El sistema educativo fue destruido para sustituirlo sin más por el occidental, sin criterio educativo alguno y dando lugar a sucesos hechos verdaderamente estrambóticos: cuando en el año 2000, Alemania salió mal parada del primer informe Pisa, ministros, pedagogos y periodistas viajaron a Finlandia a conocer los secretos del éxito de su sistema. Debió de ser divertido, y un poco embarazoso, que los finlandeses contestaran que uno de sus principales referencias venían de las enseñanzas de pedagogos de la RDA.