La Declaración de Luksic que demuestra que el temor se hace carne en los poderosos. ¡No hay que aflojar!
Esto es parte de lo que dice Luksic: «Las crisis se resuelven con acciones concretas. Nosotros como Grupo daremos un primer paso. A partir del 1 de enero del 2020 ningún trabajador directo de Quiñenco y sus empresas ganará menos de 500.000 pesos. […] Leo en sus miles de mensajes el cansancio por no ser escuchados, la indignación por los abusos, la desconexión de la clase empresarial, la ineficiencia de la clase política. Todos debemos reaccionar.»
Esto demuestra que el temor se ha hecho carne en los poderosos y empiezan a reaccionar y a marcarle pauta nada menos que al gobierno, que en manos de un incapaz como Piñera, Chadwick y otros, no quieren oir las exigencias de la ciudadanía e insisten en seguir hablando de los saqueos y la violencia, la que no parte del movimiento de protesta, sino de vándalos que actúan sospechosamente organizados. Ojo al charqui. Y a no aflojar, ahora menos que nunca!
El enemigo sigue allí, como en 1985, en una Oficina de alguna agencia de inteligencia, diseñando planes de control sico-político
Durante una jornada de protestas populares en 1985, se corrió el rumor en las poblaciones periféricas de Santiago: grupos organizados saquearían las casas.
Se vivieron dos noches de pesadilla en el sur de Santiago, con pobladores armados con elementos contundentes, organizados durante la madrugada, sin descansar para resguardar sus familias y sus bienes de las hordas de terroristas sin Dios ni Ley que saquearían las casas y violarían mujeres.
Chile. «Disculpe las molestias, estamos luchando para usted»
Destruido el miedo a la libertad, se desmoronan los dioses del poder y sus fetiches auxiliares. Una juventud con tantos motivos como estrellas disparando luz, que llena las arterias de todo Chile. Ya no es sólo Santiago, ni el pasaje del Metro, ni sólo estudiantes. A lo largo del país estrechado entre mar y cordillera, también se agregaron los trabajadores portuarios y los mineros de La Escondida. El martes 22 de octubre el paro nacional fue convocado por las y los trabajadores de la salud pública, área completamente hecha polvo por la falta de presupuesto y trágicamente famosa por los miles de pacientes que han fallecido en espera de su turno de atención.
No se preocupen muchachos, ¡estamos en buenas manos!
No hay que preocuparse por los tremendos problemas que estamos enfrentando. ¡Estamos en buenas manos!
Frente a la encrucijada de Chile
El tremendo problema en que nos encontramos sumergidos hoy en Chile, y que reventó de forma imprevista aunque totalmente previsible, no va a resolverse sin cambios de rumbo político y económico tan radicales como lo son las mismas protesta: A grandes males, les corresponden grandes remedios. En esa línea propondría medidas inmediatas importantes e impactantes para la gente, que pudieran bajar la tensión y su legítima justificación, debido a las injusticias acumuladas y ninguneadas por los políticos gobernantes. Y, por favor, el ofrecer como respuesta a esta insurrección popular que se va a tirar para atrás el alza del metro, resulta a esta altura un mal chiste que de nuevo ningunea el problema real, de fondo, y revela la incapacidad de reacción adecuada a los acontecimientos que se esperaría por parte de un gobierno mínimamente capaz.
El día después
Este gobierno no escuchó ni escucha a la gente, la patética aparición del presidente en televisión y la de sus ministros, para explicar las razones del estado de excepción, para justificar la represión así lo indican, insistiendo en que todo lo sucedido era obra de vándalos y delincuentes. Pretendiendo además frenar el descontento popular, dejando sin efecto el alza a los pasajes el metro, sin querer aceptar que esto, solo fue el detonante o la gota que rebalsó el vaso de un país sumido en una profunda crisis social.
El tsunami chileno
El régimen de Piñera -e insisto en lo de “régimen” porque un gobierno que reprime con la brutalidad que todo el mundo ha visto no puede considerarse democrático- se enfrenta ante la más seria amenaza popular jamás enfrentada por gobierno alguno desde el derrocamiento de la Unidad Popular el 11 de Septiembre de 1973. Las ridículas explicaciones oficiales no convencen ni a quienes las divulgan; se oyen denuncias sobre el vandalismo de los manifestantes, o su criminal desprecio por la propiedad privada, o por la paz y la tranquilidad para ni hablar de las oblicuas alusiones a la letal influencia del “castro-madurismo” en el desencadenamiento de las protestas que culminaron con la declaratoria del “estado de emergencia” por parte de La Moneda, argumento absurdo y falaz antes esgrimido por el corrupto que hoy gobierna al Ecuador y abrumadoramente desmentido por los hechos.
El estallido social puede convertirse en un proceso irrefrenable de protestas
¿Cómo se manifiesta un estallido social?
Tal como lo estamos viendo desde este viernes en Santiago y que se está extendiendo al resto del país. Los estallidos sociales son masivos, violentos, espontáneos, extendidos, dramáticos, inorgánicos, febriles, palpitantes, indignados, estremecedores.
Todas estas manifestaciones que caracterizan un estallido social están presentes aquí y ahora en Chile.
¿Por qué se producen los estallidos sociales?
Las causas pueden ser muchas y variadas, pero por lo general son aquellas que afectan principal, directa, cruel y permanentemente la vida de las personas o los pueblos; cuando se les conculcan y vulneran sus derechos y libertades; y cuando se les limitan sus esperanzas, aspiraciones e ilusiones.