Los acuerdos de Oslo aceleraron la colonización israelí
por David Nassar
6 años atrás 5 min lectura
25 años después de los acuerdos de Oslo, el proceso de paz entre Israel y Palestina está en un punto muerto. El gobierno israelí de Benjamin Netanyahu -el más a la derecha de la historia del Estado sionista- no quiere oír hablar de negociaciones de paz. La dirección palestina parece incapaz de digerir el fracaso de esta dinámica lanzada por Yasser Arafat. El principal mediador, Estados Unidos, ha roto -con la llegada al poder de Donald Trump- con su diplomacia tradicional que tenía por objetivo no tomar ninguna decisión susceptible de bloquear el proceso de paz. ¿Cómo explicar esta evolución, que refuerza el desequilibrio en materia de correlación de fuerzas entre Israel y Palestina y que aleja toda perspectiva de paz? El profesor Gilbert Achcar de la School of Oriental and African Studies (SOAS, University of London), autor de varias obras, entre ellas Los árabes y la Shoah: la guerra israelo-árabe de los relatos (2010) 1/da para L´Orient Le Jour algunas claves para comprender el cariz de los acontecimientos desde los acuerdos de Oslo.
¿Están los acuerdos de Oslo muertos y enterrados?
Los acuerdos de Oslo nacieron muertos. Formo parte de la minoría de quienes en 1993 criticaron esos acuerdos y pusieron en guardia contra el callejón sin salida que se perfilaba. La persona más célebre de las críticas de entonces fue el difunto Edward Said. Esos acuerdos están fundados en una especie de esperanza ingenua por parte de Yasser Arafat y de la dirección palestina, de que se podía poner en marcha una dinámica y conducir a su objetivo de un Estado palestino independiente. Es sobre esta base sobre la que aceptaron firmar los acuerdos renunciando a las principales condiciones que la parte negociadora palestina, sobre todo la del interior, había planteado hasta entonces. Sobre todo y en particular la congelación de las colonias, sin hablar de la cuestión de Jerusalén o de la cuestión de las personas refugiadas.
Del lado israelí, no había ninguna ilusión o esperanza ingenua, ya que la perspectiva era muy diferente. Los acuerdos de Oslo se inscribían en la perspectiva desarrollada desde 1967: controlar Cisjordania sin las zonas de población palestina, que cambiarían el equilibrio demográfico. La colonización de Cisjordania intenta crear esta anexión de hecho de una mayor parte de ese territorio, dejando las zonas pobladas bajo el control de la Autoridad Palestina que se ve jugando el papel de una especie de “policía por delegación”.
La situación más parecida a lo que se ha convertido la Autoridad Palestina es la de los bantustanes en África del Sur. Es decir, de los autodenominados Estados para las poblaciones negras, que estaban de hecho bajo dominación del Estado sudafricano en tiempos del apartheid. Como había predicho la gente crítica, lejos de desembocar en una congelación seguida de un desmantelamiento de las colonias, los acuerdos de Oslo permitieron una aceleración de la colonización. La expansión de las colonias se duplicó en el período 1993-2000, tanto como durante todo el período de 1967-1993.
¿Cómo permitió Oslo la aceleración del proceso de colonización de los territorios palestinos?
Los acuerdos de Oslo crearon una calma que era propicia a la aceleración de la colonización. El control del lado palestino por la Autoridad Palestina redujo considerablemente los riesgos de atentados y de manifestaciones. El movimiento sionista se aprovechó de ello para intensificar la colonización.
¿Cómo explicar el callejón sin salida actual?
El proceso estaba en crisis aguda hasta la muerte de Yasser Arafat en 2004. Mahmud Abbas, el candidato favorito de la administración Bush, le sucedió y, a pesar de que haya ido más lejos que cualquier otro dirigente palestino en la sumisión a los deseos israelo-americanos, no ha obtenido nada. Está claro que estamos en un absoluto callejón sin salida, que era completamente previsible en el momento de la firma de los acuerdos de Oslo.
Hoy la situación está agravada por el hecho de que desde 2017, está en los Estados Unidos una administración que va mucho más allá de la tradicional parcialidad proisraelí de los gobiernos americanos. Tenemos una administración que está en afinidad con la extrema derecha israelí y que está preparando, en mi opinión, las condiciones políticas para una anexión oficial por Israel de los territorios de Cisjordania actualmente bajo su control.
¿Cómo sería justificada esta anexión ante la comunidad internacional?
Estaría en la lógica de la extrema derecha israelí, que quiere una separación unilateral. Su problema es: ¿qué hacer con los territorios palestinos que quedan? La administración Trump, a través de Jared Jushner, ha intentado convencer a Jordania de retomar su control. Pero, evidentemente, Jordania no quiere esta patata caliente. Nos dirigimos hacia una anexión oficial, una anexión de jure. El pretexto será el rechazo palestino al famoso plan de paz americano. Israel dirá entonces: “Como se ve, la gente palestina ha rechazado siempre los planes de paz, por tanto vamos a actuar unilateralmente y anexarnos los territorios”.
¿Es irreversible la colonización?
No, sería posible invertir el proceso si hubiera una voluntad americana de imponer a Israel la retirada de los territorios ocupados desde 1967. Evidentemente, eso no ocurriría sin una crisis muy importante en Israel, pero no es imposible. Las y los colonos de Cisjordania no son más numerosos que los europeos que estaban en Argelia y que la abandonaron en 1962. Es una cuestión de voluntad política. Dicho esto, cuanto más pasa el tiempo, más se enraízan las y los israelíes, y más difícil se hace todo esto. Y con la correlación de fuerzas actual, no se ve cómo podría hacerse esto.
¿Piensa Vd que haya una solución alternativa a la creación de un Estado palestino?
Un argumento es la reivindicación de un solo Estado, a veces llamado binacional o laico, sin hablar de factor nacional. Pero para mí, es aún más utópico que la retirada de las y los colonos de los Territorios. La lógica que pretende que porque la retirada de las y los colonos es imposible, es preciso un Estado único en el que las y los palestinos tendrá derecho de voto y. en el que habría igualdad de derechos entre las y los palestinos e israelíes, es aún más difícil de imaginar hoy. Estamos por tanto en un callejón sin salida. Es trágico, pero hoy no hay en el horizonte una salida a este conflicto.
1/ Ver https://vientosur.info/spip.php?article1159 y https://vientosur.info/spip.php?article1221 ndt
15/09/2018
http://www.europe-solidaire.org/spip.php?article46202
Traducción: Faustino Eguberri para viento sur
*Fuente: VientoSur
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