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Santa Maria de Iquique 2007: Comienza a gestarse una organización

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21 de diciembre de 2007. Estoy parado en la puerta de la Escuela Santa María de Iquique. Un muchacho joven, escoltado por un par mas, está a cargo de abrirla para dejar entrar o salir a quienes ellos autorizan. Les explico que vengo de piensaChile y que deseo conversar con algún dirigente de la Toma, para conocer en detalle quiénes son, que es lo que plantea el movimiento, cuáles son sus metas, cómo ven ellos la Conmemoración de este Centenario. Me dicen que no hay autorización para dejar entrar a medios de comunicación, por la simple razón de que luego no publican ni una sola nota o tergiversan lo declarado. Les hago ver que ese no es la política ni la práctica de piensaChile, en su más de 6 años de existencia. Trato de hacerles ver que es un su provecho el que haya medios dispuestos a dar a conocer sus planteamientos a la opinión pública.


De pronto, por entre los muchachos, aparece un hombre, más bien bajo, de unos 40 años de edad (algunas canas se asoman en su cabellera) y les dice a los muchachos: “Déjenlo entrar, yo me hago cargo”. Los jóvenes lo miran y obedecen a su ruego. Suena la cadena al golpear el marco de metal de la puerta y se abre dejándome el camino abierto a tan histórico edificio. Subo las escalas sintiendo que camino por la historia, pero no tan sólo por lo ocurrido hace ya 100 años, sino también por lo que presiento que ese gesta aquí.

Joaquín, que así se llama mi interlocutor, me pide –en un rincón del enorme patio- que espere un momento. Vuelve al par de minutos con 3 sillas de plástico y vuelve a desaparecer, para regresar con dos tazas de plástico con agua fresca. Y allí comienza una conversación que se extiende por casi una hora, en que aparecen, por supuesto, los hechos acaecidos en este Escuela hace un sigo, pero también aparece 1973, Allende, la traición de la Concertación y los sueños que los animan.

Mi interlocutor es dirigente bancario, pertenece a uno de los sindicatos formados por los trabajadores del Banco Santander. Me dice que están también presentes dirigentes de ANDHA (Deudores Hipotecarios), dirigentes de organizaciones juveniles, ambientalistas, portuarios (más tarde Joaquín convence a Joan a que se siente con nosotros, cuando entra al patio luego de llegar de una caminata desde Pozo Almonte hasta Iquique, en conmemoración del Cenetenario). En fin, se trata de un movimiento que ha ido logrando agrupar organizaciones y personas de todo el espectro que lentamente se ha ido movilizando contra lo que hoy vivimos y sufrimos los chilenos. Según me dicen, son unas 200 personas que rotan diariamente, a las cuales, además hay que alimentar, dar de beber, crear condiciones para que puedan dormir. Todo esto sin despegar el ojo de los ingresos. La Alcaldesa ha prometido no ordenar el desalojo del edificio, pero, en este país, nadie sabe lo que al final ocurre.

Las notas hechas y los recuerdos apilados en mi cabeza, tendré que procesarlos primero para entregárselos a Uds. Por ahora, y para no atrasar más este despacho, les hago llegar este borrador de Manifiesto que ayer por la tarde estaba en elaboración. Aún no está sancionado definitivamente por la Asamblea (realizan 2 asambleas diariamente. Una a las 8 de la mañana y otra por la tarde, para discutir y acordar lo necesario para que el movimiento siga avanzando). Por esta razón, respetando la solicitud de mis interlocutores, insisto en que se trata de un documento borrador. Ellos me han prometido hacer llegar el documento final.


Manifiesto de la clase obrera Trabajadora y Proletaria

En 1907 obreros y obreras del salitre y del puerto de Iquique, dueñas de casa, niños y niñas, provenientes de distintos lugares de Chile, Argentina, Bolivia, Perú y Asia, entre otros,  solicitaron a los empresarios salitreros extranjeros que su salario fuera pagado en oro y no en monedas y fichas, en circunstancias que el salitre se cotizaba en oro esterlina y el pago de los artículos de primera necesidad  se hacía al cambio de nuestra moneda; pidieron también que se estableciera el libre comercio en las oficinas ya que existía un monopolio por parte de los salitreros, quienes eran a su vez dueños de las pulperías, únicos centros de abastecimientos existentes.

Estas mismas reivindicaciones que solicitaban hace 100 años nuestros compañeros y compañeras, hoy son las mismas demandas las que nos convocan al fortalecimiento orgánico el que debe coronarse con una organización única que agrupe a toda la clase trabajadora.

Hoy día, 20 de diciembre del 2007 a las puertas de la conmemoración de los 100 años de la Masacre de la Escuela Santa María, los sindicatos y las organizaciones sociales de base que conformamos esta gran toma y movimiento social, a la cual se han adherido dirigentes sindicales, organizaciones sociales, culturales, agrupaciones de distintas partes de Latinoamérica, estudiantes, jóvenes, niños, niñas y medios de difusión alternativa. Reafirmamos nuestro repudio frente al modelo económico neoliberal –heredado de la dictadura- que impulsa, mejora, administra y fortalece el gobierno de la concertación, con la consiguiente precarización del trabajo y la desintegración de las organizaciones de las trabajadoras y trabajadores.

De momento debemos incentivar toda forma de organización obrera, organizar debates, escuelas sindicales y actos culturales en todos los lugares en que exista la clase trabajadora; así mismo debemos potenciar los movimientos sociales, de estudiantes, pobladores y pobladoras con el fin de fortalecer el movimiento popular de resitencia.

A la par nos sumamos y levantamos la lucha de las siguientes demandas:

1. Derecho a la sindicalización y a la negociación por rama.
2. Poner fin a la subcontratación. A igual trabajo, igual remuneración.
3. Por el restablecimiento de la indemnización por años de servicios sin tope y para todos los trabajadores y trabajadoras. Rechazando la jubilación a los 60 años para las mujeres y 65 para los hombres y el restablecimiento de jubilación a los años de servicio.
4. Un sueldo digno que asegure la calidad de vida de las trabajadoras y trabajadores y sus familias.
5. Por la jornada de trabajo de máximo de 7 horas diarias y por 5 días a la semana. Rechazando la flexibilización laboral.
6. Por el derecho del trabajo digno, la salud de calidad y de acceso para todos y todas; educación gratuita en todos sus niveles, dependiente del estado y no de las municipalidades, viviendas decentes para todos y seguridad social que garantice una real protección. Fin de la mercantilización de nuestros derechos.
7. Derecho al seguro de desempleo financiado por los empresarios y el estado.
8. Abolición de las leyes laborales actuales que impiden la organización y negociación de la clase trabajadora.
9. Abolición de la criminalización de las luchas obreras, estudiantiles y populares. Fin a la represión policial y libertad a los presos políticos (los que lucharon en dictadura, mapuches, dirigentes estudiantiles, sindicales y poblacionales) que han sido encarcelados y reprimidos por luchar por sus territorios y derechos.

En este actual contexto, donde la clase obrera se encuentra fragmentada, producto de la explotación y la precariedad del trabajo, es que sentimos la necesidad de organizarnos, de crear una sola clase que sea capaz de enlazar las demandas de los explotados/as, oprimidos/as y dominados/as y levantarnos en un solo proyecto de lucha popular, la cual se llevara a cabo creando y fortaleciendo los espacios de participación, provocando una transformación que no será sólo económica, sino también cultural y social. Lo que apunta a un real cuestionamiento de las instituciones y la reestructuración de las prácticas en lo público y privado, con el fin de construir poder popular que libere, que respete, las particularidades de genero, etnias y edad.

Es por eso que como clase salarial, buscamos la estabilidad laboral que nos asegure un trabajo digno que nos permita un desarrollo integro como personas, lo cual nos permitirá tomar conciencia de nuestra clase y poder por nuestras reales demandas y derechos. Potenciando la autogestión que nos liberará de responder a la clase dominante y nos da independencia en nuestro quehacer.

A 100 años de la Masacre siguen atropellando nuestra dignidad…

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