La persistente naturalización neoliberal en Educación
por Tito Flores Cáceres (Chile)
9 años atrás 3 min lectura
Un excelente ejemplo en tal sentido, son los planteamientos de Álvaro Góngora, decano en la Universidad Finis Terrae, quien en una columna de opinión publicada en El Mercurio, a fines de enero recién pasado, utilizaba el concepto “estatizante” como un insulto (en una jerga propia del ortodoxo Cato Institute) y tildaba de “criterio arbitrario e ideológico” la decisión de subsidiar la oferta en la educación superior, no así la de subsidiar la demanda, por supuesto, que probablemente para él sea algo así como “lo que dios manda”.
Como puede apreciarse, el debate en torno a la reforma educacional en Chile no ha estado ajeno a ese sutil e invisible juego hegemónico. Durante estos últimos dos años, los promotores del principio de subsidiariedad han vertido litros y litros de tinta en la disputa de posiciones, para hacer creer a la ciudadanía que lo correcto es el sistema instalado en 1980, el que, apelando a la libertad de enseñanza, instauró la libertad de empresa en lo educacional y la retirada del Estado de su quehacer. A tal punto llegó la falta de mesura de esta línea argumental, que en 2014 el rector de la Pontificia Universidad Católica de Chile planteó que el Estado no debía dar un trato preferente a sus propias universidades, por cuanto aquello era una discriminación para aquellas privadas integrantes del Consejo de Rectores.
La educación en Chile necesita menos pensamiento único y mucho más diálogo, más debate amplio, más contraposición de ideas, en definitiva, más política.
Afortunadamente, después de diez años de la “revolución pingüina” y de cinco del “movimiento universitario”, la ciudadanía está mucho más espabilada frente a argumentos de tal naturaleza y, aunque aún falta mucho por avanzar, está más consciente de sus derechos, así como del rol que le cabe al Estado como garante de los mismos.
Las universidades del Estado, en la suma y la resta, han sido perjudicadas en el actual proceso, no por falta de voluntad del Gobierno que, por el contrario, ha buscado, a través de la reforma, devolverles el rol que deben cumplir como formadores y como actores del desarrollo regional y nacional, sino por la acción de los jugadores con poder de veto del sistema educativo, usando el concepto propuesto por Tsebelis, que no estuvieron dispuestos a perder sus posiciones de privilegio financieras, políticas o religioso-doctrinales. La “ilógica” asociada en el fondo, esto es, la convicción de que lo privado merece apoyo estatal y lo público no, es verdaderamente risible. Lástima que su humorístico carácter no nos libere de tales razonamientos y tengamos que revisarlos en las páginas de algún diario, como si fueran cosa seria.
La educación en Chile necesita menos pensamiento único y mucho más diálogo, más debate amplio, más contraposición de ideas, en definitiva, más política. La Ley larga de Gratuidad en Educación será una arena interesante para aquella disputa, pero también habrá otras igualmente trascendentes, como la creación del Sistema Nacional de Educación Pública. Como ven, el 2016 será crucial. Habrá que estar preparado para ello.
–El autor, Tito Flores Cáceres, es Doctor en Gobierno y Administración Pública y académico universitario
*Fuente: El Mostrador
Artículos Relacionados
La dictadura democrática de los poderosos
por Raúl Zibechi (Uruguay)
8 años atrás 5 min lectura
Los bonos, otro monstruo financiero que amenaza la economía mundial
por Mario Briones R. (Chile)
9 años atrás 11 min lectura
10 preguntas definitivas de Rusia planteadas a Kiev y EE.UU. sobre la tragedia del MH17
por Actualidad RT
10 años atrás 7 min lectura
La vida en los tiempos finales, según Žižek
por Slavoj Žižek Σλάβοϊ Ζίζεκ
13 años atrás 1 min lectura
La tinellizacion de las derechas
por Emilio Cafassi (Argentina)
16 años atrás 7 min lectura
1 Comentario
Deja una respuesta Cancelar la respuesta
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.
Rusia prepara su respuesta al Armagedón deseado por la administración Biden
por Thierry Meyssan (París, Francia)
30 segundos atrás
Moscú considera el ataque misilístico contra Kursk como la continuación de la guerra secreta de la CIA estadounidense a través de Ucrania e incluso una continuación de la guerra organizada contra la URSS en los años 1950, realizadas ambas con la participación de los nacionalistas integristas ucranianos de Stepan Bandera, quien colaboró con los nazis durante la Segunda Guerra Mundial.
Unas letras de despedida a una mujer valiente y ejemplar
por Enrique Villanueva M. (Chile)
14 horas atrás
Despedir a Mercedes Bulnes evocando su aporte, es ser justos con su historia, porque representa a muchos y muchas chilenos y chilenas que se atrevieron a disentir y oponerse de distintas maneras a la dictadura civil militar que encabezó Augusto Pinochet. Evoca el recuerdo respetuoso también de miles de personas que de manera individual jugaron un papel importante a ese proceso, aportando a la derrota del tirano.
“En defensa de la causa saharaui. Testimonios de denuncia, resistencia y solidaridad”
por piensaChile
15 horas atrás
Esta recopilación de artículos y testimonios debería contribuir a que se conozcan mejor las razones de la larga lucha del pueblo saharaui por su libertad e independencia, que tanto recuerda a la del pueblo sudafricano contra el régimen del Apartheid, como denunció en su momento el vicepresidente de la MINURSO, Frank Ruddy.
Genocidio en Gaza. La fabricación del consentimiento occidental
por Alain Gresch (Francia)
2 días atrás
«el presidente afirma, en relación a los palestinos, que “la nación entera es responsable” y debe ser “combatida hasta partirla”; el ministro de Defensa declara que no habrá “ni electricidad, ni comida, ni agua, ni combustible”, porque se trata de una guerra “contra animales humanos” y hay que “actuar en consecuencia”.»
Uno de las ideas claves que ha engendrado la noción de «libre competencia» es que si el Estado da asistencia a los más vulnerables, le está QUITANDO A LOS PARTICULARES LA OPORTUNIDAD DE HACER UN NEGOCIO, POR LO CUAL SE DEBERÍA INDEMNIZAR AL AFECTADO»
Porque todo, todo, todo, es un posible negocio. Y eso es lo que el TPP pretende imponer, en favor de las Corporaciones y Bancos, creando tribunales especiales.