Israel, la república de los casinos
por Uri Avnery (Tel Aviv, Israel)
10 años atrás 8 min lectura
15 febrero 2015
¿Quién es la persona que más manda en Israel?
El primer ministro Binyamin Netanyahu, por supuesto.
Falso.
La persona que de verdad manda en Israel es Sheldon Adelson, un judío estadounidense de 81 años, rey de los casinos, que ocupa el décimo puesto en la lista de personas más ricas del mundo, con una fortuna estimada en 37.200 millones de dólares, según los datos más recientes. ¿Pero de qué forma se recogen estos datos?
Aparte de los casinos que tiene en Las Vegas, Pensilvania, Macao y Singapur, también es dueño del Partido Republicano de Estados Unidos y, desde hace poco, del Senado y de la Cámara de los Representantes de este mismo país.
También es dueño de Binyamin Netanyahu.
La conexión de Adelson con Israel es personal. En una cita a ciegas, se enamoró de una mujer israelí.
Miriam Farbstein nació en Haifa, cursó la secundaria en un centro de prestigio, realizó su servicio militar en el instituto israelí que se encarga de la guerra bacteriológica y es una científica polifacética. Tras la muerte de uno de sus hijos (de su primer matrimonio) a causa de una sobredosis, se consagró a la lucha contra las drogas, en especial contra el cannabis.
Tanto él como ella son defensores fanáticos de Israel. No de un Israel cualquiera, sino de un Israel de derechas, racista, colonialista, anexionista, expansionista, intransigente, violento y arrogante.
Con ‘‘Bibi’’ Netanyahu encontraron a su hombre. A través de Netanyahu, esperan gobernar Israel como si fuera su feudo privado.
Para asegurarse de esto, hicieron algo extraordinario: fundaron un periódico israelí, dedicado exclusivamente a promover los intereses de Binyamin Netanyahu. No del Likud, no de una política en particular, sino de la persona de Netanyahu.
Hace años me inventé una palabra en hebreo para los periódicos que se distribuyen gratuitamente. ‘‘Hinamon’’ se traduce más o menos como ‘‘periodicucho gratis’’ o ‘‘revistilla gratis’’, y tenía un sentido peyorativo. Pero nunca llegué a imaginarme un monstruo como Israel Hayom (‘‘Israel Hoy’’): un periódico con fondos ilimitados y gratuito, distribuido a diario por cientos, quizás miles, de jóvenes asalariados, en calles y centros comerciales a lo largo de todo el país.
Los dos mayores diarios son superpatrióticos, belicistas y de derechas: la fórmula periodística para atraer a las masas
A los israelíes les encanta obtener algo a cambio de nada. Israel Hayom es ahora el diario con mayor distribución en Israel. Le quita lectores e ingresos por publicidad a su único competidor, Yedioth Ahronoth (‘‘Últimas Noticias’’), el periódico que ocupaba el primer lugar hasta que irrumpió Israel Hayom.
Hubo una reacción furiosa en el Yedioth. Se convirtió en un feroz enemigo de Netanyahu. Yossi Werter, un comentarista del periódico de centro-izquierda Haaretz (que tiene una tirada mucho más baja) cree incluso que las presentes elecciones se reducen a una competición entre los dos periódicos.
Eso es enormemente exagerado. Si los analizamos según su contenido social y político, hay poca diferencia entre los dos. Ambos son superpatrióticos, belicistas y de derechas. Esa es la fórmula periodística para atraer a las masas en cualquier lugar del mundo.
El diario Yedioth pertenece a la familia Moses, un clan con mentalidad empresarial. El editor actual, que pertenece a la tercera generación, es Arnon (‘‘Noni’’) Moses, jefe de un gran imperio basado en el periódico, al que no le gusta mucho darse publicidad. El periódico sirve a sus intereses empresariales, pero él no tiene un interés especial por la política.
De jóvenes nos enseñaron que los magnates de los casinos son gente mala, casi igual que los traficantes de armas
Adelson es único.
En Israel, la ley prohíbe apostar. No tenemos casinos, y la policía hace redadas en los antros de apuestas clandestinas. Cuando éramos jóvenes nos enseñaron que los magnates de los casinos son gente mala, casi igual que los traficantes de armas. Le sacan el dinero a gente pobre y adicta, abocándolos a la desesperación, incluso al suicido. Véase Dostoievsky.
Los israelíes leen Israel Hayom (es gratis, después de todo), pero el hombre y sus métodos no tienen por qué ser de su agrado. Es por eso que algunos miembros de la Knesset se animaron a introducir una proposición de ley que prohibiera por completo los periódicos gratuitos.
Netanyahu y el Likud hicieron todo lo posible por bloquear esta proposición de ley. Pero en el voto preliminar (necesario para las leyes que proponen parlamentarios que no pertenecen al gobierno) se les venció de una forma increíble. Incluso algunos miembros de la coalición de gobierno de Netanyahu votaron a favor. Las cámaras captaron a Netanyahu entrando corriendo, literalmente, en la sala de plenos de la Knesset para llegar a su asiento antes de que comenzara la votación.
El resultado de la votación fue de 43 contra 23. Casi la mitad de los miembros del Likud se abstuvieron. El ministro de Exteriores Avigdor Lieberman y su partido votaron a favor. También lo hicieron los ministros Ya’ir Lapid y Tzipi Livni.
Desde el voto preliminar hasta la aprobación final, una proposición de ley como ésta tiene que pasar por varias fases. Había tiempo de sobra para sepultarla en alguno de los comités. Pero Netanyahu estaba furioso. Pocos días después de la votación, destituyó del gabinete a Lapid y a Livni, haciendo que la coalición de gobierno se rompiera y que la Knesset se disolviera.
¿Por qué hizo Netanyahu algo tan estúpido cuando su (tercer) mandato no ha llegado ni a la mitad? Sólo puede haber una explicación lógica: se lo ordenó Adelson, para así evitar que se aprobara la ley.
Si fue así, Adelson es ahora el principal legislador de nuestro país. Quizás también sea la persona que más influye en la formación de los gobiernos de nuestro país.
El dinero tiene un papel cada vez más importante en política. La propaganda electoral se hace a través de televisión, lo cual es muy caro. Tanto en Israel como en Estados Unidos, enormes fondos legales e ilegales se canalizan hacia las campañas, directa e indirectamente. Los tribunales toleran la corrupción o son cómplices de ella. Los muy ricos (conocidos en Estados Unidos con el eufemismo de ‘‘los pudientes’’) ejercen una influencia exagerada.
Adelson convocó a los candidatos republicanos en Las Vegas, para ver la lealtad que le profesan a él y a Netanyahu
En las últimas elecciones presidenciales de Estados Unidos, Adelson se gastó cantidades ingentes de dólares en la competición. Apoyó a Newt Gingrich, y después a Mitt Romney, con grandes cantidades de dinero. En vano. Quizás a los estadounidenses no les gusta que los gobiernen jefes de casinos.
Para las próximas presidenciales de Estados Unidos, Adelson ha comenzado pronto. Convocó a todos los candidatos republicanos importantes en la sede de su casino de Las Vegas, para interrogarlos sobre la lealtad que le profesan (a él y a Netanyahu). Nadie se atrevió a negarse a acudir a la convocatoria. ¿Se negaría un senador romano a acudir a la llamada del César?
En Israel, ese tipo de rituales son superfluos. Los Adelson – tanto Miri como Sheldon – saben quién es su hombre.
El periódico Israel Hayom es, por supuesto, una gran máquina de propaganda, dedicada íntegramente a la reelección de Netanyahu. Todo totalmente legal. En una democracia, ¿quién le puede decir a un periódico a quién debe apoyar? Seguimos siendo una democracia, ¡por el amor de Dios!
Parece extraño que un país permita a un extranjero, que nunca ha vivido allí, tener un poder tan enorme sobre el futuro de la nación, es más, sobre su propia existencia.
Y ahí es cuando el sionismo entra en escena. Según el credo sionista, Israel es el Estado de los judíos, de todos los judíos. Todo judío en el mundo pertenece a Israel, incluso si está residiendo temporalmente en cualquier otro lugar. Hace algunos días, Netanyahu afirmó públicamente que representaba no sólo al Estado de Israel sino también a todo el ‘‘pueblo judío’’. No hace falta consultarlo con ellos.
En consecuencia, Adelson no es un extranjero en realidad. Es uno de nosotros. Cierto, no puede votar en Israel, aunque su esposa probablemente puede. Pero mucha gente (él incluido) cree que Adelson, al ser judío, tiene pleno derecho a intervenir en nuestros asuntos y a dominar nuestras vidas.
Por ejemplo, el nombramiento de nuestro embajador en Estados Unidos. Ron Dermer es un estadounidense, nacido en Miami, muy activo en la política republicana. Nombrar a un funcionario estadounidense del Partido Republicano como embajador de Israel ante un Gobierno del Partido Demócrata puede parecer extraño. No tan extraño si Netanyahu actuó bajo las ordenes de Sheldon Adelson.
Adelson ha amenazado con impedir la reelección de cualquier senador que no acuda al discurso de Netanyahu
Fue Adelson el que preparó el mejunje que está poniendo en peligro el sustento que Washington proporciona a Israel. Su títere, Dermer, convenció a todos los republicanos del Congreso – todos dependientes de la generosidad de Adelson o esperando serlo algún día – de que invitaran a Netanyahu a dar un discurso anti-Obama ante el Senado y la Cámara de Representantes.
Mientras se preparaba toda esta trama, Dermer se reunió con John Kerry pero no le dijo nada sobre la visita de Netanyahu. Netanyahu tampoco informó al presidente Obama, quien, enfurecido, anunció que no se reuniría con el primer ministro.
Desde el punto de vista de los intereses vitales de Israel, es una locura total provocar al presidente de Estados Unidos, que controla todo el flujo de armas estadounidense a Israel y el poder de veto en Naciones Unidas. Pero desde el punto de vista de Adelson, que quiere elegir a un presidente republicano en 2016, tiene sentido. Ya ha amenazado con invertir cantidades ilimitadas de dinero para impedir que se reelija a cualquier senador o diputado que no acuda al discurso de Netanyahu.
Estamos al borde de una guerra abierta entre el gobierno de Israel y el presidente de Estados Unidos.
¿Está jugando alguien a la ruleta con nuestro futuro?
Publicado en Gush Shalom | 14 Feb 2015 | Traducción del inglés: Víctor Rodríguez
*Fuente: M’Sur
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