Tres décadas y media de desvergonzada negación e impenetrable impunidad de la Armada de Chile llegan a su fin. Por primera vez, la justicia de aquel país ha procesado a cinco altos jefes de su Marina de Guerra, declarándolos imputados por su responsabilidad en la tortura y muerte del sacerdote anglochileno Miguel Woodward, de 42 años, en las fechas posteriores al golpe militar de 1973.
Una juez chilena procesa a altos jefes de la Marina por el asesinato de un cura tras el golpe de 1973
¿Cómo ha sido posible este extraordinario procesamiento? Cuestión de mujeres. De dos mujeres muy concretas. La primera, Patricia Woodward, hermana de la víctima, que presentó la denuncia correspondiente y que persigue infatigablemente el pleno esclarecimiento de aquel crimen y el juicio y castigo a sus culpables. Sus largos esfuerzos se ven ahora recompensados por esta esperanzadora decisión judicial.
La otra mujer decisiva es la admirable jueza Eliana Quezada. Una de esas personas capaces de chocar contra instituciones intocables, venciendo barreras y amenazas de muerte, en busca de una justicia difícil de alcanzar en todas partes, pero prácticamente imposible frente a cierto tipo de personas y estamentos, que en ciertas sociedades gozan de un estatus inexpugnable.
Finalmente, Quezada ha emitido su histórico auto de procesamiento, que ha conmocionado a la opinión pública chilena, pues declara "reos" (imputados) a los siguientes personajes: almirante Sergio Barra von Kretschmann, almirante Guillermo Aldoney Hansen, vicealmirante Adolfo Walbaum Weber, vicealmirante Juan Mackay y capitán de navío Ricardo Riesco Cornejo, todos ellos retirados. A éstos se añade un personaje secundario: el teniente médico de la Marina Carlos Costa Canessa, igualmente retirado. Los seis son acusados de graves responsabilidades criminales en la sangrienta represión ejercida al principio de la dictadura por las fuerzas de la Marina en el área costera de Valparaíso, a 120 kilómetros de Santiago.
Las detenciones de los imputados se efectuaron de forma inmediata, tras la orden expedida por la juez. Aldoney, Mackay y Riesco han sido recluidos en el acuartelamiento de Infantería de Marina en Viña del Mar. A su vez, Barra y Walbaum permanecen bajo arresto domiciliario por razón de su edad, superior a 80 años. El doctor Costa se encuentra hospitalizado bajo vigilancia policial.
Las responsabilidades de estos marinos en el trágico caso que nos ocupa resultan abrumadoras. Para empezar, Walbaum y Aldoney eran en aquellas fechas, respectivamente, jefe de la I Zona Naval y jefe del Estado Mayor de la misma Zona Naval. Por su parte, consta que Mackay asistía a las sesiones de tortura practicadas en las diversas instalaciones navales de Valparaíso. Barra von Kretchmann era jefe de Inteligencia Naval en 1973 y ascendió más tarde a segundo jefe de la DINA (Dirección de Inteligencia Nacional), entidad cuyos atropellos a los derechos humanos fueron permanentes. Riesco actuaba a sus órdenes en aquella criminal organización.
A todo ello se añade el gran peso social de estas personalidades, por la gran notoriedad pública de los cargos que ejercen o ejercieron al margen de su actividad militar. El vicealmirante Walbaum, además de su cargo naval, fue intendente de Valparaíso (alcalde de la ciudad). El almirante Aldoney Jansen, después de su retiro, emprendió una ambiciosa carrera empresarial, alcanzando la presidencia del gran consorcio siderúrgico CAP (Compañía de Aceros del Pacífico), y actualmente es miembro del directorio de la poderosa Mutual de Seguros de Chile. Aldoney, conocido por su gran predicamento en los ámbitos eclesiásticos, fue designado responsable de la seguridad del Papa durante su visita a Chile en 1986. A su vez, el vicealmirante Mackay es vicepresidente del Consejo de Almirantes y Generales en Retiro.
La víctima, el padre Woodward, era miembro del movimiento Cristianos por el Socialismo y ejercía su trabajo social en los barrios más deprimidos, dentro de un programa solidario de la Universidad Católica de Valparaíso. Fue detenido por una patrulla naval el 16 de septiembre de 1973, cinco días después del golpe. Conducido a la Academia de Guerra Naval, fue allí sometido a atroces torturas. Posteriormente, fue trasladado al buque escuela Esmeralda, vergonzosamente utilizado en aquellos días para torturar a gran número de supuestos subversivos izquierdistas. Allí, Woodward fue nuevamente torturado. Ya moribundo, fue trasladado al Hospital Naval, donde falleció. Su cadáver no ha sido hallado aún.
Durante décadas, la Armada negó tenazmente estos hechos y obstaculizó toda investigación. Comportamientos bien conocidos en estos casos: corporativismo, negacionismo, obstrucción a la ley. Hasta que, en 2006, la infatigable juez logró forzar la entrega por la Armada de la bitácora del Esmeralda, documento en el que aparecía registrada la entrada en el buque del padre Woodward. Esto, además de desmentir la contumaz negación institucional, permitió a la magistrada (amenazada de muerte desde el pasado noviembre) profundizar en su investigación, hasta desembocar en esta notable resolución, sin precedentes en ese hermético ámbito estamental.
Tal como afirma Patricia Woodward: "Espero que esto signifique que estamos llegando a la verdad y la justicia para Miguel, pero también para las demás víctimas de la Armada". Que así sea.
22/05/2008
– Prudencio García es investigador y consultor internacional del INACS.
* Fuente: El País
Artículos Relacionados
Una mujer egipcia aborda la Revolución desde el punto de vista de la guerra de sexos
por Hajer Naili هاجر نايلي (Egipto)
13 años atrás 5 min lectura
“Con esta resolución los mineros son empujados al fondo de la mina”
por Oficina Parlamentaria de Alejandro Navarro (Chile)
9 años atrás 4 min lectura
Propaganda (mentiras, manipulación) contra Venezuela
por Romain Migus (Venezuela)
7 años atrás 2 min lectura
La Concertación y el engaño sistemático sobre mayorías parlamentarias
por Felipe Portales (Chile)
12 años atrás 10 min lectura
El cadáver putrefacto de la Democracia Cristiana
por Rafael Luis Gumucio Rivas, El Viejo (Chile)
7 años atrás 3 min lectura
¿Qué pasa en la SECH? Es la pregunta de cajón a propósito de la próxima renovación de su Dire
por Hernán Montecinos (Chile)
15 años atrás 6 min lectura
Urgente, hoy: Convocatoria por Julia Chuñil, ¡a lo largo de todo Chile!
por Resistencia
5 horas atrás
01 de octubre de 2025
Todos a la calle, en nuestra ciudad, en nuestro barrio. Que los asesinos sepan que no vamos a olvidar y que lucharemos, resistiremos, hasta verlos enjuiciados y en la cárcel.
En llamada telefónica intervenida, el empresario Juan Carlos Morstadt habría revelado el destino de Julia Chuñil
por Familia Chuñil Catricura (Chile)
1 día atrás
30 de septiembre de 2025
El principal sospechoso, Juan Carlos Morstadt Anwandter, en una interceptación telefónica autorizada, le dijo a su padre que a Julia Chuñil “la quemaron”.
Urgente, hoy: Convocatoria por Julia Chuñil, ¡a lo largo de todo Chile!
por Resistencia
5 horas atrás
01 de octubre de 2025
Todos a la calle, en nuestra ciudad, en nuestro barrio. Que los asesinos sepan que no vamos a olvidar y que lucharemos, resistiremos, hasta verlos enjuiciados y en la cárcel.
En llamada telefónica intervenida, el empresario Juan Carlos Morstadt habría revelado el destino de Julia Chuñil
por Familia Chuñil Catricura (Chile)
1 día atrás
30 de septiembre de 2025
El principal sospechoso, Juan Carlos Morstadt Anwandter, en una interceptación telefónica autorizada, le dijo a su padre que a Julia Chuñil “la quemaron”.