11 de febrero de 1945] y de San Francisco [del 25 de abril al 26 de junio de 1945]», señaló el presidente.
El suicidio europeo ante Turquía
LA HISTORIA ESTÁ A PUNTO DE REPETIRSE
Al firmar con Turquía un acuerdo –por lo pronto ilegal a la luz del derecho internacional– para frenar la oleada de migrantes, los dirigentes de la Unión Europea dan un nuevo paso en lo que podríamos llamar su pacto con el diablo. Gran parte de los 3 000 millones de euros asignados a Ankara irán a parar al financiamiento de los yihadistas y, por tanto, incrementarán la cantidad de migrantes que huyen de la guerra. Por cierto, al levantar, en los próximos meses, la exigencia de visas a los ciudadanos turcos, los europeos instituyen de hecho la libre circulación entre los campamentos de al-Qaeda y Bruselas
Querer regentar el mundo de manera unipolar es ilegítimo e inmoral
20 de febrero de 2007
“¿Pero qué es un mundo unipolar? Por mucho que se intente adornar ese término, en la práctica ello tiene sólo una significación: existencia de un solo centro del poder, de un solo centro de fuerza y un solo centro de la toma de decisiones. Es el mundo en que hay un solo dueño, un solo soberano. Al fin y al cabo, ello resulta pernicioso no sólo para aquellos que se encuentren dentro de los marcos de tal sistema, sino también para el propio soberano, pues ese sistema lo destruye desde dentro. Además, tal estado de cosas no tiene nada que ver con la democracia. Porque la democracia, como es sabido, es el poder de la mayoría, en el que se consideran los intereses y las opiniones de la minoría.