La rebaja de sueldos en los honorables diputados, senadores y otros, sencillamente es un mensaje fallido para ayudar a mantener la legitimidad que no tienen. Es cierto que están en sus responsabilidades por la voluntad popular pero se les exige trabajo legislativo para resolver los asuntos de la república, es decir, la de asegurar derechos para todos los ciudadanos, y eso no ha pasado.