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Que me gustaría hacer después de esta “situación”

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Cuando las vicisitudes de la existencia nos caen encima y nos quedan como poncho de grande, generalmente no estamos de humor para lecciones. Pero a veces, en esas horas vacías de las cuarentenas o doscientas-tenas comenzamos a pensar qué es lo que nos gustaría hacer o tener si saliéramos y pudiéramos respirar con confianza; que querríamos cambiar de nuestras vidas y el mundo.
Como soy muy antigua, y he vivido la vida, he perdido y he ganado. He tenido mi dosis de risa y de llanto, de triunfo y de injusticia, y no hay muchas cosas que quisiera  ya para mí.
Más me preocupa la suerte de mis hijos, y del resto de mi prójimo.  Y en el resto de mi prójimo incluyo a mis compatriotas en primera línea para los cuales esta situación representa angustia, desesperación e incluso hambre, temas que no comienzan con esta enfermedad, sino que son situaciones no resueltas con anterioridad.
Hay quienes tratan de enterrar debajo de la enfermedad, la precariedad de nuestra sociedad  y la recesión que ya se estaba produciendo en el mundo, sacándola del foco de atención.  Pero también hay quienes tratan de minimizar la enfermedad focalizándose solamente en la recesión económica, negándole la atención, la prudencia y la protección que necesita.
Todos la comparan con la epidemia de gripe de 1915 que mató más gente que la 1a Guerra Mundial y que se dio simultáneamente con ese evento. Pero eso sucedió hace un siglo, cuando no existía el grado de comunicación de ahora, y que de todos modos con gripe o sin la gente moría como moscas en todos los países del mundo. Hoy las expectativas son otras, ya que la muerte ya no forma parte de nuestra vida como entonces.
Nos morimos igual pero tratamos de ignorarlo y no hablamos de ello.
La sanidad de nuestro país, en aquella época era peor que la de la ciudad de Calcuta, en la India con sus leprosos y sus intocables.
Siendo justos, debemos reconocer que el estado de nuestra salud ha mejorado bastante y nuestras expectativas también.  Y aunque todavía somos del tercer mundo, vemos que el primer mundo no ha estado muy lucido en el tema de la pandemia y nosotros tenemos información con críticas de primer mundo, lo que crea expectativas aunque somos del tercero, y seguramente tampoco lo hacemos mejor.
Es cosa de ver como las personas no siguen las instrucciones más simples de usar mascarilla en todos los lugares públicos y en los edificios privados, haciendo muecas de disgusto si alguien les recuerda que debieran hacerlo.
Y es que el precio de llegar a ser 7.500 millones de personas, se ha pagado de distintas formas.  La principal es acatar las normas que dan las sociedades para preservar la paz social, lo cual va en contraposición con el individualismo cultivado los últimos 50 años.
También hemos pagado un precio a través de tecnologías que nos mejoran la vida y dañan la salud del planeta.
El uso de la energía fósil ha contaminado el aire en ciudades y campos.  Las técnicas de transgénesis  hechas por empresas químicas y fabricantes de semillas, fuera de la manipulación de genes y virus, conllevan el uso de pesticidas y herbicidas en el uso de las semillas por parte del agricultor,  que son venenos para la vida en el planeta.
Muchas tecnologías de limpieza no son tan inocentes y contaminan nuestros hogares. Ahí tenemos el ejemplo del Sr Trump recomendando el uso de sustancias cloradas para matar los virus, que terminó en intoxicaciones por parte de personas simples que ingirieron las sustancias.
El uso de vacunas y antibióticos ha llevado a la manipulación de la vida microscópica, invadiendo el corazón de la vida orgánica, bacterias y virus, que a veces se escapan de los laboratorios y ponen en jaque a la vida humana y quizás también la de los mamíferos, que también sufren el ataque de estas unidades virales y bacterianas.
No somos dioses, somos aprendices de brujos que no conocemos bien el resultado de nuestras acciones.
No sacamos nada con echarle la culpa a China o a USA  o a los laboratorios europeos del escape de este virus.  A cualquiera se le podría haber escapado, y todos estamos de acuerdo respecto a que nos hagan vacunas, porque no queremos contagiarnos ni que nuestros hijos se contagien, del VIH ni de la Polio, ni de la Tos Convulsiva ni de la Viruela, ni de este Corona virus.
Estas entidades microscópicas llamadas virus, y que causan la mayoría de nuestras enfermedades, seguramente están en nuestro mundo mucho antes que los multicelulares como nosotros y los animales que conocemos siquiera asomaran la nariz en el planeta.
Seguramente fueron parásitos de las primeras bacterias, ya que tienen el impulso de replicarse que tiene la vida, pero les faltaba la máquina de impresión en 3D que tienen las células y por lo tanto recurrieron a la piratería usando la máquina ajena.
Puede que hayan llegado en un meteoro y encontraron vida pirateable en la tierra.
Esto significa que es imposible erradicarlos y debe ser difícil domesticarlos.  Hay que hacerles el quite y no subestimar sus cualidades de supervivencia ya que mutan con mucha facilidad, y no sobreviven en materias no orgánicas por mucho rato.  Pero en el mundo casi todo es orgánico…
El ser humano con su movilidad por el mundo, y su naturaleza social, y su irresponsabilidad y mala memoria, es el blanco preferido del personaje.
Dentro de nuestro destino están las pandemias y debemos convivir con ellas y estar preparados para los eventos, ya que ver el espectáculo de personas agonizando en las calles, o que no pueden ser atendidas en centros hospitalarios, vulneraría aún más nuestro tejido social, de suyo bastante resquebrajado.
Así como nosotros tenemos que estar atentos a los terremotos, tenemos que aceptar las pandemias como inevitables y prepararnos en su manejo. Ahí debemos aplicar todas las buenas prácticas del manejo empresarial, con Información, Planificación y Control siempre a mano para no tener que “repentizar” y meter la pata.
Un artículo que hablaba sobre las pandemias y sus efectos económicos, hablaba de dos Estados de los Estados Unidos de Norteamérica que se habían comportado en forma diferente en los años 16 al 19 del siglo 20 con respecto a la Gripe Española.
Observaron que el estado que priorizó lo económico por sobre la ayuda a las víctimas, tuvo la misma cantidad de muertos que el otro que priorizó la ayuda por sobre la economía.
Pero, la recuperación económica del Estado que actuó con solidaridad fue mucho más rápida.
Y es que los fines no justifican los medios. Esto es así porque el tejido social  roto no permite echar a andar una economía que necesita del optimismo y solidaridad de las personas.
Rescatar a los más vulnerables del frenazo económico con cercanía y ayuda, entonces es vital.
Hacerlo a través de las Municipalidades que son las que conocen el estado de situación del pueblo.  El Parlamento y el Congreso funcionan en estos momentos con mala política e ideología, cosa que debemos arreglar cuando salgamos de este enredo.
El encierro me hace pensar en los Zoológicos que están absolutamente demás en este mundo.  Siempre me han molestado, pero después de vivir 50 días de encierro, pienso en esos maravillosos leones y tigres que viven en una jaula.  En los primates, nuestros primos, que no delinquieron y están encerrados de por vida.
¿Quién les da de comer ahora? Si queremos ver animales, veámoslos en el Youtube o en la Tele, no necesitamos coleccionarlos para que su esqueleto vaya a parar a un museo.
¿No podríamos volvernos más compasivos y terminar con esas instituciones?
Que hermoso sería ver a Trump dándose la mano con  Xi Jinping, reconociendo que ambos hacen experimentos biológicos recortando viruses, añadiéndoles pedazos de otros en post de una vacuna o porque les gusta ver monstruitos.  Que ambos usan glifosato que atacan las células de todo el mundo, etc etc.  Es decir siendo honestos.
Y que ambos colaborarán con la OMS para fortalecer nuestras defensas contra pandemias y no tolerarán deshonestidades en la organización, si es que la hay.
Pasando a nuestro ámbito nacional, escucho en el Mostrador en la Clave que el acuerdo de cambiar la Constitución  quedó inscrito y oleado y sacramentado, cambiando la fecha pero no el contenido. Y si alguien quiere impugnarlo puede ser removido de su cargo….Incluyendo al Ejecutivo. Y las asonadas y los gritos de los que aman la antigua constitución, no valen.
Entonces en Octubre podremos votar todos y para eso debemos prepararnos.
Al aire libre, con mascarilla, con guantes, con escafandra y gorro, podremos votar.
Esa es otra de las cosa que quiero hacer, a pesar que soy persona de riesgo.
Y la última cosa que quiero hacer, es volver a ver Las Torres del Paine en su hermosura y poder abrazar a mis hijos y amigos con toda el alma.
Feliz doscientas-tenas.
Buena suerte y mucho cuidado.
 

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