Aspectos notables en la ‘escena política’ de la nación
“Senatori boni viri, Senatum autem mala bestia” (Adagio romano)[1] “Si los de arriba tocan el violín, ¿qué les queda a los de abajo sino ponerse a bailar?” (Karl Marx)…
El Senado restablece la vigencia de la aristocracia en Chile
Vergüenza. La palabra está bien escogida. Pero la fórmula debe ser, muy precisamente, ‘vergüenza ajena’. En pleno siglo XXI un grupo de autodesignados padrastros de la patria se arroga el derecho de decidir sobre las leyes que debe respetar toda la Nación. Vergüenza. Vergüenza ajena. Chile en el muladar del Derecho.
Un necesario debate por la decencia
Las críticas más sólidas al Acuerdo son aquellas que lo consideran ilegítimo porque el Parlamento o Congreso, al firmar un documento de esa naturaleza, implícitamente, se atribuye un poder que nadie le ha conferido cual es el poder constituyente que, de acuerdo a la doctrina y a la tradición chilena, radica en la comunidad nacional.
¿Una minoría excelente?
100 años cumple en 2016 el Tratado general de sociología de Vilfredo Pareto. En él presenta el concepto de la élite como «minoría excelente», aquel grupo humano de mejor desempeño en una actividad. Según Pareto (quien no tenía en alta estima la democracia, y fue uno de los principales inspiradores del fascismo de Mussolini) esa «minoría excelente» coincidiría con aquellos que acaparan el poder político y económico. La «minoría gobernante» sería a la vez la «minoría excelente».
La lógica de que “todo cambie para que nada cambie”
Los empresarios y los políticos del duopolio actúan como la aristocracia europea antes de 1789. Sí, se dan cuenta que las cosas están cambiando, que la sociedad demanda cambios, pero algunos (como la Nueva Mayoría) creen que ello se arreglará con concesiones políticas menores, mientras que otros (como la derecha) no quieren conceder nada.