En el entierro de Odlanier Mena, los pinochetistas le gritaban al presidente “gusano, democratacristiano”; otros se querellan contra Piñera acusándolo de torturador psicológico contra unos “militares honorables” y que nunca han atentado contra nadie, “verdaderos padres de la patria”; tampoco falta quien lo salpique con la sangre del Odlanier Mena, a causa de su suicidio. En la iglesia de Santa Helena asistimos a un verdadero carnaval representado en la forma en que la derecha aborrece a quienes considera traidores a sus convicciones e intereses.