Urnas brasileñas parieron a un Pinochet
El general Alessio Souto, futuro ministro de Educación, Ciencia y Tecnología, ya anunció que pretende incluir en el sistema educativo el creacionismo, dejando a Darwin en segundo plano. Y que los libros que hablen de la dictadura (implantada entre 1964 y 1981) serán prohibidos en las escuelas. Dijo también, entre otras perlas, que no ve mucha razón para que se concedan tantos recursos a la investigación en el área de las ciencias humanas. Las urnas de mi país han parido a un Augusto Pinochet. A ver qué pasa; a ver cuál será la dimensión del desastre, cuál la duración del derrumbe, y principalmente, cuál será el precio que las futuras generaciones pagarán por semejante catástrofe.
China le para el carro a Bolsonaro (Le recuerdan quien pone la música)
Este clima de euforia fue rápidamente enfriado por el editorial del Global Times del 29 de octubre, titulado ‘¿Revertirá el nuevo Gobierno brasileño la política de China?’. Se trata de una pieza importante, calculada milimétricamente, suave y amenazante a la vez, como suele ser la diplomacia oriental.
Global Time, principal diario chino sobre economía y finanzas, comienza diciendo que Bolsonaro es un «Trump tropical», recuerda las acusaciones que hizo a China durante la campaña pero, a renglón seguido, destaca que comenzó a cambiar su tono hacia el final, diciendo que «vamos a hacer negocios con todos los países y China es un socio excepcional». Agrega que es «impensable» que Bolsonaro reemplace el comercio Brasil-China por el comercio EEUU-Brasil.
La tristeza no es sólo brasilera
Brasil, más allá de sus fronteras, se identifica ahora con la cara de un dirigente político misógino y xenófobo, que no parece creíble en su moderación impostada de estas horas. Pero se legitimó en los comicios, y si cumple con la mitad de sus frases de campaña, llevará al país más grande de América Latina por un camino oscurantista, de imprevisibles consecuencias.
El peligro de Bolsonaro y del auge de la extrema derecha
Frente a la desmantelación de la democracia no es concebible el silencio, como dijo Martin Luther King, “no me preocupa el grito de los violentos… lo que más me preocupa es el silencio de los buenos”. Es hora de oponerse al populismo autoritario y defender los derechos esenciales de todos y todas. La democracia, a diferencia de lo que proclama Bolsonaro -haciendo eco del lema de la bandera brasileña-, no debería reducirse a orden y progreso.
El ultraderechista Bolsonaro vence las elecciones con un 55% de los votos
El ultraderechista Jair Bolsonaro ganó este domingo las elecciones presidenciales en Brasil con un 55,54% de los votos válidos y sucederá al mandatario Michel Temer el próximo 1 de enero para gobernar el país hasta 2022. De acuerdo a los resultados oficiales, cuando se ha escrutado el 94,44% del censo, Bolsonaro ya es presidente electo pues su ventaja no puede ser recortada por el progresista Fernando Haddad, candidato del Partido de los Trabajadores (PT), quien obtuvo un 44,46 % de los votos válidos. Bolsonaro, es un capitán de la reserva del Ejército que defiende la dictadura que imperó entre 1964 y 1965 y es conocido por opiniones de talante racista, machista y homofóbico.
El fascismo se impuso en el ballottage brasileño. No hubo freno a Bolsonaro
El candidato de ultraderecha obtuvo el 55 por ciento ciento de los votos frente al 45 de Fernando Haddad, del PT y será el nuevo presidente de Brasil. Hubo 8 millones de votos nulos y más de dos millones en blanco. El misógino, homofóbico y apologista de la dictadura prepara un gobierno neoliberal y de mano dura.
Crónica de dos semanas en los grupos de WhatsApp de votantes de Bolsonaro
El tema ya venía siendo ubicado como pieza relevante de la campaña de Bolsonaro por algunos analistas políticos y de comunicación en medios escritos, pero sin mayores repercusiones. Este miércoles el New York Times publicó una columna en la cual se revelaron detalles del funcionamiento de la divulgación másiva de contenidos falsos por grupos de mensajería y el jueves finalmente la Folha de Sao Paulo le dio cobertura a la conexión entre empresas y el financiamiento de la estrategia de divulgación de noticias falsas.
Brasil: Elecciones en la guerra hibrida
Para impedir que el deseo de la mayoría de los brasileños de tener a Lula de nuevo como presidente de Brasil se concretara, la derecha ha optado por destruir al país. No le importan las consecuencias. Ya había abrazado a Michel Temer, a sabiendas de que es la cabeza de una banda de corruptos, con tal de sacar al PT del gobierno, retomando el ya fracasado modelo neoliberal. No le importan las consecuencias: la profunda y prolongada recesión, los 27 millones de personas, entre desempleados y gente que ya ni siguiera busca empleo.
Brasil: Bolsonaro se asume como dictador y amenaza a los opositores con la cárcel o el exilio
Somos la mayoría. Nosotros somos el Brasil de verdad. Juntos con este pueblo brasileño construiremos una nueva nación. No tienen precio las imágenes que veo ahora, de Paulistas y de todo mi querido Brasil. Perdieron ayer, perdieron en 2016 y van a perder el 28. Esta clase, si quiere quedarse aquí, va a tener que ponerse bajo la ley de todos nosotros. O van hacia la calle. Serán desterrados de nuestra patria. Creemos en el futuro de nuestro Brasil. Y juntos, en equipo, construiremos el futuro que merecemos.
Las democracias también mueren democráticamente
Los grupos de investigación brasileños denunciaron en el New York Times (17 de octubre) que de las 50 imágenes más difundidas (virales) de los 347 grupos públicos del Whatsapp en apoyo de Bolsonaro sólo 4 eran verdaderas. Una de ellas era una foto de Dilma Rousseff, candidata al Senado, con Fidel Castro en la Revolución Cubana. Se trata, de hecho, de un montaje hecho a partir del registro de John Duprey para el diario NY Daily News en 1959. En ese año Dilma Rousseff era una niña de 11 años. Apoyado por grandes empresas internacionales y por servicios de contra-inteligencia militar nacionales y extranjeros, la campaña de Bolsonaro constituye un monstruoso montaje de mentiras a las que difícilmente sobrevivirá la democracia brasileña.