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China a la conquista de Latinoamérica

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Publicado: 21 noviembre 2015

A lo largo de las últimas décadas, las relaciones entre China y América Latina han gozado de un intenso desarrollo y se han caracterizado por unos vínculos económicos cada vez más estrechos. Se estima que entre 2005 y 2014, Pekín otorgó créditos por 119.000 millones de dólares a toda la región latinoamericana y se prevé que esta tendencia irá en aumento en los próximos años. Esto lo confirma el hecho de que en los próximos años, China se comprometió a invertir más de 50.000 millones de dólares en una serie de grandes proyectos.
Más aún, a principios del año, Xi Jinping declaró que China se preparaba para invertir en la región latinoamericana 250.000 millones de dólares en los próximos 10 años. A principios de septiembre de 2015, el Banco Central de China anunció el establecimiento de un fondo de inversión de 10.000 millones de dólares para la cooperación bilateral con la región latinoamericana en ámbitos de alta tecnología, energía, minería y proyectos de infraestructura.
Estas cifras ponen en evidencia que China está desplazando a EE.UU. en Latinoamérica. Mientras que en 2014 las inversiones chinas en la región experimentaron un aumento de un 71%, los prestamistas estadounidenses, por el contrario, sufrieron un descenso de 20% desde 2011.
Los principales atractivos que encuentra China en la región no son solo su riqueza natural y humana sino también el crecimiento y potencial de desarrollo. «La actual cooperación industrial entre China y América Latina llega en el momento preciso», expresó el primer ministro chino Li Keqiang durante una visita a Chile en mayo, informa ‘The New York Times’. «China cuenta con capacidad de fabricación de equipo y tecnología integrada a precios competitivos, mientras que Latinoamérica tiene la demanda de expansión de infraestructura y actualización industrial», añadió.
Hasta ahora, los negocios chinos en la región estaban relacionados con los sectores de la energía, la construcción de infraestructuras, la agricultura, las manufacturas y la innovación tecnológica. A continuación, se explican en mayor detalle los hitos, las tendencias y los proyectos más importantes de la cooperación entre Pekín y sus principales socios económicos de América Latina.
Venezuela

China, al ser un importante aliado tecnológico y petrolero de Venezuela, representa una de las principales fuentes de financiación externa de este país latinoamericano. Desde el año 2007, Venezuela ha recibido 56.300 millones de dólares de fondos chinos, lo cual equivale al 47% del total de la financiación china en la región, según los datos de Diálogo Interamericano. Entre los sectores de la industria que reciben el mayor financiamiento están las exploraciones petroleras, la minería de oro y el cobre. El sector público de Venezuela también se ha beneficiado de las inversiones de China. Venezuela, por su parte, paga el préstamo del país asiático con más de medio millón de barriles de crudo y derivados.
Entre los hitos clave de la cooperación chino-venezolana está, en primer lugar, la creación, en 2007, del Fondo Mixto Chino-Venezolano que precisamente ha hecho posible el financiamiento de más de 200 proyectos de desarrollo, entre los cuales se incluyen el Satélite Simón Bolívar, cinco líneas del Metro y vías férreas y terrestres, escribe Telesur.
En 2010, se firmó un acuerdo para la explotación conjunta del bloque Junín 4 de la Faja Petrolífera del Orinoco a través de una empresa mixta. Se trata una zona al norte del río Orinoco muy rica en petróleo pesado y extrapesado. Su área geográfica es de 55.000 kilómetros cuadrados y está distribuida entre los estados de Monagas, Anzoátegui y Guárico, informa la página oficial de Petróleos de Venezuela. Se divide en cuatro zonas: Boyacá, Junín, Ayacucho y Carabobo.
En 2013, se firmó otro acuerdo con la compañía China National Petroleum Corporation (CNPC) que preveía la inversión de 28.000 millones de dólares en un nuevo proyecto en la Faja Petrolífera del Orinoco. A este acuerdo se le añadió otro por un total de 14.000 millones de dólares anunciado con la petrolera estatal China Petroleum & Chemical Corporation (Sinopec).

El mismo año se acordaron también convenios bilaterales en el sector de la agricultura, el sector automotriz y en la seguridad ciudadana. Se ratificó un acuerdo entre el Banco de Desarrollo Chino y el Banco de Desarrollo Económico y Social venezolano (Bandes). En cuanto al sector minero, se acordó la participación de China en un yacimiento en el estado Bolívar y un crédito de 700 millones para estos fines. Asimismo, se aseguró un financiamiento de casi 400 millones de dólares para la construcción de una terminal marítima en Morón.
A principios de 2015, durante una visita de Maduro a China, se acordaron más proyectos de cooperación y financiación por más de 20.000 millones de dólares en distintos ámbitos para garantizar el buen funcionamiento de su economía en el contexto de la caída del precio del petróleo.
En abril, Nicolás Maduro anunció la llegada de 5.000 millones de dólares como parte del financiamiento de China para el desarrollo del país. En septiembre pasado, el presidente venezolano Nicolás Maduro anunció que China prestará a Venezuela 5.000 millones de dólares con el objetivo de impulsar la producción petrolera de manera progresiva en este país latinoamericano. Asimismo, el jefe de Estado destacó el incremento de suministros de petróleo hacia el gigante asiático, que superaban ya los 700.000 barriles y tenían como objetivo un millón.
Perú

Las relaciones entre China y Perú en el ámbito del comercio e inversiones están concentradas principalmente en el sector minero. En los últimos años, el cobre, el hierro, el oro y otros materiales han constituido un 60 por ciento del total de las exportaciones peruanas, según un informe de la Iniciativa de Gobernanza Económica Global de la Universidad de Boston. Aunque en la industria minera de Perú participan inversores de más de 30 países, China se ha convertido en líder en este ámbito. En total, se estima que a las empresas chinas corresponde un 30% de la cartera total de inversiones mineras del país. Asimismo, las compañías chinas también tienen una importante presencia en el sector de hidrocarburos y de la pesca comercial.
Las relaciones bilaterales entre China y Perú empezaron a intensificarse a partir de 2004, cuando Perú otorgó el estatus de economía de mercado a China, y en 2008, entraron en una nueva fase cuando ambos países establecieron una «colaboración estratégica», que llevó a la firma del Tratado de Libre Comercio Perú-China en 2009.
Para 2011, China reemplazó a EE.UU. como el socio comercial principal de Perú. El mismo año, fue creada la Asociación de Empresas Chinas, que para 2014 tenía ya 61 miembros y unas 120 empresas chinas estaban registradas legalmente para operar en Perú, en sectores tales como la minería, la energía, las telecomunicaciones, la maquinaria, la agricultura, la construcción y el comercio. Otro paso importante para las relaciones chino-peruanas fue en 2013, cuando se firmaron 11 acuerdos bilaterales para optimizar el comercio y reforzar la colaboración en la agricultura, la infraestructura, los minerales y el desarrollo social.
En noviembre del mismo año fue autorizado para operar el primer banco chino, Industrial and Commercial Bank of China (ICBC). China Fishery Group adquirió acciones en una importante empresa pesquera peruana convirtiéndola en el mayor productor de pescado en el mundo. CNPC anunció su adquisición de activos de Petrobras en Perú dándoles a las empresas chinas alrededor del 40% de la producción de hidrocarburos de Perú. En diciembre, el presiente Humala inauguró el proyecto de cobre Toromocho, operado por Aluminum Corporation of China (Chinalco).
Durante 2014, dos empresas chinas ampliaron su presencia en Perú. Se trata de China Minmetals Corporation, que adquirió la mina de cobre Las Bambas a la compañía suiza Glencore por 7.005 millones de dólares, y China National Petroleum Corporation (CNPC), que compró los activos de la compañía brasileña Petrobras Energía Perú por 2.600 millones de dólares, según un informe de CEPAL.
Brasil

En Octubre de 2010, la compañía China Petroleum & Chemical Corporation (Sinopec) adquirió el 40% de la compañía española Repsol en Brasil por 7.100 millones de dólares. En 2011 Sinopec adquirió el 30% de la portuguesa GALP por 5.000 millones de dólares. En mayo de 2015, China y Brasil firmaron 35 acuerdos de cooperación en áreas como el transporte, la energía, la ciencia y la agricultura. Dichos acuerdos forman parte de un paquete de inversiones de 50.000 millones de dólares e incluyen convenios para financiar proyectos de Petrobras por 7.000 millones de dólares.
El proyecto estrella es el de la línea férrea que unirá el océano Pacífico con el Atlántico, la Ferrovía Transcontinental Brasil-Perú. «Atravesará nuestro país de oeste a este, pasando por los Andes hasta llegar a los puertos peruanos», comentó la presidenta Dilma Rousseffcitada por ‘El País’.
La Ferrovía Transcontinental Brasil-Perú
Uno de los proyectos más ambiciosos con la participación de China en la región es el de la Ferrovía Transcontinental Brasil-Perú que pretende unir la costa atlántica de Brasil hasta la costa del Pacífico en Perú. Pese a que actualmente el proyecto se encuentra en su fase inicial, en mayo de 2015 Brasil, Perú y China acordaron comenzar los estudios de su viabilidad.
«La construcción de la interconexión ampliará aún más la conectividad de Sudamérica, entre los países ribereños del Pacífico con Asia, fortaleciendo los contactos comerciales de ambas partes, y contribuirá a impulsar el nuevo tipo de industrialización del continente sudamericano», afirmó el presidente peruano Ollanta Humala.

El costo del proyecto, según la estimación de la presidenta brasileña Dilma Rousseff, es de aproximadamente 30.000 millones de dólares. China ya se ha comprometido a garantizar la protección del medio ambiente, puesto que las vías deberán atravesar la selva amazónica y los Andes. Brasil, China y Perú «coinciden en que el estudio conjunto de viabilidad no solo será favorable para nuestro desarrollo conjunto, sino también para la protección del medioambiente», aseguró Li Keqiang.
Pese a que de este proyecto se ha hablado durante muchos años, el interés hacia el mismo ha crecido durante el gobierno de Humala. «Antes, el mayor volumen del comercio mundial estaba en el Atlántico, pero esa situación empezó a cambiar con el crecimiento de las economías asiáticas. Hoy el 60% del comercio mundial ha pasado al Pacífico. China además crece año a año y necesita productos de la región», cita ‘La República’ a Miguel Vega Alvear, presidente de la Cámara Binacional de Comercio e Integración Perú-Brasil.
Mientras que para Perú y Brasil el proyecto resultaría beneficioso debido a una mayor interconexión y el intercambio comercial, China a su vez podría ampliar su presencia en la región.
En caso de que el proyecto se haga realidad, el ferrocarril se extenderá a lo largo de más de 4.000 kilómetros, atravesará la selva amazónica y cruzará la cordillera de los Andes a través del Abra de Porculla, después de lo cual bajará a la costa para llegar a los puertos de Bayovar y Paita, en Piura, en el Pacífico.
«Si este tren binacional se hiciera realidad sería un paso importante en la interconexión ferroviaria peruana», comentó Vega Alvear. En cuanto al posible impacto medioambiental, Vega Alvear afirmó que «el ferrocarril reduce los problemas medioambientales de una carretera, porque tiene paradas establecidas y no se detendría en cualquier parte como los vehículos».
Nicaragua

El Canal de Nicaragua es el proyecto de una ruta interoceánica alternativa al famoso Canal de Panamá que, según se prevé, cruzará el territorio de Nicaragua de este a oeste uniendo el océano Pacífico con el Atlántico.
La longitud de la ruta será de 278 kilómetros y su profundidad, de entre 26 y 30 metros, con un ancho que variará entre los 230 y los 520 metros. Será casi el doble de profundo y ancho que el de Panamá y tres veces más largo. Se estima que el costo total del proyecto es de 50.000 millones de dólares. En comparación con el Canal de Panamá, una de las principales ventajas de esta infraestructura será la posibilidad de atender buques de mayor tonelaje.
La concesión para la construcción del Gran Canal de Nicaragua fue otorgada al consorcio chino HKND Group (Hong Kong Nicaraguan Canal Development Investment Group) en junio de 2013. Además de la excavación del canal, la compañía tiene previsto construir carreteras, dos puertos, un lago artificial, un aeropuerto, un complejo turístico y una zona de libre comercio, así como fábricas de acero y de cemento.

El inicio del megaproyecto fue inaugurado el 22 de diciembre de 2014. Se prevé que las obras finalicen en 2019 y que entre en servicio en 2020. Además de los obvios beneficios económicos provenientes del propio canal, los numerosos proyectos complementarios podrían convertir a Nicaragua en un núcleo comercial para toda la región.
El octubre pasado, los estudios de impacto medioambiental ordenados por HKND Group, concluyeron que la construcción del proyecto es posible. «Se han realizado algunas optimizaciones con mayor costo para el proyecto, (para) evitar (y) reducir impactos ambientales y sociales, y minimizar los riesgos», anunció el asesor jefe del proyecto, Bill Wild.
Argentina

Argentina es otro país que goza de una estrecha colaboración económica con China. En Argentina, la compañía china Cnooc (China National Offshore Oil Corporation) ha llegado a ser la segunda petrolera después de la YPF tras una serie de importantes adquisiciones parciales de distintas empresas. En 2010, Cnooc compró el 50% de la petrolera Bridas por 3.100 millones de dólares. A continuación, este mismo año, Bridas adquirió el 60% de Pan American Energy por 7.000 millones de dólares. En febrero de 2011, Pan American Energy compró el 100% de los activos de Esso Argentina por más de 800 millones de dólares.
Últimamente, Argentina y China firmaron un gran número de acuerdos de inversión y financiamiento. En julio de 2014, en el marco de la visita de Xi Jinping a la Argentina, ambos gobiernos firmaron un acuerdo integrado por 17 acuerdos de diferentes ámbitos, cinco de los cuales son de carácter económico. Entre ellos están el financiamiento de 4.700 millones de dólares destinado para el proyecto de las represas Kirchner y Cepernic de Santa Cruz, que empezó a negociarse en 2010, «la adquisición de buques y dragas chinas por 423 millones de dólares, el financiamiento de obras en el ferrocarril Belgrano cargas por 2.099 millones de dólares, el proyecto de riego en Entre Ríos por 430 millones de dólares y el financiamiento para la construcción de la central nuclear Atucha III», informa Clarín.
Dichas represas, que se ubican en la provincia de Santa Cruz, representan la mayor inversión de China no solo en este país sudamericano, sino en todo el mundo, según afirmó en agosto pasado el gerente de la empresa constructora Electroingeniería, Mariano Musso. El empresario comentó que se prevé que la inversión china, cuya financiación se planea para los próximos quince años, superará los 4.000 millones de dólares. El empresario también destacó que las obras proporcionarán unos 6.000 puestos de trabajo para los ciudadanos argentinos y de 10.000 a 12.000 empleos indirectos, mientras que 150 trabajadores chinos formarán parte del proyecto. De acuerdo con el directivo, «este es el contrato emblema de la asociación estratégica integral entre Argentina y la República Popular China, se completará en cinco años y medio y aportará entre 3% y 5% de energía al parque eléctrico nacional y 15% al que proviene de la hidroelectricidad».

En septiembre del mismo año, Argentina y China acordaron un convenio para la construcción de Atucha III, una cuarta central nuclear de 88 megavatios, en la localidad de Lima. Según el convenio, China tenía que proporcionar equipos y servicios y un financiamiento de 3.800 millones de dólares.
En diciembre de 2014, el Senado aprobó el Acuerdo de Cooperación entre Argentina y China sobre la Construcción, el Establecimiento y la Operación de una Estación de Espacio Lejano de China, en la Provincia de Neuquén, en el marco del Programa Chino de Exploración de la Luna. Según el acuerdo, que se firmó entre la Comisión Nacional de Actividades Especiales (CONAE) y la China Satellite Launch and Tracking Control General (CLTC) y cuya duración es de 50 años, la provincia de Neuquén cedería su terreno y la CONAE se beneficiaría con una utilización mínima del 10% para usar la antena en el desarrollo de proyectos propios, informa ‘Clarín’.
En febrero de 2015, durante la visita de Cristina Fernández de Kirchner a China, se acordó la creación de una Asociación Estratégica Integral entre ambos países y se firmaron 15 acuerdos que abarcan distintas áreas. Algunos de estos convenios se refieren a ventas o inversiones chinas en Argentina con financiamiento procedente de organismos y bancos chinos.
El 15 de noviembre de 2015, las delegaciones de China y de Argentina firmaron, en el marco de la Cumbre del G20, un «acuerdo histórico» para la construcción de dos nuevas plantas nucleares en el país sudamericano. «Entre ambos acuerdos estamos hablando de financiamiento para obras por una cifra cercana a los 15.000 millones de dólares», afirmó el ministro de Economía argentino, Axel Kiciloff. Se informa que un 85% de estos 15.000 millones de dólares serán proporcionados por Pekín.  
Ecuador

Otro país de América Latina que tiene una estrecha relación comercial con China es Ecuador. En 2014, este país fue el cuarto mayor receptor de fondos chinos, según la base de datos del Diálogo Interamericano. Se reporta que en los últimos cinco años, China otorgó préstamos por más de 11.000 millones de dólares. La mayor parte de este dinero fue destinada a proyectos hidroeléctricos, la construcción de puentes, carreteras y otras infraestructuras. Asimismo, a principios de enero de 2015, el ministro de Finanzas de Ecuador, Fausto Herrera, anunció que China se comprometía a invertir 5.296 millones de dólares en el país en distintos proyectos de movilidad, sanidad, educación y seguridad.

 
 
 
 
 
 
 
 
 
En el sector de la energía hidroeléctrica, destaca el proyecto Coca Codo Sinclair, que es el mayor proyecto de construcción chino en el país. La construcción se realiza por la compañía estatal china Sinohydro y tiene un costo de 2.200 millones de dólares, reporta ‘The New York Times’. Entre los proyectos similares está el de la hidroeléctrica Sopladora, situada en la provincia de Morona Santiago y construida por la compañía Gezhouba, y el proyecto hidroeléctrico Toachi Pilatón, que es financiado por un consorcio ruso, pero construido por The China International Water and Electric Corp.
En cuanto a la perforación petrolera, varios proyectos se han desarrollado en las provincias de Sucumbíos, Orellana y Pastaza, con la participación de compañías chinas tales como CNPC y Sinopec. En la minería, la compañía CRCC-Tongguan Investment compró en 2012, por 100 millones de dólares, los derechos de la mina de cobre Mirador, en la provincia de Zamora Chinchipe. A cambio, se comprometió a invertir 1.400 millones de dólares en un período de cinco años. En la provincia de Morona Santiago también existen varias minas de cobre y oro de EcuaCorriente, su subsidiaria ecuatoriana.
Las inversiones chinas también están presentes en un gran número de otros proyectos, tanto en desarrollo como finalizados, como la construcción de puentes, trabajos hidráulicos, carreteras y el sector de la energía eólica.
Chile

En mayo de 2015, Chile y China firmaron un memorando de entendimiento para propiciar las condiciones que faciliten el uso de la moneda china en el país sudamericano. El documento llegó después de que los bancos centrales de ambos países alcanzaran un acuerdo bilateral sobre el ‘swap’ de sus monedas nacionales. Dicho acuerdo considera la apertura de una línea por un monto máximo de 22.000 millones de yuanes (3.600 millones de dólares), según un comunicado del Banco Central de Chile.

Adicionalmente, se acordó que China aportaría a Chile 50.000 millones de yuanes (8.000 millones de dólares) para que inversionistas institucionales extranjeros inviertan directamente en el mercado de valores de ese país.
«Esperamos que nuestra cooperación Chile-China en materia financiera pueda contribuir a la cooperación industrial y de inversiones entre China y toda América Latina», afirmó Li Keqiang, citado por ‘El Universo’, tras reunirse con la presidenta chilena Michelle Bachelet. El canciller chileno, Heraldo Muñoz, comentó a su vez que «Chile se va a transformar en un centro financiero para China para la liquidación de sus monedas».
 
Bolivia

Pese a que Bolivia es uno de los países que menos inversiones chinas reciben, también colabora con el gigante asiático en un gran número de proyectos. La cooperación bilateral se produce «en alta tecnología con el satélite Tupac Katari, aviones, helicópteros, telecomunicaciones, construcción de carreteras, trenes ferroviarios, represas, ingenios azucareros y minería», informa el periódico local ‘El Cambio’.
A mediados de octubre pasado, el presidente boliviano, Evo Morales, anunció que China concederá a Bolivia un préstamo de 7.000 millones de dólares destinado para obras de infraestructura, transporte y energía eléctrica. Asimismo, el mandatario adelantó que después de que se realicen las obras para las que fueron designados los 7.000 millones, Pekín asignará un segundo crédito de 10.000 millones de dólares para otros paquetes de proyectos.
Actualmente, en este país latinoamericano operan más de 60 empresas chinas, tanto públicas como privadas, en diferentes proyectos, que buscan impulsar principalmente la infraestructura productiva y las carreteras, escribe el diario boliviano Página Siete.
«Entre ellos están el Ingenio Azucarero de San Buenaventura, el nuevo ingenio de la Empresa Minera Huanuni y el ferrocarril Bulo Bulo-Montero, además de la ejecución de al menos cuatro carreteras de impacto», precisa el medio. A las compañías chinas también se les ha encargado «la instalación de Cartonbol, la conclusión de Papelbol y la construcción y puesta en órbita del satélite Túpac Katari». Asimismo, China ha estado negociado con los ministerios de Planificación de Desarrollo y de Minería proyectos como el siderúrgico Mutún, el tren metropolitano y el aeropuerto de Santa Cruz.

No obstante, uno de los proyectos más destacados es el del tren bioceánico que uniría Brasil, Bolivia y Perú, según ha revelado el embajador chino Wu Yuanshan, añadiendo que primero habría que esperar que finalicen los estudios.
Además, en 2015 se ha inaugurado la Cámara de Empresas Chinas en Bolivia, que tiene como objetivo fomentar las relaciones bilaterales y la cooperación económica y comercial entre ambos países. La Cámara funciona bajo la dirección de la Embajada china y la orientación de la Oficina del Consejero Económico y Comercial de la Embajada, informa ‘La Razón’.

En la elaboración de este artículo se han utilizado los archivos multimedia de RT, Reuters, Departamento de Estudios de la Dirección General de Relaciones Económicas Internacionales del Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile y Iniciativa para la Integración de la Infraestructura Regional Suramericana (IIRSA).

Preparado por Margarita Ilyásova, Iván Sérbinov
*Fuente: Actualidad RT

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