Charles Aznavour celebra su 90 cumpleaños
Charles Aznavour (París, Francia, 22 de mayo de 1924), nacido con el nombre de Shahnourh Varinag Aznavourian (Շահնուր Վաղինակ Ազնավուրյան) es un cantante, compositor y actor francés de origen armenio, considerado en todo el mundo como «el embajador de la canción francesa». Se trata de uno de los cantantes franceses más populares y de carrera más extensa, y el más conocido internacionalmente. Se le atribuye la frase «El show debe continuar».
Gabriel García Márquez- uno de los nuestros
Sobre él todo está ya dicho. El gran inventor del mundo posible, el mago que fue capaz de crear Macondo para recordarnos la magia que habita en los gestos cotidianos y en la ternura del amor, se queda como el mejor pronóstico de los tiempos que aún están por venir. Ese Gabo infinito que hizo que los ojos del mundo nos vieran en la dimensión exacta de nuestra historia y de nuestro tiempo.
Entre el río de aguas claras y la isla de las salamandras azules
La palabra más linda del castellano pudo haber sido Aracataca, la cual al descomponerse en «Ara», significa río en chimila, y «cataca» agua clara [1]. La vida literaria de Gabriel García Márquez fué un Aracataca, un río de aguas claras. No en vano nació en ese pueblo costeño, pueblo que inspiró en él el universo imaginario llamado Macondo. Él ahora se fué para allá, no para dejarnos, sino para encontrarse con los personajes de sus relatos, acabando así con los cien años de soledad.
Gabo, de política, exilio y otras mariposas
Murió Gabo en México. Y en México lo incineraron. Hasta allá tuvieron que ir el presidente de Colombia Juan Manuel Santos, y varias autoridades del país, a rendirle “homenaje”. Ningún responsable político, incluido el presidente, ha tenido la honestidad de explicar por qué su cuerpo no fue trasladado a Colombia, e incinerado allá. Nadie lo sabe. Nadie lo quiere saber.
Todos lloran a Gabo… menos uno
A fines de la década del 60´, cuando iba de fin de semana a la playa, llegó a él la voz de cómo debía contarla. Cuenta su mujer, Mercedes Barcha, que no tocaron ni la arena ni sus cálidas aguas, sino que regresaron de inmediato a su modesto departamento en el DF, vendieron algunos enseres, y “Gabo”, se encerró a escribir durante meses. De esa convicción y arduo trabajo saldría la primera y mítica frase con la que arranca Cien años de soledad: “Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el Coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo…”
No recuerdo…
No recuerdo dónde lo conocí. Puede haber sido gracias a Haydee Santamaría. Acaso coincidimos en alguna comida en casa de la amiga común, quizá en aquella en que fui embromado con una tortilla de plátanos maduros. Lo que sí tengo claro es que en septiembre de 1969, entre la treintena de libros que embarqué en el Playa Girón, había un Cien años de soledad que ya había leído un par veces.
No es el día mundial de la Tierra, es el Día Mundial de Nuestra Única Madre Tierra
Hoy, 22 de abril, como todos los días del año, se seguirá liberando toneladas de dióxido de carbono, metano, butano, etc., hacia el manto sagrado (la atmósfera) de nuestra Madre Tierra. Incuantificables metros cúbicos de veneno químico se verterá al sistema sanguíneo (cuencas hídricas) de la Pachamama. Los perforados pulmones (bosques) de nuestra envejecida Madre serán rebanados como mantequilla por la moderna tecnología. Y, muchos de sus hijos/as defensores seguirán presos, perseguidos o matados por el moderno sistema del desarrollo.
Las flores robadas
La noticia me sorprendió afeitándome a las 7 am de este Viernes Santo. La radio portátil que me regaló un amigo hace algunos años me anunció la noticia : Gabriel García Márquez había emprendido el viaje levitacional al país de los gitanos, de sus abuelos, padres y de todas las « creaturas de aquel universo desaforado ». Debía dar clases a la 9, pero un espeso sopor nostálgico invadió mi espíritu, mis gestos y no sé por qué, evité las delicias mañaneras del viaje en el metro parisino y con lento paso atravesé el Sena, la isla de la Cité y comencé a subir por el bulevard Saint Michel hasta la Sorbona.
La soledad de América Latina (1982)
Discurso en la aceptación del Premio Nobel de Literatura
No obstante, los progresos de la navegación que han reducido tantas distancias entre nuestras Américas y Europa, parecen haber aumentado en cambio nuestra distancia cultural. ¿Por qué la originalidad que se nos admite sin reservas en la literatura se nos niega con toda clase de suspicacias en nuestras tentativas tan difíciles de cambio social? ¿Por qué pensar que la justicia social que los europeos de avanzada tratan de imponer en sus países no puede ser también un objetivo latinoamericano con métodos distintos en condiciones diferentes?
“El cataclismo de Damocles”
Desde la aparición de la vida visible en la Tierra debieron transcurrir 380 millones de años para que una mariposa aprendiera a volar, otros 180 millones de años para fabricar una rosa sin otro compromiso que el de ser hermosa, y cuatro eras geológicas para que los seres humanos a diferencia del bisabuelo pitecántropo, fueran capaces de cantar mejor que los pájaros y de morirse de amor. No es nada honroso para el talento humano, en la edad de oro de la ciencia, haber concebido el modo de que un proceso milenario tan dispendioso y colosal, pueda regresar a la nada de donde vino por el arte simple de oprimir un botón.