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Usted sabe señor Navarro: en Perú y en Chile, los Pizarros no se han acabado…

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Desde los excluidos y postergados históricamente por los propietarios de la Teta Eterna;  desde un  cristianismo evocativo de Medellín, de Puebla, de Allende, de la plegaria de Víctor Jara; o sea desde un compromiso con los crucificados por los poderosos, compromiso que  no tiene nada que ver con los dogmas del Opus Dei ni de la DeCé; es decir desde un cristianismo con conciencia de calle, de sueldo mínimo, de población y de pueblo, de justicia social, de Antuco, de Transantiago, de Escuela Santa María, de Rodrigo Rojas de Negri, del “¿Dónde están?”; desde los millones de Navarros golpeados  -preferentemente cuando no hay inmunidad ni cámaras-  una y otra vez por la espalda, por el Modelo y por sus “heroicos” y  “valientes” Rocos en este país;  desde  un continente fundado, vendido  y concesionado por los Chadwicks y los Pizarros en nombre del credo neoliberal oficial, credo que se expresa por ejemplo  en las alzas delictuales de los buses interurbanos en estas fiestas patrias y en el silencio cómplice de estos parlamentarios aludidos …  que no quieren ver el despojo ejecutado sin piedad contra el pueblo; desde nuestro derecho a resistir  precisamente a  estos dogmas, a estos Chadwicks y a estos Pizarros  -los que desde la Conquista al presente han hecho de Chile y de Perú una desvergonzada repartija para unos pocos predestinados; en fin, desde los excomulgados en esta tierra  por los que hoy se cuentan entre los más férreos opositores de Evo Morales y Hugo Chávez, vaya este respetuoso mensaje,  mensaje especialmente dirigido a estos conquistadores  – tan creyentes ellos-, tales como el virrey Pizarro; conquistadores que  –dicho sea de paso-  se pusieron nerviosos con la aparición del hijo de un obrero en una encuesta referida a nombres presidencializables y con futuro político:
 
“Yo conozco tus obras, que no eres ni frío ni caliente.  ¡Ojalá fueras frío o caliente! Pero por cuanto eres tibio y no frío ni  caliente, te vomitaré de mi boca” .
Esta advertencia se plantea desde el manual sagrado del muy cristiano y “demócrata”  señor virrey Pizarro (que rasgó vestiduras para frenar a un hijo de obrero de apellido Navarro).

Digámoslo directamente y sin mayores rodeos: el virrey Pizarro no ha mojado ni siquiera la basta de su sotana  por los/las  perdedores/as  de la historia de este país; nunca ha tomado partido por los/las postergados/as y explotados/as  históricamente a manos de sus socios, es decir a manos de  los propietarios del paraíso resguardado por los Rocos y los Chadwicks y sus teologías oficiales. O lo que es lo mismo: ni Pizarro ni sus huestes nunca tomaron partido por las víctimas de los propietarios y succionadores eternos de  Chile, de América Latina y del Perú. Y todo el país sabe por qué: porque el virrey Pizarro –lo decimos respetuosamente  y   como dijo Víctor Jara-: se asemeja a esos caballeritos que,  luego de mostrarse bien calladitos, terminan  siempre adueñándose del baile, y que cuando se trata de defender efectivamente a los trabajadores/as  -como hizo Navarro-,   no son ni  fríos ni calientes, o sea,  no son ni chicha ni limoná, porque se lo pasan  manoseando, caramba, samba, su “católica” dignidad  (!!!).
Vueeeeeeeeelta.

Dieciocheramente: movimiento autónomo de filosofía UC del Norte, IV Región, Chile.

* e-mail:
mafucmafuc@hotmail.com


Nota de la Redacción de PiensaChile: Vea esto

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