El poder destituyente se mueve y opera meticulosa y sigilosamente en Chile. Actúa en defensa de sus intereses y privilegios. Recurre a discursos del miedo y campañas del terror. Despliega propagandas y construcciones discursivas. Se organiza en redes y actúa corporativamente. Sabe cómo y dónde presionar y manipula para que lastime y se haga notar (discursos económicos y moralistas).