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Shouka, La espina

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La primera gran traición y máxima chapuza española e
internacional, donde las haya, fue la entrega del Sáhara Occidental y su
población a Marruecos y Mauritania mediante los infaustos e ilegales Acuerdos
de Madrid, pergeñados por el último Gobierno de la dictadura franquista y
firmados el 14 de noviembre de 1975 en el palacio de La Zarzuela.

La segunda, y tal vez más inmoral aún, fue la protagonizada
por el líder del PSOE, Felipe González Márquez, con el incumplimiento, olvido y
reversión de la palabra dada al pueblo saharaui y su representante legítimo, el
Frente POLISARIO, en los campamentos de refugiados en el exilio de Tinduf, el
14 de noviembre de 1976, exactamente un año después de la firma de los Acuerdos
de Madrid.

Nunca podremos apartar de nuestra retina y nuestros
corazones, de nuestra cólera y nuestra vergüenza ilimitadas, aquella imagen
–inmortalizada por las cámaras fotográficas y la grabación sonora de sus
palabras–  del dirigente socialista
Felipe González, puño en alto, en una modesta tribuna en medio del desierto,
arengando al Pueblo Saharaui y su Frente Polisario en los campamentos de
refugiados de Tinduf, el día en que se cumplía el primer aniversario de
aquellos abyectos e ilegales Acuerdos, amañados a espaldas del conjunto del
pueblo español (al que pertenecían también los propios saharauis, no se
olvide), y que entregaban al pueblo saharaui (todavía entonces parte del pueblo
español) a su peor enemigo, a un régimen asesino y cruel, déspota y
reaccionario.

La
Ciudad Universitaria de Madrid  –símbolo emblemático para toda España- sería
muy pronto, durante la
Transición, lugar privilegiado de los mítines del PSOE, con
sus líderes en el estrado tratando de captar miles de votos ilusionados,
ahogados en un mar de banderas polisarias que lo llenaban todo mientras el aire
retumbaba con los gritos de una ingente multitud: "¡Viva la lucha del Pueblo
Saharaui!", "¡Polisario vencerá!"…

No, nunca podremos apartar de nuestras retinas y nuestros
corazones esa visión, esos años de ascenso popular, de conciencia ciudadana
democrática, de aquellas inmensas ansias de participación y libertad, con
Raimon y Lluis Llac a la cabeza. Era lo que, después, nos vendieron como
"modélica" Transición (y que autores como Joan E. Garcés, José Vidal-Beneyto,
Martínez Inglés, Vicenç Navarro, Yolanda Sobero, Julián Delgado, Jesús
Palacios, Eduardo Soto-Trillo o el recientemente desaparecido Paco Labordeta
han recordado que no fue tan… "modélica", ni mucho menos).

Luego vino la traición, el silencio, la burda mentira, la
intoxicación sistemática y el cinismo del entramado conocido como lobby
promarroquí, ejecutor de la estrategia y el diktat del Majzén, sus adláteres
galos, la CIA y
demás familia. Y a esas presiones sucumbieron Felipe González, Alfonso Guerra
y, en definitiva, todo el aparato del PSOE, que, visto lo visto y oído lo oído
(Rodríguez Zapatero, Moratinos, Trinidad Jiménez, Rubalcaba, Ramón Jáuregui…),
fue abandonando por el camino promesas, obligaciones, responsabilidades, principios,
socialismo, vergüenza y lo que quedara de dignidad en las bases del Partido.

¿Fue esa la "oferta" (léase "amenaza") de la CIA y el Departamento de
Estado del Imperio: impulsar al Partido al Poder, "encajar" la Monarquía franquista en la Transición, a cambio de
entregar el Sáhara a Marruecos y condenar al pueblo saharaui a una existencia
penosa y miserable orientada a su extinción? Cada vez van apareciendo más
documentos que confirman cómo estas cuestiones fueron tratadas fríamente en la Casa Blanca, París,
Rabat, Madrid, Zarzuela y en otros lugares (Jacob Mundy, entrevista
Kissinger-Buteflika, Wikileaks).

Todo eso y mucho más es lo que lleva Mariem Hassan en sus
entrañas, en su boca, en sus grandes ojos, en su grito desgarrado, valiente,
acusador, irrefutable. Le explotaba en el vientre todos los días, todas las
horas, todos los segundos de cada día. Hasta que decidió desembarazarse de una
vez de ese dolor, dar a luz tanta amargura, ponerle su propio grito y su música
y hacer que el mundo entero conociera al menos esa histórica traición del
hombre en el que el Pueblo saharaui (que llegó a ser parte del pueblo español)
un día creyó, como creímos también los españoles ingenuos. Felipe Gónzález
jamás desveló las ¿razones? de ese abandono del pueblo saharaui en manos de su
peor enemigo. Pero la traición a sus propias palabras y promesas (véase más
abajo el texto de su discurso) quedará para siempre en los anales de la Historia y recorrerá el
mundo entero en boca de la cantante saharaui Mariem Hassan y en la difusión de
su reciente CD titulado precisamente "Shouka" ("La espina").

Mariem impresiona. La conocí, la escuché y me impresionó. Su
voz puso un majestuoso cierre a las Jornadas sobre el Sáhara Occidental
organizadas por todas, ¡todas!, las Universidades Públicas de Madrid (Jornadas
que la prensa mainstream tanto se afanó en ocultar a la opinión pública, a
pesar de la presencia en ellas de personalidades como Winni Mandela, Stephen
Zunes, Bastagli, Ahmed Bujari o destacados miembros del Gobierno de la República Saharaui,
RASD). Impasible Mariem. Se nota que lleva en sus entrañas todo el dolor de su
pueblo. Casi no se perciben rasgos especiales en su rostro, grande como su
cuerpo, con su mirada hacia el fondo, sus grandes ojos secos ya de tanto dolor
("me bebí la sangre de mis tres hermanos muertos")… Pero cuando abre sus labios
e inicia su interpelación a Felipe González, un terrible grito invade la sala,
congela al personal, contamina, se torna recusación colectiva de toda la
audiencia y Felipe González queda señalado para siempre ante el juicio de la Historia. Y a pesar de
las promesas incumplidas y falseadas de FG, a pesar de su traición inmunda, el
pueblo saharaui sigue luchando con coraje por su libertad, hasta la victoria
final, trayectoria en la que el PSOE -eso dijo Felipe–  habría de acompañarles.

Ésa es "La
Espina" de Mariem Hassan, la que lleva dentro, clavada,
tantos años  –ella y su pueblo–, y su
imperiosa necesidad de sacársela de una vez por todas hablándole de esa
traición al mundo entero (aunque para mí, la traición de FG y  PSOE, más que una espina fue, y sigue siendo,
un enorme espadón envenenado, con el peor veneno de cuantos se conocen).

"Shouka" ("La
Espina") da nombre al título de un reciente álbum de Mariem
Hassan que, además, contiene otros quince trabajos musicales -a cual mejor- de
esta impecable cantante saharaui. El CD ha sido producido por Manuel Domínguez
para "Nubenegra" (www.nubenegra.com , email: nubenegra@nubenegra.com ).

Shouka es un trabajo muy especial, en forma de cantata: cada
párrafo del discurso de Felipe González en los campamentos de refugiados de
Tinduf –en noviembre de 1976, un año después de los Acuerdos de Madrid y la
invasión marroquí–, con la propia voz original en castellano de FG grabada en
audio (gracias a RASD-TV, www.rasd-tv.com ), es contestado por Mariem Hassan
(esto es, del pueblo saharaui) en hassanía, la lengua materna de los saharauis.
Ahí queda para conocimiento general y para la Historia de la Humanidad: El CD
contiene un libreto con los textos de las dieciséis obras de ese álbum de
Mariem Hassan traducidos al español, inglés y alemán, para facilitar su
comprensión y difusión por todo el mundo.

Acerca de Shouka, la obra clave que vértebra el álbum
editado por Nubenegra (con voz, tebal, palmas, agarits, coros, guitarras,
percusiones, flautas, clarinete, daf, tonbak y ney), su productor, Manuel
Domínguez, ha escrito:

"Teníamos que quitarnos la espina, no quedaba más remedio. La
ignominia del discurso del Sr. Felipe González era ya insoportable. Aireada
desde la página de la televisión saharaui, actúa como un imán al que acudes una
y otra vez, incrédulo ante tanto cinismo. Mariem Hassan ha tenido el valor de
arrancarla, con sus propios dientes, del corazón del Sáhara, y escupirla al
viento. Queda ahora, apretar bien en la herida para que supure toda la pus
nauseabunda. El daño es irreparable, pero ya se respira un poco mejor."

Dicho esto, dejemos hablar a Mariem Hassan, en su
contestación a Felipe González. Este es el texto de SHOUKA:

FELIPE GONZÁLEZ: Hemos querido estar aquí hoy, 14 de
noviembre de 1976, para demostrar con nuestra presencia, nuestra repulsa y
nuestra reprobación por el acuerdo de Madrid de 1975.

MARIEM HASSAN: González, te escuchamos con respeto y con
gran cariño. Y te abrimos con simpatía las puertas de nuestras jaimas.

F. G.: El Pueblo Saharaui va a vencer en su lucha. Va a
vencer, no sólo porque tiene la razón, sino porque tiene la voluntad de luchar
por su libertad.

M. H.: Tú, abogado, pico de oro, líder de un gran partido,
eres culto, pero a veces tu discurso hace mucho daño.

F. G.: Quiero que sepáis que la mayor parte del pueblo
español, lo más noble del pueblo español, es solidario con vuestra lucha.

M. H.: Un pueblo, mi pueblo, ofrece su vida en busca de la
libertad. Me bebí la sangre de mis tres hermanos luchando contra las armas
asesinas.

F. G.: Para nosotros no se trata ya del derecho de
autodeterminación, sino de acompañaros en vuestra lucha hasta la victoria
final.

M. H.: Creo que te has olvidado, ¿o es tu memoria la que no
recuerda aquellas promesas que hiciste a mi pueblo, con la razón guiando tu
discurso? Antes de ser presidente encabezaste la lucha de una generación. Ahora
le has cerrado las puertas a mi gente, incumpliendo tus promesas.

F. G.: Como parte del pueblo español, sentimos vergüenza de
que el Gobierno no haya sólo hecho una mala colonización sino una peor
descolonización, entregándoos en manos de gobiernos reaccionarios como los de
Marruecos y Mauritania.

M. H.: El respeto que te otorgó en su día este pueblo mío,
hoy no ha lugar, es imposible. Te has convertido en un lacayo de los cobardes
invasores.

F. G.: Pero debéis saber que nuestro pueblo también lucha
con ese gobierno que dejó en manos, al pueblo saharaui, de gobiernos
reaccionarios.

M. H.: No pretendas confundir, con tus ideas serviles, a los
españoles libertarios y procura distinguir entre justicia y oportunismo, entre
bien y mal.

F. G.: A medida que nuestro pueblo se acerca a la libertad,
será mayor y más eficaz el apoyo que podamos prestar a vuestra lucha.

M. H.: Conseguiste tu victoria con tu elocuente discurso,
pero no dudaste venderle armas a Marruecos. Y prefieres no recordar, seguir
errando en la meta.

F. G.: El partido está convencido de que el Frente Polisario
es el guía recto hacia la
Victoria Final del pueblo saharaui y está convencido también
de que vuestra república independiente y democrática se consolidará sobre
vuestro pueblo y podréis volver a vuestros hogares.

M. H.: Tus palabras se las llevó el viento; sin embargo el
pueblo saharaui no renuncia a sus derechos y paga su precio en sangre. Es un
pueblo valeroso que se mantiene en la lucha. Es pequeño, pero mucho ojo, que su
voluntad es grande.

F. G.: Sabemos que vuestra experiencia es la de haber
recibido muchas promesas nunca cumplidas. Yo quiero, por consiguiente, no
prometeros algo, sino comprometerme con la Historia. Nuestro
partido estará con vosotros hasta la victoria final.

M. H.: Te olvidaste de la Historia, alguien que no
perdona. Recuerda lo que ha pasado, aunque ya no haya remedio. ¡Felipe,
escúchame lo que te canto y te digo: Te creíamos de verdad y fallaste al
completo.

Mira que la espina se oculta entre pétalos de rosas. ¡Oh,
Felipe! ¡Felipe!

Y su veneno es mortal.

Pero no basta con leer la letra de "Shouka". Hay que
escuchar el disco. Y si es posible una actuación en directo, mucho mejor. ¡Pone
la carne de gallina! Y es una preciosa y contundente herramienta de lucha.

¡Hasta la victoria final, Mariem! ¡Viva la lucha del pueblo
saharaui!

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