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Palestina: crisis de la «Política»

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Tras la firma de los acuerdos de Oslo en 1993, Edward Said advertía de forma muy acertada: “observamos, por primera vez en el siglo XX, a un movimiento de liberación nacional que desperdicia sus grandes avances y acepta la cooperación con las autoridades de ocupación antes de obligarlas a reconocer la ilegalidad de la apropiación por la fuerza militar[1]. Hoy asistimos a un hecho más lamentable aún, y es que, por primera vez, vemos a un movimiento de liberación nacional enrolarse en una guerra civil antes de lograr la propia liberación.

A pesar que todos se niegan a hablar de la existencia de un enfrentamiento tal, e incluso las facciones en disputa han acordado más de un cese al fuego, ninguno ha sido respetado y la violencia entre las milicias de Al Fatah y Hamas continúa y, cuenta ya, con un número considerable de muertos, heridos y rehenes. El presidente palestino Mahmud Abbas ha convocado a elecciones generales anticipadas, recibiendo el inmediato beneplácito de George Bush y Tony Blair (quien lo ha visitado en Ramallah), y el absoluto rechazo del gobierno de Hamas como del resto de los partidos y dirigentes políticos palestinos. El jefe del departamento político de la OLP , Faruq Qaddumi, ha sostenido que las elecciones anticipadas sólo favorecerán a Israel [2], mientras el ex ministro de justicia de la ANP , Nahed Munir Al Rayes, ha puesto en evidencia la inconstitucionalidad de la decisión del Presidente [3].

Estos enfrentamientos, se remontan a la elección de Hamas en enero pasado. Apenas se supo el resultado de los comicios, funcionarios administrativos y de seguridad ligados a Al Fatah se tomaron la sede del parlamento en Ramallah, manifestando el temor de perder sus puestos de trabajo. Así, todo el año 2006, hemos asistido a choques esporádicos entre las milicias de ambas facciones y, en ocasiones, Al Fatah recibió armamento proporcionado por Israel para combatir a Hamas. Si bien en su momento, Al Fatah aceptó el resultado de la elección, luego demostró que no estaba dispuesto a perder la hegemonía mantenida por 38 años en el movimiento palestino. De esta manera, ha contribuido al desprestigio internacional de Hamas y, por defecto, al boicot económico al que ha sido sometido el pueblo palestino por haber votado democráticamente por una opción afín a sus intereses y no a los de Israel y EEUU [4].

En efecto, lo que hoy está sucediendo, no es más que el reflejo de la histórica prepotencia con que Al Fatah se ha comportado en relación a las demás facciones de la resistencia palestina y de la ingenuidad con que este mismo movimiento espera, desde 1991, un trato generoso por parte de EEUU e Israel. Cómo olvidar, a este respecto, las palabras del Señor Ahmed Suboh, en 2003, (entonces Viceministro de Información de la ANP ) en una visita a Chile, cuando al reunirse con la Comunidad Palestina con el fin de promover la Hoja de Ruta, afirmaba específicamente en desmedro de Hamas: “nosotros comenzamos la resistencia palestina, y nadie nos va a enseñar cómo conducirla”. Más lamentable aún, fue cuando el personaje en cuestión se refirió a la importancia del cumplimiento cabal de la Hoja de Ruta para la relación de los palestinos con los estadounidenses. Pues, según él, Sharon la rechazaría (y estaba en lo cierto), y como ésta era la voluntad de Bush, luego los palestinos irían donde él a decirle: “mire Presidente Bush, nosotros cumplimos con su voluntad, es Sharon quien no la cumple”, y concluía diciendo: “y entonces seremos los palestinos los nuevos aliados de EEUU en Oriente Medio”. Recordemos que, tal como afirmó el viceministro palestino, Sharon no cumplió la Hoja de Ruta, sin embargo, el fracaso de aquella se atribuyó, como siempre, al “terrorismo palestino”, y la ilusión de ser los aliados de EEUU fue tan ridícula como haber esperado que Israel permitiera la creación de un Estado Palestino tras las negociaciones. Lo lamentable es que, a pesar que los hechos no cesan en demostrar lo contrario, el patrón de Al Fatah no cambia. Tras la muerte de Arafat, argumentaban la postulación de Abbas a la presidencia de la ANP sobre la base de sus buenas relaciones con los norteamericanos y hoy, pretenden doblar la decisión popular de la elección de Hamas, para dar en el gusto a quienes apoyan a Israel sin exigencias, mientras condicionan cualquier apoyo a los palestinos a la renuncia de sus intereses de liberación.

Quizá sea importante recordar que a Israel (Estado ocupante, violador de de los DDHH y de las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU ) EEUU le otorga, sin exigencia alguna, una ayuda anual de -al menos- 3.000 millones de dólares, y la UE lo mantiene en su calidad de socio comercial privilegiado, también sin condiciones. Mientras que a los palestinos, a cambio de cualquier ayuda, se les exige reconocer la legalidad y derecho a seguridad de su ocupante, y la renuncia a la lucha armada. En este contexto, no resulta extraño que los palestinos, en vistas de este comportamiento histórico de quienes apoyan incondicionalmente a sus enemigos, hayan decidido votar a Hamas, el único movimiento de la esfera palestina que da cuenta, sin ambages, de tal situación de desequilibrio y dominación.

El boicot económico al que ha sido sometido el pueblo palestino durante el año 2006, ya había sido advertido, y los palestinos votaron por Hamas a sabiendas de la posibilidad de un bloqueo internacional. Sin embargo, los palestinos, al votar por Hamas, han decidido superar el temor (según Hegel, el paso necesario para conocer el verdadero precio de la libertad) y emprender nuevamente una lucha por la libertad sobreponiéndola a la necesidad, así cobra pleno sentido la sentencia de Hannah Arendt según la cual: cuando la necesidad entró en la política, se acabó la libertad. Y si la política es, como dijo la misma Arendt, aquello que está fuera de la necesidad, entonces Hamas es la única fuerza política actualmente en Palestina. Al Fatah, en cambio, está sobreponiendo la necesidad a la libertad, pues el principal argumento para terminar con el gobierno de Hamas es poner fin al bloqueo económico. En consecuencia, lo que hoy se juega entre los palestinos, es precisamente, el lugar de la acción política. Por supuesto que no es fácil para un pueblo soportar un estrangulamiento económico de tal magnitud, sin embargo, si alguna vez no se toma la determinación de superar el temor y liberarse de la necesidad, entonces la libertad nunca tendrá lugar.

Lo que hoy se juega entre los palestinos, es precisamente, el lugar de la acción política. Por supuesto que no es fácil para un pueblo soportar un estrangulamiento económico de tal magnitud, sin embargo, si alguna vez no se toma la determinación de superar el temor y liberarse de la necesidad, entonces la libertad nunca tendrá lugar.

Quizá sea importante recordar que a Israel (Estado ocupante, violador de de los DDHH y de las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU ) EEUU le otorga, sin exigencia alguna, una ayuda anual de -al menos- 3.000 millones de dólares, y la UE lo mantiene en su calidad de socio comercial privilegiado, también sin condiciones. Mientras que a los palestinos, a cambio de cualquier ayuda, se les exige reconocer la legalidad y derecho a seguridad de su ocupante, y la renuncia a la lucha armada

Notas

El autro es politólogo, Académico del Centro de Estudios árabes de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad de Chile.
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