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Huelga de Hambre de ex Presos Políticos : Reserva Moral y Memoria Historica

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La huelga de hambre es una medida extrema, que usamos cuando estábamos presos y para reclamar nuestros derechos a la dictadura, en ese entonces por el maltrato, por la comida, por horas de sueños, visitas, mejores tratos, exigiendo a nuestros verdugos a riesgo de nuestras vidas. Hoy al enterarnos que, ex presos políticos, quienes vivieron esa situación antes, se declaren en huelga de hambre para exigir por derechos y promesas incumplidas, al gobierno democrático que encabeza la hija de un General patriota, Alberto Bachelet y que no se les escuche, es una vergüenza para el país.
Los presos políticos y sus familiares representan una parte importante de nuestra memoria histórica, la que ha sobrevivido en los años de democracia a permanentes intentos de imponer impunidad, en bien de una convivencia nacional forzada y sin sustento. El discurso mediocre y sin convicción de proteger la transición, aplicando medidas de justicia en la medida de lo posible, subordinó a la vergonzosa negociación con la dictadura, la solución integral y resuelta de las transgresiones a los derechos humanos.
Por eso indigna y es triste ver como compatriotas, que son los sobrevivientes de campos de concentración como los de Puchuncavi, Pisagua, de centros de tortura horrorosos como la Academia de Guerra Aérea, Tejas verdes, Villa Grimaldi, entre muchos otros, no sean reconocidos en sus derechos en democracia. No es justo ni digno para un país que vivió los rigores de una dictadura criminal, que los hombres y mujeres que fueron victimas de las peores violaciones a los derechos humanos sean tratados de esta manera.
Los presos políticos representan esa historia y la de otros miles de jóvenes, quienes en respuesta a la violencia y al terrorismo de estado, se levantaron en rebeldía haciendo uso del sagrado derecho a la rebelión, ante una tiranía cruel en un país en donde no imperaba el estado de derecho. Muchos de ellos simplemente no sobrevivieron, pero otros fueron a parar a las cárceles, a engrosar la lista de quienes llegaron allí, a pagar con su pellejo el atreverse a luchar por terminar con la tiranía, contra las violaciones a los derechos humanos y por querer construir una sociedad con igualdades de derechos para todos y todas.
Es necesario recordar que solo una minoría de estos chilenos y chilenas perseguidos, pudo reinsertarse al mundo laboral del cual arbitrariamente fueron expulsados, porque siempre fueron rechazados o sindicados como “problemas o como peligrosos”, incluso en democracia, impidiéndoseles su reinserción al mundo del trabajo. En los años 80 el haber sido preso político era una marca social, una situación que se extiende hasta nuestros días, en que una buena cantidad de ex presos políticos registra aún en sus certificados de antecedentes, la prohibición de ejercer cargos públicos, algunos a perpetuidad o en la educación, extendiéndose en democracia la sanción que les impuso la dictadura, conculcándoseles a perpetuidad sus derechos.
No es comprensible que en Chile quienes lucharon por la libertad y la democracia, que quienes entregaron parte importante de sus vidas y otros que murieron por ello, no sean reconocidos, al contrario, que sean tratados de manera indigna, rechazados, o algunos de ellos perseguidos. Los ex presos políticos viven con una pensión de miseria, mantienen a sus familias con 160 mil pesos o menos, les han disminuido los beneficios otorgados, ejemplo la beca Valech, cuyo valor hoy es la mitad de un arancel en algún centro de estudio o universidad, “beneficios” con los que la mayoría, con su avanzada edad, no pueden costear sus problemas de salud.
Pero lo que está pendiente es mucho mas que lo monetario, aun los resultados de la investigación hecha por la comisión Valech no son públicos, los acuerdos políticos entre la concertación y la derecha impiden que se conozcan y que se haga justicia respecto a los autores de crímenes de lesa humanidad. Aun esperamos que algún gobierno democrático levante una voz digna, valiente, con medidas de visibilización que permitan a las nuevas generaciones rendir un homenaje y el recuerdo a quienes lucharon por la libertad y la democracia en Chile, con la dignidad que nuestra memoria merece.
Los ex presos políticos piden por sus derechos: Indemnización justa y adecuada a cada uno de los ex presos y presas políticas de Chile reconocidos por la Comisión Valech I y II. Igualación de la actual pensión a la pensión Retigg, como parámetro reparatorio para todas las víctimas de violación de derechos humanos, sin discriminación. Eliminación de la incompatibilidad de las pensiones Valech y de Exonerados Políticos. Levantamiento de los archivos secretos que amparan la impunidad de los violadores de derechos humanos. Fin a la situación de indefensión legal y persecución de los/as sobrevivientes y dotarlos de una instancia estatal que viabilice la presentación de querellas contra los responsables de la violación de sus derechos humanos. Tipificación de los delitos de tortura y violencia política sexual como crímenes de lesa humanidad.
Es hora de reivindicar a los ex presos políticos sin negociar con la derecha, como se ha hecho hasta ahora, estableciendo de manera clara y explicita que la víctima principal de la tiranía cívico militar de Pinochet fue el conjunto del pueblo chileno, más allá de los sufrimientos y tragedias padecidos en cada caso. Por eso la solución tiene que ser una señal clara y potente, reconocer en los presos políticos los derechos de un pueblo que fue duramente golpeado pero que se levantó para luchar y derrotar a la dictadura. Así es que haremos lo posible para que lo sucedido nunca mas ocurra, por que la ruptura del orden democrático, el exterminio y represión llevada a cabo como política de estado, daño al país en su conjunto y eso ¡ Nunca mas !!!!
En mi memoria que fue testigo de esos momentos duros, esta aún la conducta intachable de quienes sufrieron las peores torturas sin decir palabra, colgados en un palo, o tendidos en una parrilla, silentes para impedir que la represión hiciera mas y mas daño a personas inocentes.
Compatriotas, esos mismos chilenos que sufrieron ese daño físico tremendo y sicológico, hoy exigen el reconocimiento del pueblo por el cual algunos entregaron hasta sus vidas……
El autor, Enrique Villanueva Molina, es Vicepresidente CEEFA – 73 (Centro de Estudios Exonerados Fuerza Aérea) y Ex dirigente Rodriguista

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