«Ojalá que toda la república les señale con el dedo»
Los no vacunados eran el nuevo grupo marginado. La culpa fue de ellos. Los leprosos. Herejes desleales. El nuevo enemigo artificial que todo tirano exitoso necesita para aglutinar al resto de la población -los dóciles, los temerosos, los crédulos y los obedientes- en torno a la bandera.