En España: los indecisos decidirán
por Pablo Portales (Barcelona, España)
3 años atrás 4 min lectura
En tres años y cuatro meses España habrá vivido tres elecciones generales y dos mociones de censura al gobierno. Síntoma de inestabilidad y desorientación política. Al fondo, la crisis económica (2008), no superada para millones de españoles, y la crisis territorial en Cataluña (2010). Ambas desbordan el pacto constitucional (1978). Qué hacer: proponer un nuevo pacto o mantener el malestar o la confrontación hasta que… Entretanto llega Vox, la ultraderecha, lo que faltaba para que apareciera el miedo.
VOX entra en escena
El 41% del electorado no se decide a quién votar, a menos de quince días de las elecciones generales del 28 de abril (28A). Una muestra del dramático cambio político que se vive en España desde el 2015. Entonces, Podemos -por la izquierda- le dio el golpe letal al reinado del bipartidismo PP-PSOE durante 25 años y, ahora, Vox -por la derecha, podría ser decisivo en el inicio de un gobierno de coalición de la derecha liberal-conservadora y la ultra-derecha nacional-populista y darle un golpe definitivo al erosionado pacto del 78.
Un mar de dudas se mueve en el océano mental de ciudadanos extenuados por unos dirigentes y partidos degradados o por la corrupción, la ineptitud, la aspereza o el engaño político que circula por todos los territorios de la geografía política española.
Los pronósticos son observados con desdén después que ninguna encuesta se enterara, hace cuatro meses, de la potencia de la ultra derecha española. Vox, exhibió en Andalucía, el territorio más poblado de las 17 autonomías españolas su estreno en las instituciones con 12 diputados (11%), vitales para desalojar al PSOE del poder andaluz, después de mantenerlo 36 años en forma ininterrumpida.
Colisión o Coalición
Hasta hace cuatro años, en la política española se elegía si el PP o el PSOE gobernaban con mayoría absoluta o si uno de los dos tenía que negociar una adhesión de algún partido nacionalista vasco o catalán. Así imperaron gobiernos de uno u otro signo como si fueran de partido único, reacios al pacto de gobierno o gobiernos de coalición.
La elección del próximo 28A decidirá si Vox logra, como en Andalucía, sumar diputados para acordar un gobierno de coalición de derechas, encabezado por el PP o si el PSOE de Pedro Sánchez logra sumar con Unidos Podemos (UP) para pactar un gobierno de izquierda, con apoyo parlamentario del nacionalismo vasco y los republicanos catalanes o sumar con Ciudadanos (Cs) un gobierno de difícil tesitura política.
De derechas
Un gobierno de coalición de derecha y extrema derecha significaría colocar a España en un proceso de “ajuste político estructural”: re-centralización del poder político en desmedro de la des-centralización autonómica. Una involución, más cuando se declara que la idea es mantener la unidad de la nación española amenazada por la izquierda (“traidora”) y los independentistas catalanes (“enemigos de España”).
Los discursos radicales del PP de Pablo Casado (discípulo de José María Aznar) de Cs y de Vox, en campaña, y las ideas programáticas prefiguran algo que ya está en el aire europeo: fórmulas que necesitan una combinación de autoritarismo político (recortes de derechos) y neoliberalismo económico (desigualdades y exclusiones)
De izquierdas
El PSOE de Pedro Sánchez es el favorito para encabezar, por primera vez en 40 años, un gobierno de coalición de izquierdas. Dos últimas encuestas le dan una amplia ventaja sobre el segundo, el PP. La del CIS (entidad pública), del 8 de abril, da una diferencia de 9 puntos (29,8% y 21%) y una semana después la del diario La Vanguardia le da 10 puntos de ventaja sobre el PP (31,1% y 21%).
Pero Sánchez, si sumara los votos con CS, podría resolver, como hace dos años, explorar la reedición de una alianza con el partido de derecha, aunque le separa la radicalización de Cs sobre la cuestión de Cataluña: partidario a intervenir la autonomía indefinidamente y el ya inequívoco talante derechista luego de apoyar al PP ante la moción de censura y desprenderse de su vertiente socialdemócrata.
¿Una coalición a la portuguesa?
Diferente es la relación PSOE-UP luego del rol desempeñado por Pablo Iglesias en el éxito de la moción de censura que dio origen al gobierno del PSOE. Durante los nueve meses del gobierno del PSOE ambos partidos negociaron y aprobaron reformas sociales y suscribieron un pacto de presupuestos.
En caso de que Sánchez no reuniera los votos necesitaría el apoyo del nacionalismo vasco y si tampoco fuera suficiente, el del independentismo catalán, es decir, los mismos que hicieron posible que el PSOE volviera a La Moncloa en junio pasado, pero en el peor de los casos, también podría suceder, como en 2016, unas segundas elecciones.
Entre dos visiones
En menos de 15 días la marea de indecisos reventará ante las urnas con su voto sobre el futuro gobierno de España: si las derechas sostenidas por una ultra derecha que propone iniciar una cruzada por la “reconquista de España” o las izquierdas que proponen encaminar una salida al malestar social que habita en millones de españoles y gestionar el conflicto catalán mediante diálogo y acuerdos que tracen una vía democrática para decidir qué tipo de relación de convivencia política tener entre Cataluña y España.
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