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Un contraste asombroso: El descenso de Usamérica, el ascenso de América Latina

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Ninguna persona informada puede ignorar la ola de cambios progresistas que recorre América Latina y el Caribe en los últimos tiempos. Durante muchos años, sólo Cuba mantuvo en alto la antorcha a través de sus ejemplares programas de salud y educación gratuitas, y de sus enormes logros en la cultura, los deportes y la ciencia. Aunque hoy en día ningún cubano afirmaría que todo es perfecto, todo lo contrario, probablemente todos estarían de acuerdo en que no hay punto de comparación con la situación de Cuba antes de la Revolución. Todo esto lo hicieron a pesar de los esfuerzos de Usamérica por aislarlos como un ejemplo inaceptable de independencia y autodeterminación, para lo que usó toda clase de métodos sucios, desde la infiltración, el sabotaje, el terrorismo, el asesinato y la guerra económica y biológica, hasta las mentiras incesantes de los medios de comunicación de muchos países. Conozco estos métodos muy bien, pues fui agente de la CIA en América Latina en la década de 1960. Cerca de 3.500 cubanos han muerto debido a actos terroristas y más de 2.000 han quedado incapacitados de forma permanente. Ningún país ha sufrido el terrorismo por tanto tiempo y con tanta persistencia como Cuba.

Durante todos estos años, incluso antes de tomar el poder en 1959, la Revolución cubana se ha visto obligada a obtener información de inteligencia en Usamérica con fines defensivos. Esta era la misión plenamente justificada de los Cinco de Cuba, presos desde 1998 y con largas condenas después de haber sido condenados por varios delitos en Miami, donde era imposible que tuviesen un juicio justo. Se les condenó por conspiración para espiar y para cometer asesinato. No obstante, solamente recogían información relacionada con los terroristas criminales que desde Miami planificaban operaciones en contra de Cuba, actividades ignoradas por el FBI y otros organismos similares. Estos cubanos nunca buscaron ni recibieron información clasificada por el gobierno de Usamérica. Sus casos siguen en apelación y lo estarán por muchos años, pero sus condenas, totalmente prejuiciadas, están, junto con el linchamiento legal de los inmigrantes anarquistas Nicola Sacco y Bartolomeo Vanzetti en 1920, entre las injusticias más vergonzosas de la historia de Usamérica. Todos quienes consideran que la imparcialidad, los derechos humanos y la justicia son importantes, deben apoyar la causa por la libertad de los Cinco de Cuba a través de los 300 comités de solidaridad por la Liberación de los Cinco que existen en 90 países.

La política actual de Usamérica, con sus medios y sus metas, puede encontrarse en el informe de casi 500 páginas de la Comisión de Asistencia para una Cuba Libre publicado en 2004 y en la actualización publicada en 2006, la cual tiene un apéndice secreto. Una meta fundamental, la misma en 2007 que en 1959, según creo recordar, es el aislamiento de Cuba para evitar la propagación de este mal ejemplo, y la política actual, si tuviese éxito, significaría nada menos que la anexión de Cuba a Usamérica y su dependencia total, de hecho si no de derecho, como afirman los cubanos. Otras metas fundamentales desde 1959 siguen siendo, casi 50 años después, fomentar una oposición política interna y causar dificultades económicas que produzcan desesperación, hambre y desesperanza. No es ninguna exageración decir que estas metas son genocidas.

La guerra económica que Usamérica libra contra Cuba durante casi 50 años, sin embargo, no ha funcionado, aunque los cubanos que llevan las cuentas calculan su costo en más de 80 mil millones de dólares. La economía cubana, que cayó en picada a principios de la década de 1990 con el colapso de la Unión Soviética, comenzó a recuperarse en 1995. El crecimiento en 2005 fue de 11,8% y en 2006 fue de 12,5%, el mayor de América Latina. Algunos sectores han sobrepasado los niveles de desarrollo de finales de la década de 1980, antes del colapso, y otros ya casi han alcanzado ese mismo nivel. Las exportaciones de servicios, níquel, productos farmacéuticos y otros productos están en auge y Usamérica, a pesar de todo, no ha podido detener ese crecimiento.

Los esfuerzos de Usamérica por aislar a Cuba también han fallado. En septiembre de 2006 Cuba fue elegida, por segunda vez, para presidir el Movimiento de los Países No Alineados, integrado por 118 países, y dos meses después, por decimoquinto año consecutivo, la Asamblea General de las Naciones Unidas votó a favor de condenar el embargo económico de Usamérica a Cuba, esta vez por 183 votos a 4. En 2007, Cuba mantiene relaciones diplomáticas o consulares con 182 países. Además, La Habana es sede de innumerables conferencias internacionales sobre todos los temas imaginables, a las que asisten miles de personas de todo el mundo. Por último, en los últimos años Cuba ha recibido más de 2 millones de turistas extranjeros por año en sus instalaciones vacacionales de muy alta calidad. En lugar de aislar a Cuba, Usamérica se ha aislado a sí misma.

Más de 30.000 médicos y trabajadores de la salud cubanos salvan vidas y previenen enfermedades en 69 países, en muchos casos en áreas muy remotas y de difícil acceso que reciben muy poca, por no decir ninguna, asistencia de los médicos locales. Al mismo tiempo, 30.000 jóvenes provenientes de docenas de países estudian medicina en Cuba con becas del gobierno cubano. Todos fueron escogidos en áreas con escasez de médicos y todos están comprometidos a regresar a sus países de origen para ejercer en esas áreas.

En educación, el programa de alfabetización “Yo sí puedo” ha sido adoptado por cerca de 30 países en los cinco continentes, donde otros miles de cubanos son maestros voluntarios. Mediante este programa en español, portugués, inglés, creole, quechua y aymara, alrededor de 2.000.000 de personas han aprendido a leer y escribir; muchas de ellas luego siguen estudiando a través de toda una variedad de otros programas.

Gracias a estos programas de asistencia internacional, nunca antes la solidaridad del mundo con Cuba, así como su prestigio e influencia, habían sido tan grandes. Fue para defender estos valiosos programas que los Cinco de Cuba viajaron a Miami en la década de 1990.

Luego, en 1999 surgió Hugo Chávez, la última pesadilla de Usamérica en la región. Chávez que sigue el ejemplo de Cuba en Venezuela, con sus enormes ingresos petroleros, para establecer lo que denomina el Socialismo del Siglo XXI, con una política exterior de integración regional de acuerdo con su innovadora Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA), que excluye totalmente a Usamérica. Este programa ya está en marcha a través de instituciones como el Mercosur en el comercio, Petrocaribe, Petroandina y Petrosur en el sector energético, el Banco del Sur en el sector financiero y Telesur en el área de los medios electrónicos.

Otro programa en el marco del ALBA es la Operación Milagro para operar gratuitamente a personas con cataratas, glaucoma y otras enfermedades oftalmológicas que no pueden costear esas intervenciones. El programa comenzó en 2004 como un esfuerzo cubano-venezolano en el que venezolanos viajaban a Cuba para ser intervenidos. En un lapso de dos años, 28 países de América Latina y el Caribe participaban en el programa y las intervenciones para devolver la vista alcanzaban 485.000, 290.000 de ellas a venezolanos. Aviones cargados con pacientes van y vienen a La Habana todos los días, pero a principios de 2007 en Venezuela se estaban construyendo 13 modernas clínicas oftalmológicas, varias de las cuales ya han realizado cientos de operaciones en ese país. También se estaban construyendo clínicas en Bolivia, Ecuador, Guatemala, Honduras y Haití, todas con planificación y personal cubano. La meta de la Operación Milagro es devolver la vista a 6 millones de latinoamericanos y caribeños en un período de 10 años; además, el programa se está extendiendo a áfrica.

El ejemplo cubano de tantos años y ahora el de Venezuela, han inspirado a los pueblos de Bolivia, Ecuador, Brasil, Argentina, Uruguay y Nicaragua para elegir líderes progresistas. La mayoría ha rechazado el “Consenso de Washington” de la década de 1990 y el modelo neoliberal, así como los esfuerzos de Usamérica por establecer una zona de libre comercio en el área. Todos están en proceso de desarrollar programas sociales y económicos de base, cada uno a su manera, con el objeto de mejorar la calidad de vida de sus pueblos, especialmente de las mayorías largamente excluidas y afectadas por estas injusticias. Aunque los logros de Cuba siguen brillando, la antorcha de la Revolución ha sido efectivamente pasada de la imponente figura de Fidel, aquejado de salud a sus 80 años, a Chávez, otrora militar y docente, inspirado por Simón Bolívar y José Martí.

Cuando reflexiono sobre estas nuevas esperanzas para los cientos de millones que habitan esta enorme región, no puedo dejar de pensar en Próspero, cuando se dirige por última vez a sus discípulos en Ariel, el ensayo clásico de José Enrique Rodó, que aún leen los estudiantes en América Latina. Tomando prestado de La Tempestad e instando a los jóvenes a seguir el elevado espíritu de la virtud y el bien representado por Ariel y a rechazar el tosco materialismo de Usamérica representado por Calibán, Próspero hace una comparación entre el idealismo latinoamericano y Usamérica que es tan válida hoy como en 1900, cuando el ensayo fue publicado por primera vez.

Si bien América Latina se mueve con rapidez hacia posiciones progresistas, casi inimaginables hace apenas 10 años, en contraste Usamérica, al menos desde la era de Reagan, se ha estado moviendo paso a paso hacia el Fascismo del Siglo XXI. El paso se ha acelerado en los últimos seis años del gobierno republicano de George W. Bush, primero, con la adopción de la Ley Patriota, para lo que se aprovechó de la situación de emergencia creada después del ataque a las Torres Gemelas en septiembre de 2001, y luego, con la adopción de la Ley de Comisiones Militares en 2006, ambas con un significativo apoyo de los congresistas demócratas. Otras leyes fortalecen esta tendencia.

El gobierno federal de Usamérica ahora tiene poderes legales para vigilar nuestras comunicaciones, tanto por teléfono como por correo ordinario, correo electrónico y fax, así como nuestras cuentas bancarias, tarjetas de crédito, los sitios que visitamos en la Web y los libros que compramos o leemos en las bibliotecas. Ahora son legales la tortura, las cárceles secretas, el secuestro y el encarcelamiento indefinido sin juicio ni recurso a los tribunales a través del habeas corpus. También lo es la “rendición extraordinaria”, que ocurre cuando el gobierno de Usamérica entrega sus prisioneros a otros gobiernos que probablemente los torturarán y asesinarán. Investigaciones realizadas por el Parlamento Europeo han identificado alrededor de 1.200 vuelos secretos de la CIA que transportan a estas personas a cárceles secretas, para lo cual usan aeropuertos europeos. Cualquier persona, usamericana o de otra nacionalidad, puede hacerse merecedora de este tratamiento, basta con que el gobierno la califique de “combatiente enemigo ilegal”, cuya única definición es alguien que “ha apoyado resuelta y materialmente las hostilidades contra Estados Unidos.” Por hostilidades o actos hostiles puede interpretarse casi cualquier cosa que se oponga a las políticas de Usamérica, desde un discurso que exprese solidaridad con Cuba, hasta una manifestación en protesta por la guerra en Iraq. Si alguna vez un “combatiente enemigo” es llevado a juicio, no será juzgado por sus iguales sino por un tribunal militar usamericano que podrá usar como pruebas rumores y declaraciones obtenidas bajo tortura.

Estos poderes, que recuerdan al régimen Nazi, no son sólo una espada de Damocles usamericana que espera caer sobre quienes ese país percibe como enemigos. Han aplicado la represión, con toda su fuerza, desde la invasión a Afganistán en 2001; de ello hay suficientes pruebas provenientes de las cárceles y los campos de concentración de Bagram, Abu Graib y Guantánamo, así como de los testimonios de muchos inocentes atrapados en este proceso que fueron posteriormente liberados. Se trata de la aplicación en todo el mundo de un poder fascista embarcado en una nebulosa y no definida “guerra contra el terrorismo” que no tiene fin ni límites geográficos. Desde septiembre de 2001, el gobierno de Bush no ha dejado de dar falsas razones para lo que, en su opinión, son las causas del terrorismo islámico, sin admitir jamás que se trata de la reacción y la resistencia de un pueblo ante las políticas imperiales de Usamérica, ante su apoyo a la ocupación y colonización de las tierras árabes por Israel y a la negativa de Israel de volver a las fronteras anteriores a la Guerra de los Seis Días de 1967.

Hasta 2006 Usamérica había designado a unas 17.000 personas en todo el mundo como “combatientes enemigos”, según informes de prensa. Combínese esta represión con los contratos leoninos otorgados a firmas privadas usamericanas, como por ejemplo en el caso de la seguridad y la “reconstrucción” en Iraq, y el hecho de obligar al gobierno iraquí, siempre con los ojos puestos en el premio, a celebrar “contratos de producción compartida” enormemente perjudiciales para el país, por períodos de 30 años, con las principales compañías petroleras usamericanas y británicas que habían sido excluidas de Iraq antes de la invasión, unido a una de las más fuertes reducciones del poder de los sindicatos en la historia, y se obtiene la unión entre el poder del gobierno y el de las corporaciones que Mussolini, el inventor la palabra en 1919, describió como la esencia del fascismo. La única luz en el túnel ha sido la reciente acusación de 13 agentes de la CIA en Alemania y otros 26 en Italia por secuestro y otras violaciones de las leyes de esos países. Claro que nunca serán juzgados, pero ya es un adelanto que hayan sido acusados.

Otra característica del Fascismo del Siglo XXI de Usamérica es la protección de los terroristas que le han prestado servicios. Existen muchos ejemplos, especialmente entre los exilados cubanos, pero dos se destacan sobre los demás. Orlando Bosch y Luis Posada Carriles. Ambos tienen largos y bien documentados historiales como terroristas internacionales, pero uno de sus delitos conjuntos es histórico: la primera voladura de un avión de pasajeros en vuelo ocurrida en el continente americano. El vuelo 455 de Cubana de Aviación, que el 6 de octubre de 1976 estalló a pocos minutos de haber despegado de Barbados, en el que murieron las 73 personas que estaban abordo.

Bosch y Carriles, cuyas carreras con la CIA comenzaron alrededor de 1960, planificaron la voladura en Caracas y les proporcionaron los explosivos a dos venezolanos reclutados por Posada. Los dos fueron descubiertos, acusados y sentenciados a largos años de cárcel, pero no Bosch ni Posada, que fueron protegidos por el entonces presidente de Venezuela, Carlos Andrés Pérez, quien tiene su propia historia de colaborador de la CIA. Aunque ambos fueron detenidos y juzgados por los tribunales venezolanos como autores intelectuales del delito, ninguno fue condenado.

Bosch fue puesto en libertad en 1988 y regresó a Miami, pero fue detenido por una antigua violación al beneficio de libertad condicional. El Departamento de Justicia ordenó su deportación por ser un “indeseable” y “el terrorista más peligroso” de América, pero Jeb Bush, hijo del entonces presidente Bush, persuadió a su padre de anular la orden de deportación. Desde entonces Bosch ha vivido libremente en Miami, donde aparece en entrevistas televisivas tratando de justificar el terrorismo contra Cuba.

El juicio de Posada en Venezuela nunca terminó, porque en 1985 escapó de la cárcel, huyó del país y al poco tiempo apareció en El Salvador, trabajando en la operación contraterrorista de la CIA en contra de Nicaragua. Cuando esto terminó, estuvo clandestino en América Central y desde comienzos de la década de 1990 se dedicó a organizar nuevas operaciones terroristas contra Cuba. En 2005 fue detenido en Miami por haber entrado ilegalmente al país, y aunque admitió ante el New York Times que había cometido atentados terroristas en hoteles y otros lugares turísticos en Cuba, en uno de los cuales murió un turista italiano, sólo ha sido acusado de haber mentido al FBI y en su solicitud de naturalización. El gobierno de Bush se niega a declararlo terrorista para que pueda ser juzgado como tal, al mismo tiempo que ignora la solicitud de extradición hecha por Venezuela por ser un fugitivo de la justicia, porque, según afirman de manera absurda, podría ser torturado en ese país. El tratamiento que se le ha dado hace pensar que al final será perdonado por Bush, a lo mejor el día de Navidad de 2008, justo antes de abandonar la Casa Blanca, como hizo su padre el día de Navidad de 1992, cuando perdonó al ex secretario de defensa Casper Weinberger y a varios agentes de la CIA por delitos cometidos en el escándalo Iran-Contra de la década de 1980, con lo que impidió que fuesen juzgados el mes siguiente según lo programado.

No es necesario extenderse en lo obvio. La condena de los Cinco de Cuba en Miami por sus esfuerzos antiterroristas, en contraste con la protección oficial de terroristas como Bosch y Posada, deja muy claro que Usamérica es el principal estado patrocinador del terrorismo internacional.

El principal disfraz utilizado para ocultar este programa de agresiones mundiales desde la década de 1980 hasta el presente ha sido la “promoción de la democracia”, una afirmación usada hasta la náusea por presidentes, secretarios de estado y otros que nunca ha engañado a nadie. Siempre ha estado claro que los programas de “promoción de la democracia” de la Fundación Nacional para la Democracia, el Departamento de Estado, la Agencia para el Desarrollo Internacional y otras fundaciones y organismos, no son más que intentos por fomentar y fortalecer fuerzas políticas internas en otros países que estarán bajo el control de Usamérica y protegerán y servirán sus intereses. Los orígenes de este programa se remontan a las operaciones políticas de la CIA en sus inicios en la década de 1940, e incluyen el derrocamiento de gobiernos elegidos democráticamente y la instalación de regímenes que ejercen una represión indescriptible, como por ejemplo Brasil en 1964 y Chile en 1973, por nombrar sólo dos de muchos ejemplos.

Claro que en Usamérica ha habido, y hay, una importante y valiosa resistencia a este desarrollo del fascismo, tanto en el Congreso como en organizaciones privadas e individuos, pero en la mayoría de los casos han sido intentos aislados, que actúan a la defensiva y en la retaguardia, en los que muy poco se mencionan los medios manejados por las grandes corporaciones. En el Congreso se han introducido proyectos de leyes para disminuir o terminar el bloqueo económico a Cuba, para modificar los peores aspectos de las leyes represivas, incluso para acusar a Bush y a Cheney, pero parece muy difícil que alguna vez esos proyectos se conviertan en ley. Los dos partidos, en realidad dos ramas de un estado con un partido único, sencillamente han adoptado medidas cada vez más extremas para mantener su monopolio del poder.

Incluso el sistema judicial, que quizá en un momento fue la última esperanza de que se hiciese cumplir la Constitución, ha sido inundado de neoconservadores que la ignoran. Sólo revisemos la apelación de la sentencia dictada contra los Cinco de Cuba en Miami. Los tres jueces de apelación originales del Undécimo Circuito de Atlanta, dictaron una sentencia de 93 páginas en la que apoyaban por unanimidad lo argumentado por la defensa en el sentido de que en Miami era imposible realizar un juicio justo contra cinco agentes cubanos debido a los prejuicios existentes contra Cuba y que la sede del juicio debía cambiarse. Los otros 10 jueces del Circuito, sin embargo, votaron a favor de que la nueva apelación fuese conocida por el tribunal en pleno, el cual, sólo con el voto en contra de dos de los jueces originales (el tercero se había retirado), dejó sin efecto la primera sentencia. Que 10 de los 13 jueces del Tribunal de Circuito estuviesen de acuerdo en que los agentes cubanos podían obtener un juicio imparcial en Miami es un buen ejemplo de cómo se ha corrompido moral e intelectualmente el poder judicial federal.

Así que estos son en verdad días aciagos para Usamérica y, por extensión, para sus aliados, desde su principal socio, el Reino Unido, hasta la OTAN. En Usamérica ha habido otros períodos de represión vergonzosa, como los años posteriores a la Primera Guerra Mundial, pero nunca con un alcance global como ahora.

Como era de esperar, el prestigio de Usamérica en el mundo, si es que alguna vez lo tuvo, ha desaparecido y ha sido sustituido por desdén y desprecio. Prueba de ello es el repudio a Bush y a lo que representa expresado por las miles de personas que protestaron por su presencia en las calles durante su reciente viaje a América Latina, en el que intentó hacer que cinco países se apartasen de la integración regional. Qué contraste con los esclarecedores, idealistas y progresivos movimientos sociales y políticos que están floreciendo en América Latina.

Publicado originalmente en: http://www.counterpunch.org/agee03142007.html
Traducido para Rebelión, Tlaxcala y Cubadebate por Chelo Ramos

Philip Agee tiene 72 años y fue agente secreto de la CIA en América Latina desde 1960 hasta 1969. Es autor del famoso libro Inside the Company: CIA Diary (Dentro de la compañía/ diario de la CIA) (Penguin Books, 1975), así como de otros libros y artículos. Deportado en 1977 por el Reino Unido y otros cuatro países de la OTAN, desde 1978 vive con su esposa en Hamburgo, Alemania. Viaja con frecuencia a Cuba y América del Sur por actividades de solidaridad y por negocios, y en el año 2000 inició un servicio en línea de viajes a cuba www.cubalinda.com

Chelo Ramos es miembro de Rebelión, Tlaxcala y Cubadebate. Esta traducción es copyleft para uso no comercial: se puede reproducir libremente, a condición de respetar su integridad y mencionar al autor, al traductor y la fuente.

Traducido para Rebelión, Tlaxcala y Cubadebate por Chelo Ramos

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