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Argentina: El olvido anda suelto

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Es madrugada, barrio porteño de Constitución, avenida San Juan y Cochabamba… Un cartonero revuelve la basura en un contenedor…
Hasta ahí no es más que la descripción del paisaje urbano nocturno, desolador y misterioso.
La madrugada siempre sabe a misterio, a trampa y a soledad.
El comienzo de la crónica, bien podría ser la presentación de una canción del poeta rosarino Adrián Abonizio, esa que dice:

“La noche en Constitución tiene un aire particular, la lleva la brisa del río la trae los autos al clarear.
Nunca andes solo por ahí que te roban el corazón las brujas del tráfico pintarrajeadas con algo tan oscuro.
Y hay quien ve la luna como por primera vez enganchada en un cartel que dice: ‘No habrá mas penas’”.

Pero la noticia avanza, y entonces, la canción se deshace en un dolor incurable, y uno se descubre con toda la tristeza encima.
La poesía urbana se vuelve espanto, angustia, impotencia…

El cartonero que revuelve la basura del contenedor descubre dentro de una bolsa plástica, envuelto en una frazada, el cadáver de un niño de entre 3 y 4 años, en un marcado estado de desnutrición.
Un jefe de la Policía Federal informó que: "Si bien no tenemos los resultados de la autopsia para confirmar la causa de la muerte, el cuerpo estaba muy flaquito. Todo indica que presentaba fuertes signos de desnutrición".

Ahora el cartel debiera decir: “Sí, habrá más penas”.
Claro que habrá más penas.
Si ni siquiera la información trae el nombre del pibe ni puede determinar claramente su edad.
Si todavía no había aparecido denuncia alguna sobre su desaparición y la noticia desapareció de los diarios al día siguiente.
Claro que habrá más penas.

La canción de Abonizio, trae también un par de líneas donde se presume que el diablo merodea la noche de Constitución.

“Como la capa de un torero, roja y roja es Constitución, la viven gastando las balas del diablo la sangre del alcohol”.

Y cuando no son las balas del diablo, es la voracidad del hambre que nos sigue matando a los pibes. Para ser más claro, los mata la desidia, la desigualdad, la indiferencia…

Y uno busca desesperadamente algún anuncio que distraiga al dolor.
Y solo escucha hablar de tablitas eliminadas para quienes perciben importantes sueldos, planes de salvataje para empresas de electrodomésticos, nuevas posibilidades de comprar un 0 kilómetro o de cambiar la heladera o de viajar en cuotas… A todo esto se le llama paquete de medidas anticrisis o incentivación del consumo…

Mientras tanto, en Constitución, un pibito sin nombre que tendría entre 3 y 4 años, apareció sin vida y desnutrido en un contenedor de basura.
No hay anuncios que hablen de ese pibe que quizás no tuvo tiempo de patear una pelota.
No hay planes de salvataje para los que no tienen nada.

El cartel que cuelga de la luna, ahora, se alcanza a ver desde cada esquina habitada por los pibes abandonados a su suerte; y dice:  “Sí que habrá más penas, mientras ande suelto tanto olvido”.

* Fuente: Agencia de Noticia Pelota de Trapo

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