Los “humillados y ofendidos” de ayer han podido -44 años mediante- ser escuchados en los altos estrados de la Magistratura judicial de nuestro país, logrando que, al menos una parte de la verdad, se imponga por sobre un largo periodo de mentira y de impunidad. Los crímenes cometidos por parte de quienes participaron en el golpe del 11 de septiembre de 1973 o dieron cobertura legal a los criminales no siempre quedan al descubierto. Pero esta vez, los “humillados y ofendidos” de ayer han podido -44 años mediante- ser escuchados en los altos estrados de la Magistratura judicial de nuestro país, logrando que, al menos una parte de la verdad, se imponga por sobre un largo periodo de mentira y de impunidad. “El análisis de los procesos revela que, actuando con sistemático descuido de la imparcialidad del debido proceso, los fiscales permitieron y aun propiciaron la tortura como método valido de interrogatorio”.