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Secos de liderazgo. Secos de mente

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Todos están preocupados de la crisis económica en Chile y está bien, es un tema, pero nadie se detiene a pensar sobre el real y más grave problema que está viviendo el país, el cual no radica en lo económico precisamente, si no que en un recurso a veces poco valorado, pero sin duda el más importante: las ideas.

Estamos secos de liderazgo, no hay nadie que proponga algo distinto, no hay voluntad de hacer bien las cosas y lo que encuentro más grave, ya nadie le cree a nadie. Quizás es el momento de renovar a las personas que han estado a cargo del país y no hablo de elegir a otro conglomerado en las siguientes elecciones, para nada (incluso es peligroso hacerlo, pero ese es otro tema), lo que trato de decir va más allá y está lejos de las tendencias políticas, hay que darle espacio a los jóvenes, ellos vienen con más ideas, ellos traen nuevas propuestas; son la evolución, son el futuro. Hace poco oí a una persona decirle a su padre: "No trates de discutir conmigo, piensa que yo soy tú, pero en versión mejorada". Era evidente, el padre le asintió. Eso le falta entender al canibalismo político, que debe hidratarse de los nuevos pensamientos.

Al parecer aún no alcanzamos a dimensionar el gran problema en el que está sumergida nuestra sociedad, que para suerte de los chilenos, no es nada en comparación a otros países que se hacen llamar potencias. Si abrimos un poco los ojos, podremos darnos cuentas que marchamos por un camino sin retorno, una ruta hacia la irracionalidad. Cómo puede ser posible que aún no nos detengamos a ver el grave problema en el que estamos, con una calidad de vida paupérrima, sin tiempo para nutrir la familia, con un sistema monetario que se alimenta de la deuda y la escasez, tampoco quiero decir con esto que nos transformemos al comunismo, de ninguna manera, porque es más de lo mismo, a lo que apelo es algo que va más allá y que a la vez es difícil de entender, la invitación es a evolucionar, empezar a pensar distinto; Hasta cuando agredimos al planeta, hasta cuándo nos agredimos a nosotros mismos… bajo la concepción en la que se desenvuelve la naturaleza, nos estamos convirtiendo en nuestro más peligroso depredador ¡Qué ilógico! Vivimos para subsistir, procrear, multiplicarnos, trascender, como lo hace cualquier especie, no para destruirnos. A no ser que no estemos de acuerdo en vivir todos juntos… el conflicto en Gaza por ejemplo, lo único que genera es que me lo pregunte con más fuerza. Si es así avisen, porque quizás deba ir matando personas cada vez que tenga una posibilidad, como lo hacen los animales cuando la competencia por el alimento es dura, o cuando llegan y matan a las crías que no son de su descendencia. Eso es sobrevivir, la gran diferencia es que cada uno se enfrenta con igualdad de armas, las que la sabia naturaleza les dio para defenderse.  Y si se supone que nosotros nos diferenciamos por la inteligencia… que brutalidad en la que estamos inmersos ¿no creen?

Claramente después de pensar y darse cuenta hay que hacer algo. El mundo es rico, las necesidades básicas deberían estar cubiertas para todos, pero no, hay muchos interesados en que no exista abundancia, pues evidentemente pierden el control. Con lo que no pueden luchar es contra las ideas, pues estas no se venden ni se transan en el mercado, le pertenecen a cada cual y en este momento son aún más escasas que un diamante, que el petróleo y que todos los intereses que están en manos de los “más poderosos”… espero no lleguemos a un punto en el que roben mi cerebro o roben mis ideas. Es mi única defensa, es mi único patrimonio real y que no le pertenece a nadie más que a mí.

El cambio debe ser gradual. Las necesidades básicas son hogar, salud, comida y descanso digno después de cumplir una cierta edad, también cualquiera que trabaje (6 horas diarias es suficiente) debería vivir tranquilo, ahora quién quiera tener una gran casa, un súper auto o el último juguete de la tecnología, debería conseguirlo como el resultado de un esfuerzo adicional. Hay gente que claramente vive de cosas más simples y los estamos obligando y estresando porque funcionen en un modelo que no es integrador con todos, que no respeta los estilos de vida, que tiende a homogeneizar porque ese es el concepto que nos enseñan en la escuela, un concepto antiguo que tiene clara relación con la producción en grandes escalas… pero por último dejemos eso para los productos y no para las personas.

Chile es un país sano, inteligente y trabajador. Chile es una buena plataforma para impulsar un cambio, el cual antes de cualquier cosa debe ser mental. Mastiquémoslo un rato, nuestros hijos lo agradecerán.
Hache.

e-mail del autor: alberto@entreligas.cl

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