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La última revolución de los jesuitas

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Dijeron que hay talibanes. Que no hay que tener miedo a discutir “ciertos temas”. Antes, pidieron perdón a los hijos de padres separados. Mayor libertad, movilidad y cercanía con la pobreza les da esa mirada distinta. “Una diversidad legítima”, dicen ellos.

Sacerdotes de esa congregación piden espacio para otras opiniones dentro de la Iglesia

Felipe Berríos del Solar lo hizo otra vez. Fue consultado por la píldora del día después y en vez de cuadrarse ciegamente con la Iglesia, dijo que le gustaría una mayor voluntad para dialogar y escuchar otras opiniones en esa institución, sin descalificaciones y ni fanatismos. Sin talibanismos.

La idea fue complementada por otro jesuita, Felipe Denegri. El jesuita aclara que los talibanes están en todos los ámbitos, pero también da un paso más. “Uno puede discutir si determinado planteamiento de la jerarquía de la Iglesia puede tener otro matiz, otra perspectiva. Y podría decir que sí: se podría crecer en una mayor participación en todos los niveles, pero me parece que la falta de participación en Chile no está dada solo a en algunas instancias de la Iglesia, sino también a nivel de Gobierno”.

Felipe Denegri no se inmuta por sus palabras. Se echa para atrás en el sillón y enciende un segundo Belmont light. Está seguro de lo que dice y no teme. Dice que por el comentario de los talibanes no ha recibido ningún llamado de atención o algo por el estilo. “¿Y por qué?”, agrega casi desafiante. “No somos la congregación díscola”, dice. “Somos obedientes al Papa y al magisterio de la Iglesia y no hay que tener miedo de conversar ni los problemas ni las diferencias”.

Berríos también es de esa línea. “Hay materias que son opinables y uno tiene derecho a opinar distinto”, dijo Berríos en una entrevista a “El Periodista”. ¿Qué hace más libres a los jesuitas? “Que no postulan a cargos eclesiásticos”, dice una fuente eclesiástica. “Muchos obispos están de acuerdo con el uso den condón o con el anticonceptivo, pero jamás se van a atrever a reconocerlo en público porque aspiran a un cargo”, agrega.

Con eso han ganado libertad y movilidad. “Los jesuitas hemos trabajado siempre en las fronteras sirviendo de esta manera a la Iglesia y está bien”, comenta Antonio Delfau, director de la revista “Mensaje”. “Eso nos hace más sensibles a lo que piensan los que están más lejos de la Iglesia o se han apartado de ella. Y por eso aportamos esas inquietudes que son parte de una legítima diversidad en la Iglesia y que constituye y contribuye a su riqueza”.

Ni tan delicados
Denegri dice que temas valóricos hay muchos: “La corrupción, que es el robo a los más pobres, es uno que tiene que estar en el tapete”, dice. Advierte que lo valórico no está de la cintura para abajo, pero no esquiva los temas. “Si hay que darle la píldora del día después a los pobres porque los ricos tienen acceso, entonces hay que darles el acceso a todas las cosas que tienen lo ricos”.
 
“¿Si recomiendo el uso del condón? Si hay una circunstancia donde el uso del condón se hace inevitable, me parece que es el mal menor”, dice Denegri y aclara que es distinto lo ideal y lo posible, “pero que hay que ir dando pasos hacia lo que sería ideal a partir de lo que es posible”. ¿Si la Iglesia da esos pasos hacia lo posible? “Hay autoridades que sí y a otras les cuesta más”, responde. “Nos ayudaría mucho estar más cerca de lo cotidiano. Hay que fomentar una Iglesia de pueblo de Dios, servidora del mundo, y para eso uno tiene que conocer lo que pasa en el mundo”.

Uno de los episodios más críticos en la confrontación de posturas entre la autoridad eclesiástica y los jesuitas se dio cuando la Vicaría de la Familia realizó los spots contra el divorcio donde se difundía que los hijos de padres separados eran más violentos, más drogadictos y más delincuentes según una estadística.

Felipe Berríos pidió perdón a los hijos de los padres separados por la lamentable estigmatización. Tony Mifsud, director del Centro de ética de la Universidad Alberto Hurtado, declaró que prefería “la persuasión ética en vez del terrorismo ético” y Fernando Montes, rector de la UAH, advirtió que había que tener cuidado con las estadísticas. ¿El cardenal Francisco Javier Errázuriz? Dijo que no vio los spots antes de su emisión, pero que si los hubiera visto, los habría autorizado igual.

“Ese spot fue un error comunicacional y muchos otros estaban en desacuerdo pero no lo expresaron”, dice Denegri.

-¿Y por qué fueron sólo jesuitas los que salieron a criticarlo públicamente?
-Esa es una muy buena pregunta para la que no tengo respuesta. LN


La ministra Barría confirma presiones para sacar píldora de farmacias
Es un secreto a voces y aunque nadie se atreve a mencionar nombres, la ministra de Salud, María Soledad Barría, reiteró ayer que la presión de grupos de poder ha terminado por sacar la píldora del día después de las farmacias: “Desgraciadamente, ha habido presión social de algunos poderes de opinión que ha significado que el medicamento prácticamente desaparezca de las farmacias. Espero que una vez que esto se calme, pueda estar de nuevo a disposición de todo el mundo”, dijo.

Barría garantizó además que todos los consultorios tendrán el stock necesario para satisfacer la demanda de la población. “Si tenemos dificultades, se puede adquirir o licitar”, precisó. Aún así aclaró que la distribución del medicamento es sólo en casos de emergencia, “no es una entrega universal en que uno ande entregando la píldora a diestra y siniestra”, agregó Barría

De hecho, las Normas sobre Regulación de la Fertilización del Minsal, incluyen la consejería de matronas y profesionales de la salud que indicará el mejor método anticonceptivo según las necesidades de cada mujer. “Hoy tenemos un 16% de los partos, es decir, más de 35.000 al año en que son hijos de madres adolescentes (…) algunas de ellas no por primera vez, sino que por segunda vez”, advirtió.

Las palabras de Barría no pasaron inadvertidas para los grupos autodenominados “pro vida”.

Para el abogado de las entidades que se oponen a la entrega de la polémica pastilla, Jorge Reyes, es irresponsable hablar de presiones indebidas.

“No ejercemos presiones, eso lo descarto, sólo hemos ejercido acciones legítimas en los tribunales”, afirmó. Incluso calificó de “insólito que la ministra Barría pretenda desconocer la fuerza de las organizaciones ciudadanas, más aún cuando este Gobierno se hace llamar ciudadano”. Se espera a más tardar que esta semana la Presidenta Michelle Bachelet firme el decreto supremo para permitir la entrega del fármaco a todas las mujeres a partir de los 14 años. Mientras tanto sólo podrán retirarla aquellas que sufran de violencia sexual.

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