No hay peor drama para una persona que perder sus recuerdos, su memoria. No sólo se van borrando los rostros, las vivencias, los actos, las decisiones tomadas, sino lo que es peor, su historia. La amnesia puede ser progresiva –como en el Alzheimer—, súbita, temporal o parcial, es decir, olvidar sólo algunos aspectos. Nuestro cerebro puede actuar defensivamente y bloquear cosas que nos causan dolor, incomodidad e incluso vergüenza.