20 años de la caída del Muro de Berlín: Un aniversario orwelliano
por Giulietto Chiesa (Italia)
16 años atrás 5 min lectura
Si hay algo que debería atraer la atención de los organizadores de los mil y un actos conmemorativos de la caída del Muro de Berlín es el hecho de que veinte años atrás, las expectativas, las hipótesis sobre el futuro que vendría, el cambio en la historia que se atisbaba, estaban completamente equivocadas.
Nada de lo que se escribió, se ensalzó, imaginó, supuso, elucubró, esperó ni temió, se hizo realidad…
He aquí una manera interesante, tal vez la única realmente interesante, de conmemorar la caída del Muro.
Lamentablemente a nadie se le ha ocurrido. Los “celebradores”, que generalmente son modestos lacayos de los epígonos de los que se consideran los vencedores de la Guerra Fría, repiten la misma cantinela sin pensar mucho. Una de las cosas más tronchantes de estos meses preparatorios de la victoriosa efemérides es la vuelta a escena de Lech Walesa y Solidaridad: todo el mundo los invita para que nos cuenten que ellos fueron los primeros en hacer que el Muro se tambaleara antes de caer.
Oyendo remembranzas como ésa, siento un impulso casi instintivo de hilaridad, como cuando escucho a algunos que siguen, todavía hoy, como si nada hubiera pasado, citando a Francis Fukuyama, el cual (concedamos que con oportunismo notable y buen sentido de los negocios, pero no con perspectiva de futuro ni profundidad de mirada) sentenció que había llegado la hora del “fin de la historia”.
Para los jóvenes se trata ya de una antigualla, en este caso razón no les falta. Pero para los no tan jóvenes fue un momento muy emocionante descubrir que, en el extranjero, habían vuelto a descubrir al gran filósofo Hegel, enmarcado muy a su pesar en la celebración hollywoodiana de la realización del Espíritu, encarnada en los Estados Unidos de América.
Bromas aparte, sí que valdría la pena preguntarse por qué se ha caído en errores tan garrafales. Sabemos que el hombre es falible y que leer el futuro siempre ha sido difícil. Pero en este caso fue la ideología (en el exacto sentido marxista de “falsa conciencia”) la que jugó a todo el mundo una mala pasada, obnubilando cualquier ambición profética.
Pensaron que habían ganado y celebraron su victoria -y se trataba efectivamente de su victoria- sin saber cuánto iba a durar. El "cuánto" no les preocupaba, pues lo habían considerado enseguida como una victoria “final”, algo eterno, tal y como la bautizó Fukuyama deprisa. No podían imaginar que tan sólo diez años más tarde -y diez años es realmente un suspiro– se iban a ver celebrando un mar de problemas.
Así, pues, para decirlo sin rodeos, la celebración se realiza bajo la bandera del "fin del comunismo". Sólo que ocurre cuando la sociedad de los ganadores (a la que no podemos llamar la sociedad del capitalismo porque, entretanto, es el capitalismo mismo el que se ha vuelto tan irreconocible que, mirándose en el espejo, como Dorian Gray, no puede dar crédito a sus ojos) se encuentra en medio de la crisis más grave de su historia.
Crisis múltiple, crisis de límites, crisis sin salida clara. Un callejón sin salida. Pero también ausencia de ideas, estupidez de las clases dirigentes, agonía de valores, comenzando por los de la democracia liberal, y terminando en el mundo actual en el que las élites se parecen cada vez más a las bandas criminales, y cuando no lo son ellas mismas, acaban asociándose a ellas y las cubren para así cubrirse.
En resumen: han perdido el control. Ante ellos se yerguen dilemas descomunales pero ninguna certeza. ¿Era esto lo que pensaban en 1989? Nada de esto se podía imaginar.
Sin embargo, recuerdo que Mijail Gorbachov, cuando comenzó su perestroika, dijo una frase que se me quedó grabada: "perestroika para la URSS, pero también para el mundo entero ".
Como ha ocurrido en otros momentos históricos de transición, hay mentes que saben vislumbrar lo que va a suceder, aunque no lo dominen. Estaba claro que el final de la URSS iba a plantear enormes problemas, volteaba todo el panorama mundial, levantaba olas gigantes que iban a batir, como una serie de tsunamis (término que hemos inventado más tarde) contra todas las costas por lejos que estuviesen.
Algo muy similar había dicho, años antes, otro gran personaje del siglo XX, Enrico Berlinguer, con algunas advertencias que no fueron escuchadas, ya que, en el momento, no se entendieron: la austeridad, la cuestión moral, la diversidad inevitable que debe conservarse para los que aspiran a cambiar las cosas.
Sucede que las mentes limpias desde el punto de vista ético pueden producir grandes ideas. Por lo general salen derrotados, pero esto no significa que su aportación se pierda.
Así que veinte años después de la caída del Muro sólo tenemos que celebrar la estupidez del Occidente victorioso, su ignorancia, y también su egoísmo. Pero este Occidente en crisis total e irreversible (o no sale de la crisis, o si sale, no será el Occidente que conocíamos) está tratando de aplicar normas orwellianas: quien controla el pasado, controla el futuro: quien controla el presente, controla el pasado. Para esto sirven las celebraciones de este aniversario. Sólo que ya no se controla el presente.
Creo, pues, que le tocará a la próxima generación el gran esfuerzo -si son capaces- de reescribir la historia que los ganadores han emborronado.
Publicado em Megachip
Fuente: Rebelión
Traducido para Rebelión por Gorka Larrabeiti
Artículos Relacionados
¿Ãlvaro Uribe tiene algún interés en rescatar con vida a Ãngrid Betancourt?
por Omar Montilla (Venezuela)
18 años atrás 8 min lectura
Las memorias de un viaje por el infierno
por Jorge Montealegre Iturra (Chile)
15 años atrás 9 min lectura
El "huracán Chávez" pasó por Nueva York
por Ted Cordova-Claure (USA)
20 años atrás 4 min lectura
Tú puedes hacerlo: 30 minutos diarios de Silencio Digital por Gaza
por Iniciativa Planetaria
6 horas atrás
02 de junio de 2025
Todos los días, exactamente a la misma hora, millones de usuarios de todo el mundo se desconectan completamente de las redes sociales durante 30 minutos. Sin publicaciones, sin «me gusta», sin comentarios, sin abrir aplicaciones. SILENCIO DIGITAL TOTAL.
Chilenos en el exterior piden la expropiación del centro de tortura de la ex Colonia Dignidad
por Organizaciones de DD.HH. de Chile y de Suecia
3 días atrás
30 de mayo de 2025
Avanza la campaña iniciada por la Asociación por la Memoria y los Derechos Humanos Colonia Dignidad y la Comisión Nacional de Derechos Humanos Chile-Suecia para solicitar al presidente Gabriel Boric Font que haga uso de sus atribuciones como presidente, para llevar a cabo LA EXPROPIACIÓN DE LA EX COLONIA DIGNIDAD.
Tú puedes hacerlo: 30 minutos diarios de Silencio Digital por Gaza
por Iniciativa Planetaria
6 horas atrás
02 de junio de 2025
Todos los días, exactamente a la misma hora, millones de usuarios de todo el mundo se desconectan completamente de las redes sociales durante 30 minutos. Sin publicaciones, sin «me gusta», sin comentarios, sin abrir aplicaciones. SILENCIO DIGITAL TOTAL.
Orígenes del Movimiento Obrero en Chile (1860-1925)
por El Porteño (Valparaíso, Chile)
4 días atrás
29 de mayo de 2025
El valioso documento que ponemos a disposición de nuestros televidentes forma parte de un documental llamado «Nuestra Historia: movimientos sociales, obreros y sindicales», producido por el Sindicato de Trabajadores de la Mina Spence (2025).Parte 1: 1860-1925 a cargo del historiador y profesor Sergio Grez Toso.