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Siria 2016

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Febrero 2016
A propósito del artículo reciente aparecido en Politika: “Siria: quién bombardea a quién”? Interesante, contundente, va al grano.

Otros antecedentes han ido llegando, gota a gota, normalmente en códigos que de a poco aprendemos a descifrar. Aprendemos a leer también entre líneas, como, por ejemplo, cuando el gobierno francés le pide ayuda al gobierno belga para enviar soldados y combatir un movimiento “terrorista” en Mali y otras regiones de África.

Leyendo entre líneas y descifrando códigos, nos enteramos pronto que iban, y fueron, a proteger los abastecimientos de uranio para las empresas privadas de ambos países, que controlan la generación de energía nuclear.

La Guerra contra Siria ha pasado dos etapas. Y los “expertos” en política internacional, y de paso nuestros gobiernos, nada dicen que sea entendible, ni razonable, ni justificable. Y en estos días de invierno, se apresta a una tercera.

La primera etapa, que pretendía la intervención directa de las potencias de “occidente”, fue derrotada, o desechada, según se mire, a poco de iniciar los despliegues necesarios.

La presencia de Rusia como aliado de Damasco en la región, les ha desalentado. Vuelve el perro arrepentido, se da unas vueltas tratando de cazarse la cola, y mira de nuevo su presa.

La segunda etapa, como alternativa, ha sido armar a la oposición interna e instalar además un ejército mercenario. Con el beneplácito y complacencia de las multinacionales del armamento y productos derivados.

Han pasado varios años desde que “ occidente “ decide sacar las castañas del fuego con la mano del gato. Ha financiado y armado a la oposición interna y al ejército mercenario, como ya se ha dicho, para luego pasar a otra fase táctica, siempre dentro de esta segunda etapa, bombardeando a ese ejército mercenario.

Parece contradictorio, pero no lo es tanto.

Por un lado, le abre camino para que avance en dirección de Damasco. Pero sin desviarse de ruta. Este tipo de problemas comenzó en Irak, cuando los djihadistas, después de controlar el norte, muy pronto pretendieron avanzar hacia el sur, donde estaba instalado el gobierno pro-occidental.

Los frenaron con bombardeos, no para derrotarlos o destruirlos, sino “orientarlos”.

Por otro lado, dentro de Siria los mercenarios se propusieron crear allí su Califato, un Estado propio. Cuando comenzaron a expandirse hacia diferentes latitudes, los occidentales los bombardearon de nuevo, para orientarles en la ruta hacia Damasco.

Los necesitan como punta de lanza, sin pretensiones estratégicas propias, que para eso están los “grandes”.

En el norte de Irak está instalado el poder sunita, donde se replegó buena parte del ejército del Presidente Saddam Hussein. Si no, dónde están? Allí hay un ejército encabezado por generales. Con oficiales de línea y tropa profesional. Y se supone que se han aliado con otros grupos islámicos, para hacerse fuertes en esa región. Pareciera que están juntos, pero no revueltos.

Existen ciudades con administración pública, que funciona. Tienen una economía, que también funciona, pero no pueden exportar con licencia, al no tener reconocimiento diplomático. Por lo tanto, exportan petróleo al negro, abriéndose camino a través de territorio turco, financiando de esa forma al Irak del norte.

Es posible apreciar que allí la guerra no tiene ahora la dimensión que tuvo hasta hace unos meses. Como que se fueran creando espacios relativamente estables dentro de una inestabilidad espantosa, terrorífica.

Volviendo a Siria, cuando el gobierno del Presidente Assad invoca un artículo del derecho internacional y pide ayuda a Rusia para defenderse de la agresión exterior, recién entonces comienza una guerra de verdad contra el Estado Islámico, en Siria.

Los bombardeos rusos no atacan los flancos, como los occidentales. Los bombardeos rusos destruyen en forma intensiva el poder militar del invasor, y de paso el poder de todos los grupos armados al servicio de occidente.

Cuál es el balance actual. Este indica que el gobierno y el ejército sirio han podido salir de la posición defensiva, y han pasado claramente a la ofensiva. El objetivo posible, a corto plazo, es reconquistar todo el territorio nacional y la expulsión de las fuerzas militares agresoras.

A “occidente” esto no le gusta. Estratégicamente parece que han perdido esta guerra, pero en perspectiva tienen otra carta a tirar sobre la mesa. Y se abre la tercera etapa.

Abre dos frentes. Uno diplomático y otro militar.

El frente diplomático reedita las prácticas de Israel en sus invasiones al Líbano. Es decir, cuando está a la ofensiva, no permite que nadie negocie un alto al fuego, ni que llame a un diálogo para parar la guerra.

Pero cuando los invadidos contraatacan y los invasores se ven desesperados y en retirada, piden auxilio urgente a la comunidad internacional para negociar un alto al fuego inmediato.

Es lo que ocurre actualmente, en Suiza, donde se alienta el inicio de negociaciones para un alto al fuego. Un acuerdo que a corto plazo se ve difícil, poco probable. El gobierno sirio y su aliado ruso lo ven como una maniobra de “occidente” para ganar tiempo y mantener posiciones dentro del territorio sirio.

En el frente militar, “la coalición” mantiene los bombardeos dentro de territorio sirio, sin destino claro. ¿A quiénes bombardean? En días recientes aparecen evidencias que están bombardeando zonas pobladas, incluyendo hospitales. Con el propósito de “marcar” zonas exclusivas, donde ejercer “soberanía”. Si lograran un alto al fuego, ahora, tendrían parte del territorio en su poder. Una carta para negociar.

También en el frente militar, se intensifica el bombardeo y masacre turca contra los pueblos kurdos de Turquía y Siria.

Los kurdos de Irak, de Siria y de Turquía han logrado un acuerdo político, programático y militar, para unificar a la familia, dispersa por las aventuras coloniales, e intentar juntos crear una zona con autonomía.
Para el poder central turco, eso es algo parecido a reconocer la autonomía Mapuche por parte del poder central chileno. No way!

Y si los turcos están atacando población kurda dentro de Siria, es evidente que están violando territorio extranjero. Es allí donde se empieza a asentar la tercera etapa. Cambiar el eje de la guerra.

Una alianza de árabes saudíes y turcos, a la cabeza de un nuevo ejército internacional de intervención. Regionalizar la guerra. Darle continuidad al negocio.

“Para que los mercados no sigan poniéndose nerviosos”.

©2016 Politika | diarioelect.politika@gmail.com

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