Votar o no votar, ¿es esa una cuestión?
Pareciera ser que, tras 30 años de procesos electorales mayoritariamente secuestrados por la gobernanza neoliberal transitológica, el voto en Chile ha vuelto a aparecer como una coyuntura importante para las fuerzas transformadoras. No sólo parlamentarios se han visto forzados a responder ante un pueblo que ya no es indiferente por las opciones que han tomado desde el 18 de octubre, sino que también la ciudadanía tendrá esta vez la oportunidad de hacer valer su voto, para una de las elecciones más significativas desde el fin de la dictadura: aquella donde se definirá la redacción y el modo de elaboración de una nueva constitución. En este contexto, resulta interesante pensar la ambigüedad que rodea una de las discusiones a la orden del día de las últimas semanas, aquella sobre la reinstauración del voto obligatorio.
¿No hemos aprendido nada?
Los que en los ochenta llamaron a votar por el NO en el Plebiscito, ahora se preparan a votar por el SÍ…y viceversa.
Lo concreto es que solo después de 30 años quedó en evidencia que el triunfo del NO en el Plebiscito de año 88 significó en los hechos el triunfo del SI, ya que se mantuvo y perfeccionó el modelo neoliberal instaurado por la dictadura cívico militar, modelo de sociedad que los gobiernos civiles de la post dictadura entusiastamente respaldaron y llevaron adelante.
Con el inicio de multicolores campañas audiovisuales, emulando el arcoíris de la alegría que nunca llegó, todos los sectores políticos que participan de la institucionalidad heredada de la dictadura han aceptado participar en la cancha y con las reglas creadas por quienes han sido enérgicamente cuestionados por los millones de chilenas y chilenas en las múltiples y constantes movilizaciones iniciadas el 18 de octubre pasado.
La Ley de Reforma Constitucional incluye un veto a demandas sociales
El artículo 135, de forma tramposa condiciona las demandas sociales al exigir el respeto a los tratados de libre comercio. En la nueva constitución podemos plantear, por ejemplo, incorporar el concepto de la Naturaleza como sujeto de derechos, y garantizar en consecuencia como prioritario el uso del agua tanto para los seres humanos como para la mantención de los ecosistemas.
¿Podría la Nueva Constitución afectar los valores que profesan las iglesias cristianas? Algunas Preguntas
El Centro Evangelístico de las Asambleas de Dios realizó este sábado una actividad en la que anunciaron su rechazo al establecimiento de una nueva Constitución, idea que será sometida a plebiscito el próximo 26 de abril.
Jorge Méndez, presidente del Consejo Nacional de Obispos y Pastores de Chile y Alto Representante Protocolar de la iglesia frente al Gobierno, dijo que la institución llamará votar NO en los comicios.
“El 20% de la población es evangélica y le hicimos saber nuestra postura a La Moneda. Además, nos hemos acercado a representantes de otras iglesias, como la Católica, que también están por el rechazo. Nuestra posición en abril es clara y no aprobaremos”, dijo.
Por una constituyente popular en perspectiva socialista
La nerviosidad y la preocupación tanto de los partidos políticos que integran el Chile Vamos, o sea, la derecha política como también de los partidos opositores, especialmente, aquellos que conformaron en su momento la Concertación y la Nueva Mayoría, gravita y consiste en el hecho, central y fundamental de la actual coyuntura critica, la rebelión social popular y de la ciudadanía de subpolítica, no se detiene ni disminuye. Todo lo contrario. Esta sigue prescindiendo de lo que el gobierno y la clase política están realizando. En otras palabras, la insurrección no le interesa ni presta atención a lo que el gobierno o los partidos políticos opositores, plantean o hacen.
Agua: ¿anticipo de nueva Constitución?
El increíble “rechazo” del proyecto de Reforma Constitucional destinado a convertir el agua en bien nacional de uso público (algo común en los países civilizados) no puede ser más ominoso, teniendo en perspectiva los restrictivos marcos dentro de los cuales podrá aprobarse una nueva Constitución. En efecto, el proyecto fue rechazado en el Senado pese a que ¡24 senadores votaron en su favor y 12 en contra! Como el quorum para ser aprobado es el tristemente célebre 2/3 de los senadores en ejercicio, es decir, 29 (aquellos son 43); el trascendental proyecto fue rechazado.
Declaración Pública: Ojo con la Trampa constituyente del congreso
Como Plataforma Chile Mejor sin TLC, alertamos al pueblo movilizado y reprimido, que la ley aprobada por el congreso para posibilitar el plebiscito, metió de contrabando en su artículo 135, disposiciones especiales para impedir el cambio de modelo económico, y permitir que hasta el fin de la Constituyente el Congreso siga legislando y pueda aprobar el TPP11 u otros tratados de Libre Comercio.
Nuevo Año, Nuevos Desafíos y Nuevas Esperanzas
La alternativa del movimiento popular es dar inicio a una etapa de reflexión y análisis con todos los actores sociales, laborales y estudiantiles con el propósito de repensar la estrategia y diseñar un plan de lucha que tenga dos objetivos principales. Por un lado, el cuestionamiento y rechazo categórico de la legitimidad de la reforma constitucional y el plebiscito de Piñera y, por el otro, la demanda intransigente de una Asamblea Constituyente Libre, Soberana, Paritaria y Plurinacional. No hay proceso constituyente ni plebiscito legítimo o válido, sin la participación mayoritaria del pueblo y la ciudadanía.
Los mismos que votaron en plebiscito de 1980, hoy dicen que no hay condiciones para asegurar un buen proceso
Resulta, cuando menos, curioso que muchos de los que declaran que hoy no existen condiciones para decir «SI» a una nueva Constitución hayan dicho «Si» a la Constitución del 80.
¡Por 24 votos contra 12 el Senado votó para que el agua sea un bién público!
Por 24 votos contra 12 el Senado dijo que el agua será un bién público
Que bien, ¿no?
Logramos un avance importante, ¿verdad?