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¡Ceacheíííí!… o «el modo chileno de hacer las cosas»

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La escena se repitió una y otra vez en el yacimiento San
José. Cuando cada uno de los 33 trabajadores rescatados asomaba en la
superficie, se escuchaba el grito: ¡CEACHEIIIIII! .. con el sonoro y orgulloso
colofón: "¡LOS MI NE ROS  DE CHI LÉEEE!"

Presumo que la gran mayoría de los millones de televidentes
que siguieron minuto a minuto la secuencia del gran rescate, olvidaron que la
expresión "LOS MINEROS DE CHILE" fue acuñada como slogan por las empresas
transnacionales que saquean el cobre chileno y que se llevaron más de 20 mil
millones de dólares en utilidades sólo en el año 2009.  Esta cifra es mayor al total de inversiones
que dichas compañías realizaron desde su instalación en Chile, gracias a las
excepcionales franquicias que les ofreció a los pocos días de asumir el
gobierno de Patricio Aylwin, en 1990, en adición a los ya  indignos privilegios que les había otorgado
Pinochet mediante la llamada "concesión plena" en 1982.

Los presidentes Aylwin, Frei y Lagos mantuvieron en la
penumbra sus compromisos con las transnacionales del cobre y – con la activa
complicidad de los medios de prensa, radio y televisión- consiguieron que la
opinión pública chilena permaneciera inadvertida del robo descarado que se
estaba produciendo entre los años 1992 a 2004, con pérdidas siderales para el
erario nacional. 

Varios factores incidieron para derrumbar el secretismo con
que la clase política protegió a las empresas transnacionales del cobre.- El
escandaloso Tratado Minero entre Chile y Argentina (que incluso fue objetado
por el Tribunal Constitucional); la brutal baja del precio del cobre durante 8
años consecutivos motivada por la sobreproducción puesta en el mercado mundial
por encima de la demanda; las cuantiosas pérdidas ocasionadas por las corruptas
"operaciones a futuro" en CODELCO, y una creciente presión de las
organizaciones ciudadanas de Chile que reclamaban transparencia , toda vez que
los ingresos fiscales derivados de la gran minería se habían reducido a su
mínima expresión. Fue el momento en que el Presidente Lagos tuvo que reconocer
ante el país que "una dueña de casa que compra un kilo de pan paga impuesto,
pero las Transnacionales mineras no pagan". Lástima que se guardó este secreto
durante 12 años.

Fue a fines del gobierno de Lagos que el Club que agrupa a
las grandes empresas extranjeras del cobre, agrupadas en el Consejo Minero,
decidió invertir unos cuantos millones de dólares (¿qué le hace el agua al
pez?) en blanquear su imagen contratando espacios publicitarios en los más
importantes medios de comunicación del país.

Su mensaje no pudo ser más maquiavélico: Ellos, los rubios
mandamases de las empresas más grandes del mundo, se vistieron con el nombre
LOS MINEROS DE CHILE.  Su mensaje,
dirigido preferentemente a la juventud, actúa sobre el temor a la delincuencia,
con un sesgo paternalista: "Cúidate. La riqueza de Chile eres tú. Este es un
consejo de quienes saben de seguridad. Los Mineros de Chile."    Cualquiera creería que este consejo
protector proviene de esos rudos hombres que barrenan las entrañas de la tierra
a 700 metros
de profundidad, aquellos que  el pasado
13 de octubre gritaban a todo pulmón: "LOS MI NE ROS   DE 
CHI LÉEE".

Así, los rubios conquistadores nos advierten: "No te
preocupes que estemos robando dos tercios de la riqueza cuprífera de Chile. Sólo
cúidate que no roben tu cartera". "La riqueza de Chile eres tú" (no es el
cobre).

Esto ocurre en Chile, país con la menor libertad de prensa
en el continente, en el que no tenemos espacios para responder a esta campaña
manipuladora, cínica y avasalladora. La misma maquinaria constructora de
sentidos destaca las espectaculares ofertas que reciben desde distintos países
los 33 chilenos rescatados, pero oculta que los otros 250 compañeros que no
quedaron atrapados en la mina, están con sueldos impagos y no se les ha pagado
el finiquito por cese de funcionamiento de la empresa. Esa es la maquinaria que
oculta el hecho de que los trabajadores deben resignarse a aceptar empleos en
los que no se les permite realizar sus necesidades fisiológicas y, por consiguiente,
están forzados a usar pañales desechables para depositar sus excrecencias y
orines.

Son los mismos cerebros que nos dicen que disminuyó la
pobreza, porque no se considera "pobre" a una persona que gana más de $48.000
mensuales.

El presidente Piñera dice que en EEUU hablan del "modo
chileno de hacer las cosas". Se equivoca. Lo que está ocurriendo en Chile,
corresponde a lo que, desde mucho tiempo, es "el modo yanke de engañar al
pueblo", lo que también se traduce en "cómo desplumar la gallina".

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