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Chile: ¿Se hará justicia algún día?

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Con la huida y captura del general Neumann, queda en evidencia, que en Chile todo sigue siendo “en la medida de lo posible”, dentro de la justicia penal, en este caso, igual que en lo económico y social.

Los poderes fácticos siguen ejerciendo su influencia marcadamente. Con una intensidad que parecería inusitada después de 18 años, que acabó la dictadura.

La gente común y corriente se pregunta, ¿si un ex presidente, en ejercicio de su alta investidura en 1998, como Eduardo Frei Ruiz Tagle, supo del asesinato de su padre (versión emitida por Hernán Mery, jefe de investigaciones en ese entonces) y no pudo o no tuvo la agallas para llegar a fondo en el esclarecimiento de semejante magnicidio, que nos queda para los simples mortales de a pie, que esperamos aún saber de nuestros desaparecidos familiares, amigos o camaradas?

Frei no solo no quiso o no pudo aclarar la muerte de su padre; además aplicando una política de Estado (según su versión) se la jugó por traer a Pinochet de vuelta Chile, cuando este cayó detenido en Londres, sabiendo siempre que acá (dentro de Chile) el dictador jamás sería tocado. Que la mentada justicia chilena alargaría las denuncias sobre su accionar hasta el infinito, esperando la muerte del dictador, tal cual ocurrió. Nunca ni siquiera se lo pudo fichar, pese a que las ocasiones para ello sobraron.

Neumann, formó parte de los servicios de seguridad de la dictadura a cargo de los trabajos sucios más oscuros, dentro de los emblemáticos, esta su participación en el asesinato en Buenos Aires del General Carlos Prats y su esposa Sofía, siendo en ese tiempo un oficial de bajo rango y por su participación en todo estas inmundicias y crueldades se le premió en su institución llegando a los más altos rangos dentro de las FF.AA.

El ejército de Chile y su comandante en jefe actual, deben una explicación a Chile y su gente, de cómo un personaje tan siniestro, pudo llegar tan alto, por más que haya tenido la protección del dictador. Lo mínimo es hacer pública la hoja de vida del general, mostrando los actos que justificaron sus ascensos.

Hoy el ex prófugo pagará por uno de sus crímenes (tiene pendiente varios otros) en el mal llamado penal Cordillera [1], que no tiene nada de cárcel, pues es una especie de casa quinta, con todas las comodidades imaginables, piscinas, jardines, Internet, cabañas individuales para los “presos”.

Sería interesante que se hiciera un reportaje visual de las condiciones en que los ex violadores de los derechos humanos están pagando sus asesinatos y crímenes de lesa humanidad. Todo ello para que Chile entero pueda comparar dicha situación, con los reportajes que la televisión ya ha realizado a las cárceles comunes y corrientes, en particular las de Santiago.

El general Neumann ha usufructuado de una red de protección indesmentible, es hora de llegar hasta el final en las investigaciones, pues el mentado Estado de derecho está en juego en sus cimientos si las cosas quedan donde están.

No pueden seguir estas anomalías, en que un condenado, se dé a la fuga, se burle del magistrado que los juzga y después no tiene sanción alguna por sus actos reñidos con la ley y la ética mínima que se le debe exigir a los uniformados hoy. (Honor Militar)

El Ejercito de Chile, debe presentar públicamente una condena a este tipo de acciones, so pena de quedar en una incomoda posición, frente a las actuaciones de sus ex miembros.

* Fuente: www.argenpress.info

Nota
[1]  Granja VIP: Los lujos y privilegios de los presos del batallón de policía militar

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